Capítulo 50

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Olga la miro algo preocupada, le afectaba bastante la semana en la que estaba con la regla, pero nunca la había visto con tan mala cara.

Por parte de Aitana, se apoyó en la ventana del coche con los ojos cerrados apretandose la barriga.

—Puedes quedarte en casa si te encuentras tan mal —Sugirió su prima

Está de negó rotundamente, tenía que ensayar para que todo saliera perfecto en los conciertos.

Olga suspiró, sabía lo que iba a pasar si se exigía de más y sin haber descansado bien.

El teléfono de la catalana comenzó a sonar, y sin mirar quien era decidió colgar, no le apetecia hablar con nadie.

Olga suspiró de nuevo y puso el teléfono del Marshall, un bailarín de Aitana, que había contestado al segundo de haber puesto su nombre en la pantalla del coche.

—¿Si? —Preguntó el bailarín

—Marshall, soy Olga

—Ah, si, dime, estamos todos estirando ya

—Lo siento, pero hoy no hay ensayado, Aitana no se encuentra bien, la llevo de vuelta a su casa, ¿vale? Mañana según como se encuentre irá al ensayo

—Vale, que se mejore, nosotros nos quedamos ensayando

—Perfecto, hasta mañana

Marshall se despidió y dejó el teléfono mientras les comunicaba la situación de Aitana.

Los bailarines comenzaron a ensayar todas las canciones del setlist mientras que Aitana entraba a su casa de nuevo a regañadientes mientras Olga le insistía que le iba a venir bien quedarse en casa.

Aitana dejó las cosas en su sitio, acarició a Sopa y se tumbó despacio en el sofá mientras que Olga entró en la cocina y le preparó una manzanilla, se la da y se sienta en el otro extremo del sofá.

—Voy a llamar a Belén —Advirtió a la vez que cogiael teléfono dispuesta a llamarla

La catalana asintió sabiendo que aunque se lo negara la iba a llamar de todas formas.

¡¡AQUÍ OTRO CAPÍTULO!!

Perfectamente Imperfectos || AITEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora