cap 34

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MARATÓN [5/8]

~~~Capitulo 34

Carlos la miró mientras se metía el bollo empapado de leche en la boca. Cuando masticó y tragó, no supo bien qué decirle.

— ¿Y se puede saber por qué?

— Porque ... no.

— Alguna razón ha de haber. ¿No crees?

— Sí la hay, pero no creo que seas el más indicado para contarte

— ¿_____? Nos conocemos desde hace cinco años... o seis

— Y siempre hemos sido compañeros, nunca amigos. Ahora me veo de repente metida en tu cama y en pelotas, ¿Cómo crees que me siento? Yo... en fin. No quiero repetir nada de lo que hicimos anoche.

Él no reaccionó. Permaneció inmóvil durante más de dos minutos. Le había impactado aquello y se notó en su cara. Está bien, la dejaría pasar... Era sin compromiso.

— Mm... bueno, si no quieres no te puedo obligar.

______ esperó que le reprochara cualquier cosa. Lo que fuera. Pero él lo había tomado tan bien que se sorprendió.

— Bueno... y eso.

Se dio media vuelta y terminó de beberse el café. Pagó y antes de irse, Carlos la retuvo durante un buen rato.

— ¿Por qué? Anoche estabas bien. Muy bien. Y me quedó algo pendiente por hacer. No me gustaría dejarlo pasar.

— No suelo despertar con muchos hombres a mi lado -dijo intentando ignorar lo que Carlos acababa de decir-

— ¿Y? Sigo sin entender nada

— Es que no lo sé ni yo.

— No me voy a enamorar de ti , no te voy a pedir matrimonio, nada de eso va a ocurrir. No tienes por qué asustarte de algo que no va a pasar.

_______ tragó saliva. Estaba siendo una auténtica idio.ta. Se había levantado con los cables cruzados. Carlos tenía razón. Él no se enamoraría, ni ella tampoco.

— ¿Qué piensas ahora? -preguntó apartándole el pelo de la frente

— Que tienes razón.

— ¿Era eso lo que te daba miedo?

— No.

Carlos sonrió.

— Me estoy volviendo un poco blando. Yo no suelo preocuparme mucho por los sentimientos de las tías con las que me acuesto. ¿Podrías ponerme duro otra vez?

______ dudó, pero si no lo hacía parecería imbé.cil. Cualquier chica en ese momento desearía una proposición como aquella por parte de Carlos. Se le pegó peligrosamente y ella lo apartó con las manos.

— Aquí no.

— Uno mañanero alegra a cualquiera el día. Y más si la mujer con la que lo haces tiene esas piernas. Estoy harto de las tipas con las piernas de pollo -rió

— Solo piensas en sexo -dijo mientras Carlos la invadía física y mentalmente

— ¿Cómo no quieres que piense en sexo? El chándal que te has puesto te hace el trasero más grande y redondo y me están dando unas ganas...

— Carlos... por favor -volvió a apartarle con las manos.

— No me apetece ir a las habitaciones. Así que tú decides...

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El Placer De Estar Contigo |HOT| *Carlos pena y tu *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora