El Placer De Estar Contigo |HOT| *Carlos pena y tu *

cap 133

[MARATON 2/4]

~~~> Capitulo 133

Él rió vagamente, echando la cabeza hacia atrás y dejándole todo el cuello en bandeja. ___ fue sin pensarlo a morderlo, dejando marcas tras un rastro de saliva caliente.

- Apaga las luces... -susurró él...

- Eres un romántico cariño. Ya apago las luces.

Se levantó despacio de sus piernas pero fue agarrada por él antes de que se alejara para llegar al interruptor de la luz. Tiró de ella y cayó sobre su cuerpo. Carlos posicionó una de sus manos en el vientre desnudo de ella y lo acarició provocándole millones de excitantes sensaciones. Cuando de nuevo se levantó comenzó a caminar hacia atrás mirándole seria. Buscó con la mano el interruptor y cuando la sala quedó casi a oscuras, regresó a él. Se paró justo frente a su cuerpo. Carlos arrimó sus manos a su ombligo y la acercó para soltarle un beso. Le dio la vuelta y agarró la goma de las braguitas. Las empezó a deslizar con suavidad.

- El contacto de tus dedos en mi hace que mi piel se erice.

- Espero que no solo sea el contacto de mis dedos -besó su espalda- te deseo como el primer día. Más.

- Podríamos coger el camino al colchón cariño. Te necesito... -susurró.

Él negó siendo rotundo y ella soltó una pequeña risita. Después volvió a sentarse sobre él.

- ¿Te gustan las sorpresas, mi amor?

- Sí, más si proceden de ti. ¿Tienes pensado hacer algo especial?

- El día de los enamorados está cerca, tengo algo pensado que te va a sorprender. Si quieres, ese día... podemos hacer algo para que haya más posibilidades de un embarazo.

- ¿Y por qué no ahora eh? -mordió uno de sus labios- Carlitos... mi amor... necesito oír qué quieres de mí.

- Mis deseos se resumen en una palabra, todo. Deseo tu cuerpo ansioso por el mío. Y deseo oírte gimiendo mi nombre. Soy un gran fan de tus gritos descontrolados... de tus arañazos.

- ¿A qué esperas para verme haciendo eso? Porque estoy deseando arañarte.

- ¿Debo ser yo el que dé el primer paso?

__ capturó su boca y pegada completamente a él buscó la cintura de los pantalones para quitárselos.

- Haz desaparecer a este maldito trozo de tela.

- Shh, -mordió ahora él, sus labios- aguanta cariño, lo importante es jugar. He desarrollado un famoso autocontrol desde que estoy contigo. Sé contener mis ganas y ahora solo quiero divertirme.

- Estás bromeando... -rió contra su boca y siguió con otro mordisco- vamos directos amor. ¿Por qué esperar?

- Hazme caso por una vez en tu vida.

- Yo no he nacido para obedecer, entiéndelo. Hazme caso tú a mí, vámonos ya... si quieres lo hacemos aquí, mientras vemos la película. Así te inspiras.

- Qué golfa. Parecías tonta cuando te vi la primera vez. Qué sorpresita escondías.

- Escondía unas inmensas ganas de hacerle el amor a un Carlos guapo y fuerte. Como tú. Y sensible... y cariñoso y sobre todo muy atractivo. Estoy... ardiendo completamente.

- Perversa -murmuró haciendo que su aliento impactara en la piel delicada de __- Quiero que te quedes embarazada.

- ¿Estás loco? ¿Realmente lo quieres?

- Sí, lo acabo de decir porque sí. No lo he pensado, pero creo que no tengo otra opción. Y no sé por qué no tengo otra opción. Porque... déjalo -rió- creo que el único motivo es que te quiero.

- Ahora lo dices sin problemas, te costó mucho decírmelo amor.

- Debería decir que te amo. Siempre serás para mí.

- Mmmmm no soy de tu propiedad que yo sepa.

Carlos nunca contestó a eso. Se limitó a mirarla con ternura. Una ternura que jamás creyó sentir. Y se imaginó un niño con su misma cara. Una nariz idéntica a la suya, unos ojos marrones pequeños y expresivos. No dejó de sonreír. Le costaba aceptarlo en su cabeza, pero no quería negarlo. Él quería tener un bebé en ese momento. ___ le había proporcionado la estabilidad que necesitaba. Era su compañera, su amiga, su amor... De todas las mujeres que había conocido nunca había sentido esa necesidad constante e irremediable de amarla a todas horas, de darle lo que le pidiera, de consentirla y mimarla hasta el cansancio. De verdad sabía qué era enamorarse. Ella lo había puesto a prueba y había perdido. ___ se había salido con la suya cuando una tarde le dijo que no sabría controlarlo. Y definitivamente ya no podría volver al principio. Se le había ido de las manos de una manera completamente impensable. Pero no le importaba. La quería al cien por cien, para él, para crear una vida sin desfases más que los que ella quisiera darle.

- Tenerte es lo mejor que me ha podido pasar.

Serio, sin ningún atisbo de diversión, lo dijo.

- Dime por qué.

- No tengo motivos ___. Ha pasado, simplemente. Nada se puede explicar.

- Ese nada se puede explicar lo explica todo -rió y lo volvió a besar, ahora con cariño, nada de lujuria de por medio- ¿En serio quieres tener un bebé, Carlos? -lo miró a los ojos para preguntárselo- No llevamos juntos ni un año. No estamos casados. No tenemos planes de futuro.

- Hagámoslos a partir de esta noche. Yo quiero tener un hijo ___. Sigo sin saber por qué. Es una sensación que no puedo describir, así como no puedo describir el porqué de la sensación.

- Eres muy lioso a veces, pero te he entendido. Los bebés no se hacen con besos, ¿Sabías? Se necesita que un hombre... tú, y una mujer... yo, realicen un acto llamado sexual -sonrió- ¿Sabes a qué me refiero? -él negó- Nunca lo has hecho, veo. Pues... el hombre tiene una cosa que a la mujer le gusta mucho -se puso de pie y él se levantó detrás cuando ella le dio la mano y tiró hacia arriba- y la mujer, posee... lo que al hombre vuelve loco. Esas dos cosas entran en contacto...

- Ya entiendo -dijo en su oído- y es por eso que la mujer grita mucho, y parece que siente dolor.

- No es dolor... es placer -situó sus dedos en la cintura de sus pantalones y los desabrochó dejándolos caer- Es curioso, habíamos quedado en usar preservativo y ahora tú no quieres.

- Podemos usarlo ahora si tú lo deseas.

- No lo hemos usado nunca, ¿Vamos a usarlo ahora? Estás loco. No me gustaría perderme nada de...

Carlos empezó a avanzar hasta el pasillo que los llevaba a la habitación. Ella por inercia le seguía. Entre beso y beso había una sonrisa, o un te quiero. A veces, incluso un te amo. ¿Podría ser mejor?

Lo de después está claro.

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