El Placer De Estar Contigo |HOT| *Carlos pena y tu *

cap 125

MARATON 3/4

~~~> Capitulo 125

- Tú sé un capullo, y yo te la cortaré. Así que si quieres mantener tu virilidad, no seas un capullo -sonrió frente a él, que tenía cara de bobo- y quita esa cara de lelo.

- No tengo otra. Ya es definitivo. Dame una torta para ver si se me cambia la expresión -puso una mejilla para que __ le pegara

- No te voy a pegar -se puso de rodillas frente a él, tapándose- te voy a dar muchos besos. Hoy me he levantado tonta, perdóname si llego a ser muy pesada. Pero te tengo tantas ganas que no me puedo apartar de mi cosita.

- Qué cursi... qué cursi... -dijo para picarla, como si estuviera riéndose de ella- eres empalagosa...

- Tonto -le dio con la almohada en la cara

- No, la tontorrona eres tú. Estás muy pegajosa esta mañana. Me echabas de menos muchísimo ¿A que sí?

- No tienes la menor idea de cuánto. Y todo por tu culpa, porque eres un encanto.

Después de pasar casi una hora despiertos pero metidos en la cama hablando y bromeando Carlos fue el primero en levantarse y darse una ducha mientras __ preparaba el desayuno. Cuando salió con el albornoz de ___ puesto, ella no guardó la sonrisa. Aun estándole pequeño, le sentaba de maravilla. Se sentó a la mesa a desayunar.

- ¿Ahora con qué me seco yo? ¡Estás poniendo el suelo perdido de agua! Carlos, ¿Por qué no te has secado el pelo con una toalla?

- No me he dado cuenta. Lo siento -dio un bocado a una tostada

__ pasó por su lado y le dio un tirón del pelo, siempre sin hacerle daño. Él emitió un sonido raro que a ella le hizo gracia.

- Te aguantas -se metió en el servicio y cerró la puerta

- ¿Quieres que te ayude a enjabonarte? -gritó desde el salón

- ¡No gracias! Yo sola puedo. Eres muy amable.

- De nada.

Cuando Carlos acabó su desayuno fue a vestirse. Abrió la maleta y empezó a sacar ropa y a hacer hueco en los armarios de __. Pero era misión imposible. Ella tenía demasiada ropa.
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- ¿Qué hace aquí mi ropa? -dijo __ envuelta en una toalla verde- Carlos...

- No había espacio, lo siento, tuve que desalojar.

Estaba ya vestido y como a ella le gustaba. Con unos pantalones grises y una camiseta azul oscuro. Clásico... sí, estaba perfecto. Desvió la mirada y volvió a ver una montaña de ropa. Ya la recogería...

- Estás muy guapo cariño -fue a besarlo pero lo único que consiguió fue que le quitara la toalla- Oye... -dijo tranquila, no vería nada que no se supiera de memoria- Carlos, hace frío...

- Toma... -se la entregó de nuevo- voy a comprar algo ¿Vale? Estoy aquí en un par de minutos.

- ¿Tan rápido? ¿Y no se te olvida nada? -cerró los ojos esperándolo

- Es cierto.

Le dio un beso romántico. A __ le palpitaba el corazón tan deprisa que temía morir de un infarto.

- Ponte preciosa... más aún, quiero decir.

Cerró la puerta y __ se dejó caer rendida en la cama. Su sonrisa podía evidenciarlo, estaba más que feliz. Vio su ropa mezclada con la suya y agarró una camiseta. La olió. Iba a explotar. Parecía estar drogada, o qué sabía ella. Llegó a su nariz el olor de la colonia recién puesta... Tenía esa sensación de pesadez en las piernas, de cosquillas, la piel de gallina...

- Relájate. Él nunca se ha comportado así pero podrás con ello -se levantó de la cama y se sentó. Miró hacia todos los lados. Pensó en qué ponerse- Si... -metió la mano debajo de toda la bola de ropa- esto -miró lo que había cogido- No, esto no

Caminó hasta el armario y abrió la puerta. Lo primero que vio fue un vestido marrón de invierno. Lo cogió y no pensó más. Cuando se lo puso se lo quitó de inmediato. No le gustaba. Buscó unos vaqueros y un jersey blanco.

- Ahora... -se miró de perfil en el espejo

El timbre sonó. Tenía que ser él. Corrió descalza con la mala suerte de que acabo escurriendose en el suelo, pero no importó. Se levantó y abrió. Efectivamente. Él.

- ¿Qué ha sido ese golpe?

- Es que me he caído, pero estoy bien.

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