- Michel -
La idea de ir al hospital me asustaba. Cada médico que trabajaba allí me conocía bastante bien, y estaba seguro de que de alguna manera me juzgaban. Cada empleado me miraba como si fuera la enfermedad del lugar. Se sentían indignados por mi presencia, y eso nunca iba a cambiar. La única persona de ese lugar que por lo menos trato de entenderme era Alice, y por eso era la única persona en quien confiaba. La única razón por la que estaba allí ahora era porque sabía que era necesario, de lo contrario, ella me habría ayudado en mi propia casa, sin nadie alrededor que me mirara como si fuera algo contagioso.
Pero la cosa era seria. Lance se había roto unos cuantos huesos y tenia que se enyesado, no importaba cuan enojado estuviera al despertar.
Mientras esperaba a Alice, tomé su mano entre las mías y acaricié su piel con mi pulgar, preguntándome mentalmente por que no podía mantenerse fuera de los problemas mientras no estaba con él. Él sabía que no podía seguir actuando de esa manera, porque las cosas se estaban volviendo oscuras a su alrededor. Antonio sabría que había estado en el hospital de nuevo, por supuesto que lo haría. Un estúpido doctor amigo suyo le diría que su hermano había estado vagando por allí otra vez. Esos imbéciles simplemente no podían mantener sus bocas cerradas y eso me enfurecía. ¿Nadie en esta ciudad podía hacerse cargo de sus propias vidas por un tiempo?
Esa no era mi mayor preocupación: me encargaría de Antonio y sus sermones más tarde. Después de todo, no era tan difícil, solo necesitaba saber cómo hablar con él y era un experto en el tema. Ahora, estaba preocupado por Lance. El aun no recibía ningún tipo de sedantes, y en cualquier momento se despertaría y probablemente sentiría un terrible dolor en todo el cuerpo. ¿Dónde estaba Alice?
Como si leyera mis pensamientos, tocó la puerta y giré la cabeza hacia su lado. Yo estaba sentado junto a la cama donde se encontraba Lance, con mis codos apoyados sobre el colchón con mis puños cerrados, soportando el peso de mi cabeza. En cuanto entró, la seguí con mis ojos, esperando sus próximos movimientos.
"¿Dónde estabas?" Finalmente pregunté, centrándome en Lance otra vez.
"Hablando con el chico encantador afuera." Ella sonrió y yo solo rodé mis ojos. Que me haya ayudado con un aventón no significaba que era encantador. De hecho, era igual que cualquier otro tipo rico: quería lucirse, ser amable y divertido, pero en el fondo, solo deseaba la atención de todos y muchos cumplidos; que alcanzaba con éxito. "¿Qué? ¿No te agrada?" Alice me preguntó, caminando hacia la puerta, llamando a algunas enfermeras para que la ayuden a enyesar a Lance.
"Nadie me agrada, Alice. Especialmente los chicos ricos que tratan de arruinar mi vida." Suspiré, apretando la mano de Lance un poco más cuando Alice levantó su brazo para que pudiera vendarlo con una gasa.
"El solo te ayudó. Probablemente tendrías unos cuantos huesos rotos si hubieras caminado con el hasta tu casa en vez de que Max te lleve." Ella dijo, completamente inmersa en su trabajo. De vez en cuando, miraba a un lado y le sonreía a Angel, que estaba jugando con el teléfono de su madre en una esquina.
La manera en que lo llamo 'Max' me molestó; ni siquiera era una persona cercana a él. Solamente fue el payaso de la fiesta de cumpleaños de su hija y nada más. Tal vez estaba un poco celoso de lo amigable que era Alice, porque ella en realidad era la única persona en quien confiaba, y quizás no quería que nadie más este cerca de ella como yo lo estaba.
"Iba a darle a mi hermano su declaración contra a Lance. Él y sus amigos. Si no hubiera sido por mí, Lance estaría ahora entre las rejas." Dije con disgusto, sentir el pensamiento de Lance tras las rejas me asustaba y me hacía temblar de pies a cabeza.

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Daño | Chestappen
FanfictionNo te enamores de mi... estoy demasiado dañado para ti. ¿Qué estaría dispuesto a hacer por amor?