Daño | Chestappen

20. Michel

Cuando finalmente llego a la mesa, suspire aliviado, sin estar muy seguro (o tal vez si lo estaba) de por que. Esa enorme sonrisa apareció en sus labios mientras hablaba de lo genial que era el Golde Retriever. Angel definitivamente iba a hablar con Alice mas tarde, rogando una vez más, a su madre que le consiguiera un perro. Yo mismo ya había intentado convencer a la mujer para que se lo diera, y de hecho pude encontrar uno con bastante facilidad, ya que todos los meses iba a un orfanato donde los niños también ayudaban a cuidar de las mascotas abandonadas.

Sin embargo, Alice siempre lo negó, alegando que no tenía tiempo para cuidar a un niño, una casa, un hospital y también un perro. Además, trabajaba todo el día mientras Angel estaba en la escuela, y no podía gastar el resto de sus energías con un animal durante la noche cuando finalmente era libre. Realmente amaba a la niña y no soportaría tener que pasar su tiempo con una pequeña bola de pelo corriendo en lugar de con su propia hija. Y yo la entendía bastante, pero aun así pensaba que Angel necesitaba compañía cuando su madre tenía que hacer turnos de noche en el hospital de vez en cuando. Pero, de todos modos, este de acuerdo o no, no pondría un solo dedo en la forma en que Alice la crio. Estaba haciendo un gran trabajo con Angel, así que probablemente sabía que era lo mejor para ambas.

Seguí arreglando el cuello de la camisa de la niña mientras todavía hablaba del perro, pero ni ella ni todos los pensamientos me distrajeron del hecho de que Verstappen todavía estaba mirándome fijamente. Todavía podía sentir mis mejillas enrojecidas por lo que acababa de decir, pero no había manera de que pudiera retractarme ahora. ¿Por qué había dicho eso? ¿Qué pasaba por mi mente? Solo porque estaba mirándome no significaba que estaba enamorado. Definitivamente soné tan estúpido.

Es solo que ha pasado tanto tiempo desde que estuve a solas con un hombre que no fuera Lance, realmente no sabia como actuar. Junto a él, todo era tan simple, fácil y natural; y luego estaba Verstappen, quien constantemente estaba tratando de empezar una pequeña charla y sonriendo como un idiota, coqueteando conmigo completamente ajeno al hecho de que tenía un novio. ¡Y lo sabía! Incluso casi lo deja tras las rejas hace como un mes.

Uf, era como cualquier otro chico. Es por eso que temía por Angel. No solo era como cualquier otro chico para mí, sino también para ella. La niña parecía admirarlo cada vez que estaba cerca de él, y ni siquiera se conocen por mucho tiempo. Desde su cumpleaños, Angel no podía dejar de hablar de cómo le había conseguido una luciérnaga, y lo bonito que era como payaso; no podía dejar de hablar de lo que le había dicho de que podía tocar una canción de Phil Collins en el piano para ella, y fue en ese momento que me entere de que ella lo había invitado a su casa un par de veces más. Eso solo podía significar una cosa: peligro.

¿Cómo podría confiar en él? ¿Cómo podía creer que el no iba a aburrirse de esa niña inocente e ingenua y solo la iba a dejar sin ninguna explicación mas adelante? Era peligroso, rico, grosero y presumido; si me preguntaran por que esta actuando de manera agradable con Angel, yo no sabría la respuesta. Y eso me asusta. Me asusta porque yo la amo como ella me ama a mí. Tal vez eso me ponía un poco celoso, solo un poco, porque me tomo mucho tiempo conseguir que ella confiara en mi plenamente y me aceptara. Una vez que lo había hecho, ella era la persona mas amable y servicial que podrías conocer. Es inteligente y perspicaz, es por eso que necesita un tiempo antes de que pueda abrirse totalmente a alguien. Pero Verstappen lo consiguió demasiado fácil. Eso no puede ser una buena señan en absoluto.

Como Angel estaba sentada en su regazo, suspire. El la rebotaba de arriba hacia abajo con la fuerza de una sola rodilla, y el momento en que empezó a jugar con su cabello fue el momento en que dejo de mirarme. Sentí que podía respirar de nuevo.

"Tenemos que irnos Angel, se está haciendo tarde y no quiero que Alice me mate." Su pequeña mano fue hacia el bolsillo de Max donde saco su teléfono mientras el se reía de sus acciones.