16. Michel

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Se veía completamente diferente de lo que había visto de él las otras veces que nos encontramos; en la oficina de policía estaba vestido como un hombre rico, parecía un tipo rico, hablaba como un hombre rico y actuaba como un hombre rico, al igual que sus otros dos amigos, que sacaron el mayor demonio dentro de mí. No soportaba a ese tipo de gente. Siempre tratando de tener el papel del mejor cuando claramente son todos iguales.

En la fiesta de cumpleaños de Angel, sin embargo, no llevaba su ropa cara; en cambio se vistió de payaso, pero aun así, seguía manteniendo esa sonrisa estúpida dentro de su cara como diciendo 'hey, estoy aquí, y voy a meter mi maldita nariz en tu vida y te mostrare lo superior que soy.' Le pedí al chico un simple aventón y ya entro a mi casa como si fuera suya; sabía que a Alice le agradaba, y no era su culpa. Estaba jugando al niño bonito, pero yo sabía que estaba tratando de sentirse mejor, diciéndose a si mismo que había hecho una buena obra para otro ser humano. Eran todo iguales, siempre tratando de parecer agradables cuando honestamente hacían las cosas que hacían para 'comprarse un lugar en el cielo' de acuerdo con sus creencias. Al menos esa era la forma en la que solían trabajar.

Pero ahora, cualquiera que sea la razón, se veía diferente. Quiero decir, el todavía seguía teniendo esa estúpida sonrisa en su rostro, pero no me molestaba esta vez. Probablemente por el hecho de que en realidad estaba vestido como un vagabundo – suéter y pantalones sucios y viejos; una vieja gorra azul y zapatos blancos gastados – o tal vez por esa cosa detrás de sus facciones que parecía tener mucho dolor. El tipo era un completo desastre.

Esas bolsas verdaderamente oscuras bajo sus ojos eran más o menos lo suficiente como para darme cuenta de que no iba a actuar fastidiosamente esta noche. Dudaba siquiera que actuara de alguna manera; estaba en un estado vegetativo.

Todavía me arrepentía de haber caminado hacia Max (creo que ese era su nombre), pero también sentía pena por él. En lugar de escupir palabras groseras, me quede allí, examinando todos sus movimientos. Ahora estaba a punto de ponerse de pie, pero su rostro estaba pálido y sus manos temblaban un poco, lo que me hizo pensar que se iba a desmayar si trataba de hacerlo. Perdería su equilibrio, y no pude evitar la sonrisa de satisfacción que formaron mis labios mientras me daba cuenta que estaba en lo cierto, en su intento de ponerse de pie, volvió a caer en el banco.

"¿Qué?" Me pregunto cuando me vio riendo. "No estoy vestido ya como payaso." Miro hacia abajo, poniendo una de sus manos sobre su cabeza, en busca de apoyo. Casi podía sentir su migraña, y sabia como se sentía.

"Parece que alguien es un desastre." Dije, buscando en el bolsillo de mi delantal las píldoras que Alice me volvió a dar hace unos días y - por alguna extraña razón – caminé hacia él. Tomando el espacio vacío a su lado, vi como ladeo la cabeza hacia un lado y me miró fijamente, tomándose su tiempo para apreciar mi presencia.

"Quizá tengas razón." Admitió, y aunque trato de sonar bien, se notaba el cansancio en su voz. "¿Qué tienes ahí?" Señalo con la cabeza las pastillas en mis manos y le ofrecí una.

"Puede que te ayude con la migraña ¿sabes? Solo tienes que tomar una." No tuve que preguntarle dos veces cuando tomo cuidadosamente las píldoras de mis manos y las miro, demasiado pensativo. "La migraña no va a desaparecer simplemente mirándolas." Señale la sustancia en su palma. "Tienes que ponerla en tu boca."

Me miro de nuevo, un pequeño entreveo de diversión jugaba en sus ojos azules (que tengo que admitir, eran ojos hipnotizantes). No sonreía, ni tampoco reía, por su mirada me di cuenta de que estaba siento sarcástico; y entonces me permití una sonrisa.

"Debí saberlo." Me guiño un ojo y luego negó ligeramente con la cabeza de un lado a otro. "¿Te importaría conseguirme un vaso de agua?"

En silencio, asentí con la cabeza y me pare, todavía no estaba seguro de que por que estaba haciendo eso por él. Tal vez tenía un alma buena en el fondo y no podía soportar ver a gente casi muerta sobre un banco frente a un club de strippers.

Daño |  ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora