Daño | Chestappen

13. Max

- Max -

"Te juro por Dios, Verstappen, que pagaras por esto." Charles me amenazó mientras nos dirigíamos en dirección a la mesa donde nos esperaban las dos chicas.

No me sentí amenazado por él, pero no podía gritarle en la cara, en frente de todas esas personas y especialmente de la chica que, supuestamente, se estaba empezando a enamorar. Todavía no le creía mucho, pero Charles después de todo era uno de mis dos mejores amigos, y simplemente no podía dudar de él. Algún día se enamoraría de alguien, así que, ¿por qué no podía ser la chica que estaba parada frente a mi para saludarme?

Forzadamente empujé los pensamientos a un lado poniendo una enorme sonrisa en mi cara y abrazando a las dos chicas que tenía frente a mi antes de darles un beso en la mejilla. Charles me presentó nerviosamente a ellas (como si no supieran quien era, seguro Charles dijo todo tipo de comentarios acerca de mi mientras no estaba aquí) y nos sentamos en la mesa, buscando las opciones en el menú.

La de cabello castaño (Charlotte, la chica de la que Charles supuestamente estaba enamorado) ordeno rápidamente su lasaña de carne, que era básicamente una lasaña casera con queso, salami, salchichas y salsa. No le tomó ni cinco minutos tomar su decisión, lo que puede significar que había estado revisando el menú largos minutos antes de que yo llegara. Eso me hizo sentir un poco mal por llegar tarde. No importaba lo que dijera Charles, esas chicas no tenían nada que ver con sus malos hábitos.

Su amiga Rebecca (la que tendría que entretener por el resto de la noche) ordenó canelones; unos tubos de pasta respaldados al horno, rellenos de carne de ternera, pollo y una mezcla de quesos. Empezaba a sentirme incomodo por el hecho de que todo el mundo a mi alrededor ya sabía que comer, mientras yo miraba el menú por incontables minutos, tratando de pensar. No tenía hambre, después de todo. Necesitaba volver a casa, comer galletas y luego irme a la cama. Tratar con niños era definitivamente agotador, pero la peor parte fue lidiar con ese tipo terco y enojado, sin duda.

Y aquí estaba, una vez más, pensando en él. La semana pasada me tomó un tiempo olvidar lo que había sucedido en la oficina de policía, ese tipo pesado siguió jugando por las esquinas de mi mente por unos días. Verlo de nuevo, siendo bueno con los niños y eso, no ayudaba mucho. Estaba totalmente intrigado ahora. ¿Cómo puede ser tan grosero con todo el mundo, y a la vez ser casi como un adorable hermano para esa niña? Curioso.

"¿Max?" Charles me miró confuso, obviamente desesperado porque estuve en silencio durante mucho tiempo.

"Lo siento. Es realmente difícil elegir cuando todo suena tan bien. Voy por unos ravioles con albóndigas de carne."

Una vez que el mesero se fue, las chicas comenzaron a preguntarme acerca de mi vida y de las cosas que había hecho antes de llegar al restaurante. Al parecer, decir que estaba jugando a ser payaso en la fiesta de cumpleaños de una niña, me hacía más atractivo, porque simplemente no pude eludir el hecho de que ellas suspiraran. ¿Qué? ¿Qué había de atractivo en un tipo vestido de todos los colores, con zapatos extremadamente enormes y un maquillaje colorido y estúpido? Sin mencionar el hecho de que realmente pretendía entretener, y no pude hacer otra cosa que pintar rostros y hacer malabares.

No podía entender sus mentes, pero al parecer Charles lo hacía y me golpeaba con su muslo por debajo de la mesa; con esa sonrisa burlona en su rostro como si estuviera orgulloso de que fuera su amigo. Traté de mantener las ganas de poner los ojos en blanco, le sonreí a las chicas y comencé a preguntarles cosas de sus vidas. Charlotte estaba estudiando para convertirse en diseñadora de moda y podría haberlo adivinado seguramente por su vestimenta y el delicado maquillaje en su cara. Rebecca, por otro lado, estudiaba ingeniería, lo cual solo podía admirar. Su sonrisa creció ante mi reacción, y supe que la tomo como una señal más para seguir su sueño.