Daño | Chestappen

52. Michel

Antes de que finalmente pudiera irme, tenia que ir por mis zapatos y mi chaqueta, y por supuesto – obviamente – Max aprovecharía el tiempo que me tomaría finalmente conseguir todo. No podía dejarme ir. Y para ser honesto no quería.

Anoche me lo pase tan bien que no quería irme, quería quedarme con el el mayor tiempo posible. Lastima que tenia un novio que cuidar. Probablemente estaba en el gimnasio en este momento, haciendo su trabajo mientras su estúpido novio, a quien confiaba su propia vida, lo engañaba – y lo disfrutaba mas de lo que debería – pero aun así, tenia que irme a casa.

No podía saber si volvería para almorzar o no, pero no podía arriesgarme. Además, después quería ver ver a Angel. Probablemente pasaría por casa de Alice al final del día para poder ver a la niña. Ha pasado como una semana desde la ultima vez que estuvimos juntos y la extraño. Aunque todavía no estoy seguro de poder enfrentar esa pequeña bola de energía e inteligencia. Ciertamente esta entusiasmada con la idea de que Max y yo estemos juntos, pero no quiero decirle nada. No quiero contarle lo que hemos hecho juntos recientemente, pero se que tampoco puedo ocultárselo por completo. Incluso si ella no conoce los detalles, notará algo diferente en mi.

Esa niña no puede ser normal. Ella no es un humana.

Pero después de todo, ¿por que tengo tanto miedo de lo que ella pueda ver? No pasa nada entre Max y yo, ¿verdad? Bueno, la respuesta puede no ser la que era hace un tiempo – ciertamente hay algo entre nosotros, tal vez – pero no es como si estuviera con el. Sea lo que sea, no es una relación. Y no puedo darle a Angel esa esperanza y arruinarlo mas tarde al no hacerlo real. Simplemente no puedo hacerle eso; no puedo hacerme eso a mi mismo.

Entonces, después de quince minutos (o, posiblemente, media hora) de intentar sin éxito escapar de Max y de tener que ceder obligatoriamente (mas o menos) a sus besos, pude salir de su departamento. Fue un poco desgarrador verlo cerrar la puerta con esa cara tan enfurruñada y anhelante, pero no fue suficiente para hacerme quedar, como supongo que era el plan. Todavía puedo evitar su encanto; todavía soy fuerte.

Lentamente camine de regreso a casa, optando por no tomar un taxi, ya que todavía me sentía un poco torpe y fuera de mi mismo, por lo que necesitaba un tiempo para estar solo y permitirme pensar en que rumbo estaba tomando mi vida. Si me preguntan, no, nunca me imagine salir del departamento de otro chico después de haber disfrutado mucho pasar una noche con el. No, nunca me imagine ocultándole cosas a Lance porque me hace sentir bien; no la parte de mentir, solo lo que le estoy ocultando. Y no, ciertamente no me había imaginado admitir ante mi mismo, menos aun ante otras personas, que podría enamorarme de alguien que no fuera Lance. Y tal vez aun no lo he admitido ante el mundo, pero si, me esto enamorando de Verstappen, totalmente en contra de mi voluntad, y el lo sabe.

Porque en cierto modo le dije que me gusta, y el sabe a que me refiero con eso. Y en cierto modo no negué sus teorías, porque en cierto modo quería que lo supiera, por alguna razón desconocida, lo que siento por el. Y, de hecho, se esta convirtiendo en algo en lo que es imposible dejar de pensar. En realidad, es patético como tuve que esperar a que el me invitara a salir para darme cuenta de que siento algo, si, y que no tiene sentido ocultarlo. De todos modos, no es que vaya a llevarme a ninguna parte hacerlo. Además, deje claro que no dejare a Lance. Incluso si a veces es todo lo que quiero hacer, dejarlo ir y lidiar con su propio dolor porque yo también tengo mi propia vida y mis propios sentimientos, no puedo. Simplemente no puedo.

Cada vez que tengo ganas de renunciar a el y a toda la mierda que me arroja, recuerdo que no hay manera de que pueda dejarlo. Tome mi decisión hace mucho tiempo y desde entonces pase por demasiado, hice demasiado, lo ayude demasiado para simplemente empacar mis cosas e irme. Y esto es algo que nadie, literalmente nadie, entenderá jamás. Ni si quiera Alice, que es una mujer tan sabia; ni su hija, que para su edad es mas que un genio, pero demasiado joven para siquiera intentar entender como es mi vida. ¿Mi hermano? Pff, el es el que menos sabe. Incluso si hiciera todo lo posible por ser parte de mi vida no seria capaz de comprender ni la mitad de lo que es estar en mis zapatos.