17. Max

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Michel. Eres era su nombre. Michel... Parecía encajar con su apodo – Mich como le decía Angel – pero por alguna razón, no encajaba con él. El no aparentaba ser Michel. No me malinterpreten, era un nombre bonito, y él era muy guapo, pero aun así, no me imaginaba a alguien como el llevando ese nombre. ¿Por qué siquiera importa?

Negue con la cabeza mientras me dirigía hacia Charles, quien me miraba con una mirada confusa en su rostro.

"¿Dónde diablos estabas? Cuando volví al carro ya no estabas." Dijo y rodé los ojos ante sus palabras.

"Estabas tardando demasiado y necesitaba tomar un poco de aire fresco."

"Me asustaste, Max. Pensé que alguien te había secuestrado." Charles suspiro con alivio y negó con la cabeza, mirándome con ojos temerosos. "¿Qué estabas haciendo en la parte de atrás del club?" Ahora tenía esa sonrisa ridícula en sus labios, y sabia bastante bien lo que estaba pasando por su cabeza.

"Sentado en un banco. Charles. Solo." Le mentí, no quería decirle que estuve con Michel y alimentar sus pensamientos sucios. Ese chico tenía problemas mentales.

"Si, sí. Lo se."

Permanecimos en silencio durante el camino de vuelta al carro y también todo el camino hacia la casa de Carlos. Mi cabeza no dolía más, gracias a las pastillas que Michel me había dado, así que no me queje cuando Charles encendió la música, manteniendo una canción en un volumen soportable.

Mientras tarareaba la música, me apoye en la ventana y deje que mi mente fluya al chico que estaba sentado a mi lado hace unos minutos. El sin duda fue muy diferente en comparación a las otras veces que nos encontramos y Angel no estaba cerca. Esta vez, fue... amable. En su manera grosera de ser amable, pero aun así. Me dio pastillas, incluso cuando no se las había pedido. Se dio cuenta de que no estaba bien, porque me estaba prestando mucha atención y no me ignoraba como lo hacía antes. Esta vez realmente perdió su tiempo analizándome. No me pregunten por que – sinceramente no lo se – pero estaba satisfecho con eso. Me quede satisfecho con el hecho de que él estaba, de hecho, prestándome atención.

Incluso hizo una broma acerca de mi ropa. Viniendo de su boca, probablemente era algo bueno, ¿no? Teniendo en cuenta la manera en cómo había actuado conmigo antes, llegue a la conclusión de que sí; era algo bueno. Eso fue realmente un paso hacia delante para nuestra relación, si pudiéramos llamarlo así. Apenas había hablado con él, y sin embargo, sentía esa necesidad de saber más sobre él. Solo estaba... curioso. El salía con el idiota más grande del mundo – podía decirlo porque le había hecho daño, y también como había terminado en esa pelea en el club – era grosero con todo el mundo, los niños era una excepción. Con ellos era la persona más amable del planeta.

Probablemente era una de esas personas que tenían algún tipo de trauma de su infancia y trataban de arreglarlo haciendo feliz la vida de los niños; ya que la suya no lo era. Pero solo lo estaba asumiendo; no había manera de que pudiera saberlo.

De todas formas, su bipolaridad no era la única cosa que me llamaba la atención, no iba a mentir. Él era muy guapo (y por guapo me refiero a, si, cara bonita, sus labios, sus preciosos ojos cafés y sus pecas).

"Hey, ¡amigo!" Charles grito y negué con la cabeza tratando de concentrarme en las manos que se movían delante de mis ojos. "¿Aun estas aquí?"

Cerré los ojos, suspiré y le dije:

"Quítate."

"¿En qué estás pensando? Debe ser muy interesante porque estas totalmente ajeno a este mundo."

"Cállate, Charles. No quería salir de mi departamento para empezar. Ahora, si vas a molestarme, conduciré hasta allá y te cerrare la puerta en la cara de nuevo."

Daño |  ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora