49. Max

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"¡Esta ordenado!" Fue lo primero que dijo una vez que abrí la puerta de mi departamento, empujándola para abrirla y revelando la agradable vista del interior. Y, si, en comparación con la ultima vez que Michel había estado aquí, supongo que podría decir que estaba ordenado. Además, pase toda la semana haciendo algunas tareas aquí para poder tomar un descanso después del trabajo, antes de la universidad y durante el fin de semana.

No es que esperaba que el chico del que estoy enamorado me llamara un viernes por la noche para decirme que saliéramos y luego terminara en mi casa.

Después de la experiencia de la casa del árbol, Michel y yo volvimos a nuestra manta de picnic y pusimos todas las sobras en la cesta antes de partir finalmente. Tenia la intención de estar en la casa del árbol un poquito mas (porque, en serio, me sentía muy cómodo con Michel recostado en mi regazo y riéndose), pero el viento se estaba volviendo mas fuerte y pronto estaría lloviendo. Y, bueno, la casa del árbol tiene muchos agujeros.

"Soy un hombre ordenado." Finalmente le respondí mientras ponía la llave en la cerradura y cerraba la puerta detrás de nosotros. Michel simplemente se quito la chaqueta, quedando solo en una camiseta blanca.

"Mientes. Simplemente lo limpiaste porque intentabas impresionarme." Se burló, colocando su chaqueta en el respaldo del sofá y caminando hacia el pasillo, deteniéndose solo para darse la vuelta y preguntarme: "¿Puedo usar tu baño?"

Y no pude evitar reírme de eso.

"Oh Dios, ¿sabes que es la cortesía? Estoy en shock."

"Cállate bastardo. Tengo buenos modales, para que lo sepas."

"Puedes ir al baño." Se rió, pero se dio la vuelta y desapareció detrás de la puerta.

En silencio, me quite mis tenis y camine hacia la cocina, agarré dos copas y luego me dirigí a la sala. Guarde algunos vinos especiales para algunas ocasiones especiales. Hoy sin dunda es una de esas ocasiones.

Justo cuando estaba a punto de sentarme en el suelo me di cuenta de que había olvidado el sacacorchos. En mi camino de regreso, Michel caminaba por el pequeño pasillo, mirándome con el ceño fruncido mientras observaba los objetos en mis manos.

"Entonces, ¿funciono?"

"¿Que cosa?"

"La limpieza, ¿te impresiono?"

"Oh, claro, eso. Podrías haberlo hecho mejor, ¿sabes? Aunque es mejor que la ultima vez, debo admitirlo." Apenas pudo terminar la frase sin estallar en carcajadas, e hice lo mejor que pude para fingir que estaba ofendido, aunque temo que tal vez no haya funcionado. "Por cierto, ¿que estamos celebrando? Realmente no necesito vino, estoy bien con una cerveza."

"Silencio. La cerveza es demasiado sencilla para esta noche, ¿no puedes ser un poco elegante a veces?" Me queje, quitando el corcho del vino con un fuerte sonido y entregándole una de las copas a Michel, quien levanto una ceja, pero esperó en silencio hasta que vertí el vino en ella.

"¿Que tiene de especial esta noche, si puedo preguntar?"

"Deja de usar la palabra puedo. Ambos sabemos que no eres nada educado. No hay nadie aquí a quien debas intentar impresionar; sabes que ya me tienes."

El se sonrojó ligeramente ante eso, pero trató de ocultarlo detrás de una sonrisa arrogante, simplemente sacudió la cabeza lentamente y murmuro algo como ¨no puedes parar, ¿verdad?¨

"Pero de cualquier manera. ¿Cómo es que no sabes que tiene de especial esta noche? Primero me llamas y me pides que pase por ti. Luego me pides que te bese. Y luego admites que no puedes alejarme. Además, no olvidemos que me callaste besándome bastantes veces, y ahora estas en mi casa sin gritarme que te iras por la mañana y que ni siquiera debería intentar detenerte. Estoy robando tu corazón. Eso es lo que tiene de especial esta noche."

Daño |  ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora