40. Michel

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¡Es un idiota! Honestamente, ¿Qué andaba mal con su puto cerebro? 'he decidido quedarme' ¡Idiota! ¡Eso es pura mierda! ¡Se ira en el momento en que se de cuenta de que no va a obtener lo que quiere! He estado con Lance durante diez años y desde luego no lo voy a dejar. Tenemos nuestros malos entendidos, pero no es nada con lo que no podamos lidiar. El es el único para mi, y no importa lo que diga Verstappen, no lo cambiara.

El se ira quiera o no, y no necesito hacer nada para que las cosas cambien. Sucederá por si solo; tarde o temprano se cansara de luchar por algo tan inútil como yo. Solo quiero facilitarle las cosas. Y para mi. Sera mejor para ambos si el simplemente se marcha ahora; ninguno de los dos necesita apegarse el uno al otro, eso es una estupidez.

Mi peor temor ya podría haber ocurrido. Dice que esta enamorado de mi, aunque dudo que sea cierto; es solo la lujuria hablando por el – y yo estoy... ¿confundido? - el hace lio conmigo; es un hecho. ¿Pero es suficiente para que lo extrañe? No, no puede ser. ¡Apenas lo conozco!

Me ha estado haciendo enojar los últimos meses, pero no es como si realmente supiéramos mucho el uno del otro.

Nunca en un millón de años tendríamos la oportunidad de estar juntos. Amo a Lance. Nunca lo dejaría, de eso estoy seguro. Todos estos años el cariño entre nosotros creció. Y no solo eso, también compartimos secretos que nadie mas conoce. Compartimos un pasado que define lo que ambos somos ahora. Estamos juntos porque hay una razón para ello; porque fuimos hechos el uno para el otro, y porque no hay nadie mas en este mundo que encaje de la forma en que encajamos. Estoy seguro de que nadie podría controlarme como lo hace Lance. Después de todo, mi propia familia me abandono. Si trato de buscar a mis padres ahora, seguramente me cerraran la puerta en la cara. Antonio es su orgullo; el hijo con el que todo padre sueña. Logró lo que siempre soñó. Tenia éxito en su trabajo. Todo el mundo conoce al oficial Pérez. Todo el mundo lo ama.

Yo solo soy el imbécil que sale con el chico rudo del gimnasio. El problemático hermano de Antonio. Todos se compadecen de el por mi culpa; porque es demasiado bueno para tener tantas preocupaciones con su pariente rebelde. Solo soy algo que les disgusta. Casi como una enfermedad.

Lance, Alice y Angel son los tres que me tratan como si fuera un ser humano. Un ser humano decente. Antonio simplemente actúa como si yo fuera un niño al que necesita vigilar constantemente. E incluso si Lance me trata como una mierda a veces, me entiende completamente. Nuestra rutina diaria es normal y puede parecer aburrida para muchas personas, pero para mi lo normal es mas que perfecto. Me hace sentir normal, aunque es el único que puede hacerme sentir deprimido. El tiene tanto poder. Por eso necesito estar con el. De hecho, estamos hechos el uno para el otro. No solo por las buenas, sino también por las malas.

Y sin embargo, después de todo, cada paso que doy hacia la casa de Alice duele. Se que no debería hacerlo, pero ser siente horrible hacer lo que acababa de hacer: alejarme de el. Intento decirme a mi mismo que estoy destrozado porque el me hizo lo suficientemente frágil hasta el punto de que muchos recuerdos dolorosos regresaron, me hizo lo suficientemente frágil como para permitirle ver algunas de mis cicatrices, lo suficientemente frágil como para admitir que realmente me sentí bien, con tenerlo cerca. Pero vamos, no hay excusas suficientes para justificar el hecho de que el me hizo frágil. Nadie hace eso; nadie además de Lance.

Hasta ahora.

Me duele volver a casa de Alice porque decidí que iba a poner fin a toda esa mierda a la que el estaba tratando de arrastrarme, toda esa cosa de hacerme sentir por el lo que el siente por mi. ¡No puedo permitir que suceda! Pero estoy asustado. Tengo miedo de que ya haya empezado.

¿Como? No tengo ni puta idea.

La semana pasada todavía lo evitaba lo mas que podía, pero desde el día en que me beso por primera vez...

Daño |  ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora