93. Max

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La mitad de mi departamento ya estaba empacado. La cocina estaba llena de cajas por toda la encimera y el piso, varios utensilios de vidrio envueltos en periódicos y cuidadosamente colocados sobre pequeñas cantidades de papel arrugado y bolitas de poliestireno, por si acaso. Algunos otros también habían sido envueltos con plástico de burbujas que Rebecca logró traerme, y así fue como toda mi cocina termino resumida en cartón.

Rebecca y Charlotte estaban ahora en mi habitación envolviendo todos los recuerdos y poniéndolos en cajas mas pequeñas, para poder llevármelos a Londres, mientras Carlos y Charles habían ido a una tienda para tratar de conseguir mas cajas.

Yo, por otro lado, estaba parado en silencio en la cocina, apoyado en el mostrador con el vaso de agua que había usado como excusa para estar solo, todavía entre mis dedos, intacto. Era increíble saber que iba a una nueva universidad para comenzar una nueva vida, sin duda, ahora; conseguiría un trabajo adecuado y haría lo que mas me gusta.

Pero era devastador observar todos los pequeños detalles, así como los mas grandes, que cuidadosamente me había tomado mi tiempo para encontrar su lugar en este departamento, siendo ahora tomados por cajas vacías que parecían tener el poder de hacer que las paredes parecieran mas pálidas. Era devastador.

Era devastador pensar en el hecho de que ahora, mas que nunca, no vería a mi familia con tanta frecuencia. Cuando me mudé por primera vez no se había sentido tan mal como ahora. Cuando me mudé la primera vez no tenia tantas cajas y rincones vacíos, porque la mayoría de las cosas se habían quedado en casa de mis padres. Sin embargo, ahora había una ventaja de todo este cambio, estaría mas cerca de Victoria.

"Amigo, esto es horrible." Charles apareció en la puerta de repente, haciéndome saltar en mi lugar, de lo que tanto el como Carlos se rieron. "No puedo creer que realmente te estés mudando, lejos de nosotros." Se arrodilló teatralmente en el suelo y junto las manos. "No hagas esto, Max. No me rompas el corazón. Por favor no me dejes, no nos dejes."

Puse los ojos en blanco, bebiendo el vaso de agua de una vez y acercándome a ellos. Cuando les di la noticia hace una semana, fue con todos los que estaban a mi alrededor: padres y amigos mas cercanos. Lo que resulto en una fuerte ovación al unísono, muchos abrazos y felicitaciones, pero también significó que todavía quedaba mucho por hablar en privado con cada uno de ellos. Este iba a ser solo uno de esos momentos, lo sabia. Solo yo y los chicos.

Respiré hondo y le ofrecí una mano para ayudar a Charles a levantarse de nuevo, tratando de sofocar el ligero apretón en mi pecho por la simple idea de no tener a estos dos cerca para molestarme cuando mi estado de animo fuera el peor.

"Toda historia tiene su final, lo siento." Le lance una débil sonrisa, apoyándome contra la pared. "Sin embargo, no se preocupen, se que encontraran una manera de molestarme mas ahora aun estando lejos."

Charles se encogió de hombros y me abrazo por la espalda. "Te extrañaré mucho, de verdad. Probablemente mis padres también lo harán. Eres su persona favorita." Le di un golpe en la cabeza por eso, murmurando un 'imbécil' en voz baja, pero riéndome de todos modos cuando Carlos estuvo de acuerdo con el. "Sin embargo, eres tan exitoso que es patético."

Me pavoneé bajo la atención, sonriendo orgulloso de mi mismo. "Muchas gracias de hecho."

"Te llamó patético." Señaló Carlos, con los brazos cruzados sobre el pecho mientras me miraba divertido. Me encogí de hombros simplemente.

"El esta celoso."

"Probablemente." Estuvo de acuerdo Charles, finalmente extendiendo los brazos y sonriendo sinceramente. "Te apoderaras de Londres, y probablemente construyas tu propio auto de la Formula 1."

Daño |  ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora