Honestamente, nunca había visto a Max sonreír tanto. Tenia esa sonrisa sincera de oreja a oreja, sus manos agarrando las mías como si fuera a desaparecer si me dejaba ir; como si fuera una especie de sueño y se aferrara a el con todas sus fuerzas antes de despertar y volver a la realidad.
Sin embargo, esta era la realidad. Yo estaba a su lado y era cerca de la 1 de la madrugada, y caminábamos de regreso a su departamento como si el mundo entero no estuviera cayendo en copos de nieve a nuestro alrededor. Las calles estaban cubiertas de blanco de tal manera que nuestros pies se hundían, el viento frio golpeaba nuestras caras, pero de alguna manera, no era a eso a lo que le estaba prestando atención.
Estaba prestando atención a la forma en que su brazo estaba colocado firmemente alrededor de mi cintura, como si pareciera encajar perfectamente en mi costado, como nuestras curvas parecían estar hechas como piezas de un rompecabezas; diferentes, pero complementarias. Dondequiera que tocáramos, no podía sentir el invierno. Era verano, cálido y cómodo, un poco abrumador a veces, pero aun así, el toque mas dulce.
Estaba prestando atención a la forma en que nuestras piernas se movían en sincronía – aunque las suyas eran un poco mas largas que las mías – y la forma en que el me acercaba cada vez que inconscientemente me alejaba un poco.
Durante todo el tiempo estuvo sonriendo. Al cabo de un rato, se convirtió en una sonrisa dulce y discreta, pero seguía ahí. Durante demasiado tiempo pensé que el frio se había pegado a su cara y a sus rasgos. Sin embargo, se veía hermoso, el pequeño hoyuelo mas prominente en su mejilla, sus ojos azules brillaban de satisfacción.
Y no pude evitar pensar que así debería lucir todos los días de su vida.
"Me estas mirando como un bicho raro." Dijo después de un rato, y no me había dado cuenta de que yo también estaba sonriendo, empujando ese mal sentimiento en mis entrañas muy dentro de mi, enterrándolo donde no me molestaría con el, ya no. Había dejado a Lance y seria difícil para el lidiar con eso, si, pero podía hacerlo. Había hecho lo correcto.
Ahora el tenia mas amigos que hace diez años, y ahora también practicaba boxeo, por lo que estará bien con el tiempo.
"Te ves hermoso." Le dije como respuesta, tocando su hoyuelo mientras hacia todo lo posible para acentuarlo aun mas. Por un breve momento, cerro los ojos y suspiró, dejo de caminar y también me rodeo con su otro brazo. Antes de que pudiera hacer algo, el me acerco hasta que nuestros cuerpos se fundieron en uno y me beso en la frente. "¿Que mierda estas haciendo, Verstappen? Hace mucho frio, sigue caminando."
"Cállate y déjame disfrutar esto." Amonestó, manteniendo los ojos cerrados mientras se inclinaba y apoyaba nuestras frentes juntas. Ambos teníamos frio, pero sus manos estaban calientes.
"Podemos abrazarnos en tu departamento, ¿de acuerdo? Puedes disfrutar de lo que estas disfrutando una vez que no estemos cubiertos de nieve." Dije suavemente, acariciando su mejilla y tratando de alejarlo, pero el apretó con mas fuerza el agarre que tenia sobre mi. Y comenzó a caminar hacia atrás hasta que choco contra una pared. "¡Verstappen!"
"Sergio, por favor cállate, ¿quieres?" Fueron sus siguientes palabras, impidiéndome protestar una vez que sus labios encontraron los míos, solo besos suaves, pero de todos modos era una sensación de ardor. "Mi departamento esta lleno de idiotas que probablemente están haciendo suposiciones durante nuestro pequeño paseo, y cuando lleguemos allí no habrá manera de que se vayan sin saber por que estaba fuera de mi propio departamento con el hombre del que he estado hablando, casi durante todo el año pasado."
Me atraganté con el aire por un momento.
"No ha pasado un año desde que nos conocimos, ¿verdad?" Le pregunté entonces, frunciendo el ceño. El sonrió.

ESTÁS LEYENDO
Daño | Chestappen
FanfictionNo te enamores de mi... estoy demasiado dañado para ti. ¿Qué estaría dispuesto a hacer por amor?