Daño | Chestappen

2. Michel

- Michel -

(Recuerden, Michel y Sergio son la misma persona, se irán dando cuenta por que a lo largo de la historia).

Lance siempre tiene esa cosa celosa en su comportamiento. Nunca podía soportar verme con otro chico (excepto sus amigos) riendo conmigo, hablando conmigo, o siquiera mirándome. Hasta la pubertad, no fue realmente un problema, sin embargo, sus hormonas fueron apoderándose de todo su cuerpo y lo volvieron loco con más facilidad. Además, vamos a decir que yo no era el tipo de chico atractivo a esa edad (todavía no lo era, después de todo) pero en los últimos años ha cambiado mucho; su comportamiento, quiero decir.

Los últimos dos meses fueron los peores; las cosas estaban empezando a salirse de control y yo estaba empezando a preocuparme.

Por eso intenté evitar al máximo todas esas miradas estúpidas de un pequeño grupo de chicos en la cola frente al mostrador. Maldita sea, ¿No podían esas personas simplemente pedir algo más rápido? ¿Por qué era tan difícil elegir el tamaño de las palomitas de maíz? ¡Tres malditas opciones! Un niño de cinco podría hacerlo más rápido.

Lance, tal como temía, había notado las miradas de un tipo en particular (pelo oscuro, un montón de gel que mantenía un copete, ojos verdes, cara pálida y labios rosados enormes) Me miraba como si fuera el ultimo vaso de agua fría en esos días de calor en los que estas sudando como un cerdo.

Su mirada fija en mí ya estaba resultando incomoda; no solo porque Lance tenía un ojo sobre el (lo cual tengo que admitir, era un gran problema, porque el ya estaba muy enojado) sino también porque sabía lo que estaba pasando dentro de su cabeza. Yo no era ningún tipo de psíquico, médium o como se le llame a esa gente que lee mentes de otras personas, pero no era difícil adivinar todas las cosas sucias que estaban corriendo por su cerebro cuando esa estúpida sonrisa jugaba en sus labios, alcanzando sus ojos con una intensidad que ya me estaba enojando.

¿Quién mierda se creía que era para mirarme como si yo fuera un juguete sexual, la personificación de todas sus fantasías? ¿Por qué hay hombres que tienen que mirarme así? ¿No se dan cuenta del tipo enorme y temperamental que está parado a mi izquierda? (Si, Lance tenía esa obsesión de quedarse siempre parado a mi izquierda. No estaba seguro de por qué, tal vez creía que estaba más cerca de mi corazón, o alguna otra cosa que no entiendo).

De cualquier manera, en otros tiempos, los pocos hombres que intentaron coquetear conmigo terminaron sangrando por la nariz, porque no eran lo suficientemente inteligentes como para callarse y salir corriendo cuando los ojos de Lance comenzaban a enrojecerse y sus puños se apretaban, sus dedos apretando y hundiéndose en mis manos con tanta fuerza que me dejaban marcas en la piel.

Les gustaba el peligro, aparentemente, y definitivamente no temían por sus vidas porque estoy seguro de que Lance mataría por mí. Quiero decir, por mi culpa.

Una vez más, esos ojos verdes me miraban, y las manos de Lance apretaban mas mi antebrazo entre sus dedos. Las cosas se iban a poner serias aquí.

A pesar de que se tensó a mi lado, dejándole bien claro a ese grupo de chicos que el chico al que estaban viendo tenía dueño, no pareció importarles. El de pelo oscuro les susurró algo a sus amigos, y justo después hizo lo que no debería haber hecho: se acercó a mí.

Oh mierda, me di vuelta, tratando de no focalizarme en el tipo que venía caminando hacia nosotros y haciendo mi mejor esfuerzo para cambiar el foco de Lance también. Sus puños estaban todavía cerrados, y juro que podía ver sus venas bombeando en la piel, estaban a punto de explotar. Casi podía sentir la sangre corriendo por su cuerpo y sabía lo que iba a suceder. Con cuidado, tome la mano de Lance – que sostenía mi brazo tan fuerte que me dolía – aflojando los dedos, haciéndolo entrelazar nuestras manos. Mi mano libre se envolvió alrededor de su cintura.