26. Michel

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Advertencia.

En el siguiente capitulo encontraras abuso/violencia, si ese tipo de contenido no es de tu agrado, será mejor que no lo leas.

Sabes cuando te despiertas de uno de esos sueños horribles en los que sientes que te estas cayendo y lo único que puedes hacer es tener esa sensación de hormigueo en el vientre y la desesperación se apodera de ti, como si acabaran de sacarte el aire de los pulmones, y ¿todo lo que pensaste fue que ibas a morir? Así es como me siento.

Excepto que esto no era solo un sentimiento y no soñé con caerme. Estaba sucediendo.

Mis ojos se abrieron de golpe con miedo real, y tan pronto como mi cabeza toco el suelo me di cuenta de lo que, en efecto, estaba pasando: Lance me estaba tirando al suelo. ¿Pero cómo había llegado aquí? ¿Cómo termine en mi propia casa, con un Lance furioso mirándome profundamente a los ojos con ira y algo más... ¿celos? ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaba tan enojado?

"Ay, Lance yo-" y antes de que pudiera terminar la frase, me pateo el vientre, sin siquiera molestarse en ser gentil. Gemí, sin poder hacer nada más que eso. Tenía demasiada fuerza para siquiera permitirme pensar en algo, así que simplemente cerré los ojos de nuevo y sentí el dolor agudo que se extendía por todo mi cuerpo. Pero no se detuvo y pronto me empujo más con la fuerza de sus piernas, haciéndome golpear la pared. Su pie fue llevado a un lugar un poco más arriba del último lugar donde me había golpeado, todos mis músculos le rogaban que se detuviera. "Lance, detente." Susurre, tratando de cubrirme con mis manos, pero no me dejo hacerlo. Se inclino y me agarro las muñecas, inmovilizándolas junto a mi cabeza con una sola mano mientras me abofeteaba con la otra. Su mano no estaba siendo gentil con mi piel y casi podía sentir la forma de sus dedos en mi mejilla. Ya estaba ardiendo y no pude contener la lagrima que cayo de mis ojos inmediatamente después. Me dolía mucho...

"Sera mejor que te tragues esa lagrima, maldito imbécil." Me abofeteo de nuevo, esta vez mas fuerte, y gemí, sintiendo que la sangre ya salía a la superficie.

"Por favor, detente..." Le rogué nuevamente, pero él se levantó, ignorando mis palabras y pateándome contra la pared una vez más. ¿Por qué estaba actuando así? No parecía borracho no olía así. Estaba sobrio, realmente sobrio, por lo que solo podía significar que algo terrible había sucedido. ¿Pero qué? ¿Qué tenía que ver con eso? ¿Por qué me estaba haciendo esto? Mientras intentaba descifrarlo, siguió golpeándome, tirando de mi cabello hasta que finalmente se cansó y exhalo, arrojando su enorme cuerpo contra el sofá e inclinando su cabeza hacia atrás sobre el respaldo.

Para entonces ya no podía pronunciar una sola palabra; todo mi cuerpo palpitaba y hasta la respiración parecía dolerme. El dolor lo invadía y podía sentir lo ajeno a eso que Lance estaba. A él no le importaba en absoluto lo que yo sentía. Nunca le ha importado. Cada vez que se perdía en esos momentos de furia, nunca le importaba lo mal que me hacía sentir, nunca le importaba lo herido que podría estar por su culpa. ¡Y lo odio! Odio como de repente cambia de necesitado y encantador a un idiota completamente grosero. Esos momentos me hicieron querer levantarme y salir de esta casa en ese mismo segundo, pero sabía que más tarde el diría que lo sentía, no lo decía en serio, me amaba y me necesitaba en su vida. El me ayudaría a ir a la habitación y tendríamos nuestra reconciliación, de una manera física que me dolería y, sin embargo, me complacía. Si, me refiero al sexo.

Pero ahora mismo, sintiendo ese dolor agudo desde la cabeza hasta los pies, no podría pensar mucho en unas horas más. Ni siquiera estaba seguro de si iba a estar vivo hasta entonces o no. Y según lo que estaba sintiendo, no iba a salir vivo de esta. Lance estaba a punto de explotar, y casi podía verlo regresando para golpearme de nuevo, aparentemente sin ninguna razón. Pero el permaneció estático, simplemente mirando al techo en silencio. Ojalá pudiera saber en qué estaba pensando.

Daño |  ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora