Daño | Chestappen

92. Sergio

Yo era un desastre, por decir lo menos. Pero no físicamente; esta vez no.

En este punto, mi cerebro estaba mas que jodido, mis sentidos entumecidos por una especie de agudo sentimiento de culpa. Después de todo, Max tenia razón. Obviamente, la tenia. Pero a pesar de saber que el merecía a alguien mejor, no podía simplemente a obligarme a decir 'te amo' como si eso no me hiciera nada en absoluto.

Porque, sinceramente, esas dos palabras eran simplemente patéticas. ¿Por que la raza humana tiene la necesidad de escucharlas constantemente? ¿Por que las palabras importan mas que las acciones? No solo mi cerebro estaba jodido, sino también la sociedad. Realmente, después de todos los grandes pasos que había dado por Max, esas palabras deberían ser las ultimas en importar, en todo caso. Después de todo en lo que me había metido desde que conocí a ese idiota, al menos debería tomar eso en consideración.

Ademas, las palabras nunca significan nada. Porque prácticamente había perdido la cuenta de cuantas veces durante años le había dicho 'te amo' a Lance, sin decirlo de la misma manera que lo dije cuando pensé en Max. En realidad, era principalmente por eso que no quería decirlo. Porque estaba bastantes seguro de que en el momento en que pronunciara las palabras 'te amo', sonarían tan falsas como los sentimientos que Lance y yo tenemos el uno por el otro, y Max leería en mis ojos las diversas implicaciones que pondrían nuestra relación en la peor de las situaciones de nuevo.

Pero en este momento, parecía que todo lo que pudiera hacer arruianria lo que teníamos de todos modos. Su arrebato había sido la prueba de ello. Y realmente no lo culpó por la mayoría de las cosas, excepto que en cierto modo lo hice. Seamos realistas: fui yo quien le advirtió desde el principio. El fue quien insistió conmigo cuando le dije claramente, con todas las palabras, mas de una vez, que lo arruinaría. Se lo dije, porque sabia que esto sucedería, aunque no esperaba que muchas de las cosas que también sucedieron existieran. Lo que significa que no esperaba enamorarme perdidamente de el; no esperaba estar tan ausente por alguien en mi vida como lo estaba por el; no esperaba que mi estomago revoloteara con mariposas cada vez que se acercaba. No esperaba dejar a Lance y finalmente intentar seguir adelante; y menos aun, no esperaba que el supiera todo sobre mi.

La forma en que se desarrollaron las cosas fue inevitable.

Realmente quería hablar con Max sobre esto, explicarle todo tal como lo veía, pero el destino parecía no estar de nuestro lado. En absoluto. De hecho, parecía como si estuviera completamente en nuestra contra. Cada vez que iba a buscar a Max, su departamento estaba vació. Igual cuando iba a la tienda, y no tenia ni idea de como llegar a su universidad, aparte no sabia su horario, sus clases, ni conocía a alguien a quien poder preguntarle sobre el.

Probablemente también podía estar con su familia, pero por lo que había oído, Victoria había vuelto a su propia vida y parecía ser la única que no me despreciaba tanto. El padre de Max también había sido extremadamente amable, pero su madre, en lo que a mi concernía, vivía en la misma casa que el, y si yo aparecía allí probablemente me diría que me fuera de la vida de Max y lo dejará. Entonces, no buscare a Max allí.

Ademas, hace menos de una semana, Lance despertó. Todavía estaba bajos los efectos de innumerables analgésicos, pero estaba despierto y, al parecer, sus recuerdos no se habían visto afectados por el accidente. Inmediatamente, empezó a preguntar por mi, preguntando si había dejado esa cosa de dejarlo definitivamente, a lo que hice todo lo posible para meterle en la cabeza que de hecho, lo dejaría tan pronto como se mejorara.

Realmente no funcionó, si la manera en la que seguía sonriendo con complicidad de oreja a oreja era algo por lo que basarse.

En total, habían pasado dos semanas sin hablar con Max. De nuevo, y su ausencia era claramente frustrante, pero mis esfuerzos empezaron a parecer aun mas inútiles con el tiempo. Quizás estaba huyendo. Tal vez quería terminar conmigo y, para echarme la culpa a mi, se había estado escondido. Entonces podría usar la excusa de que nunca lo busqué.