Daño | Chestappen

36. Michel

Cuando desperté no estaba en la habitación de Verstappen, pero tampoco estaba en el sofá. Y si, sabia que no era su habitación porque, bueno, la había visto la noche anterior, después de salir del baño y mientras el estaba en la cocina. Simplemente sentí curiosidad, y termino no siendo mas de lo que había imaginado: bastante desordenado, sin cosas infantiles como las que probablemente tendrían sus amigos, no muchas fotos, algunos dibujos.

Suspire, levantándome en contra de mi voluntad. No me dolía la cabeza porque anoche no me emborrache, pero no me sentía bien. Y sabia por que: porque era un idiota. Es por eso. En cierto modo me consoló saber que no era el único; Lance también era un idiota, y por eso ayer actué tan estúpidamente. Lamenté mis acciones, pero no podía deshacerlas ahora.

Seamos honestos; Verstappen es, efectivamente, muy buen besador. Un gran besador. Esos labios tan grandes ayudan mucho, y también esas manos, y su pecho, que parece cómodo para descansar mi cabeza, y su olor, y... bueno, basta. Pero aquí esta la cuestión: no volverá a suceder. No le mentí cuando le dije que lo estaba usando como distracción. Una distracción en la que quizá me había involucrado demasiado, o no, pero aun así, una distracción. Quería olvidarme de las palabras de Lance y el significado que cada una de ellas tenia, y Verstappen parecía ser una buena idea.

Alice y Angel me asustaban con advertencias y preguntas, y yo no estaba preparado para eso. Pero Verstappen no haría eso, simplemente... el me distraería. Y tenia razón. Logro distraerme de mis problemas, y aquí estaba, listo para enfrentar mi realidad nuevamente.

Saliendo de la habitación, proto encontré el camino de regreso a la sala; una sala vacía que parecía mas solitaria que nunca. ¿Cómo el hace esto? ¿Cómo vivía solo, despertándose todos los días y enfrentándose a esta habitación silenciosa, llena de falta de vida? ¿Cómo llega a casa después de la universidad o del trabajo y luego se da cuenta de que no había nadie esperándolo para poder compartir cosas de su día?

No estoy diciendo que tengo eso en mi relación – ese seria el tipo de relación perfecta, pero la mía esta lejos de ser perfecta – pero si tengo con quien contar. Angel pasa mucho de su tiempo en mi casa cuando yo no estoy en la de ella, e incluso cuando ella no esta allí, o incluso si mi relación no es perfecta, todavía tengo a Lance a mi lado en la cama cada vez que despierto. Incluso si a veces ignora mis sentimientos, el esta ahí, sentado en el sofá, haciéndome saber que esta ahí si alguna vez me siento solo. Nunca me despierto y me enfrento a un vacío como el que Verstappen parece enfrentar todos los días.

Quizás el no necesite eso; tal vez tenga suficientes amigos para satisfacer su necesidad de contacto humano. Tal vez este harto de tanta gente a su alrededor, realmente no lo se. No lo entiendo, ni quiero hacerlo. Ni si quiera se por que sigo pensando en esas cosas.

Envolviéndome en mis propios brazos salí por la puerta de vidrio de la sala, que conducía a un balcón con una vista que me permitía ver gran parte de la ciudad. Rápidamente mire dentro a través del crista y note que todavía era demasiado temprano para que alguien estuviera levantado. Eran casi las 5:30 de la mañana y el cielo todavía estaba demasiado oscuro. La ciudad entera dormía y las nubes grises vagaban sobre la inmensidad de la nada. Una nada bastante oscura.

El viento de la mañana me hizo temblar, apretando mis propios brazos como si de esa manera pudiera calentarme. El aire en si ya estaba frio, así que pase solo unos minutos mirando los enormes edificios con todas las luces apagadas antes de finalmente regresar al interior, tratando de ser lo mas silencioso posible.

Necesitaba volver a casa.

Y con ese pensamiento en mente, agarre mis zapatos del suelo, justo frente al sofá, y los volví a poner en mis pies lo mas rápido posible. No quería que Verstappen se despertara antes de que yo me fuera.