Daño | Chestappen

1. Max

No debería haberme enamorado de el. Supongo que era bastante obvio que no debería hacerlo. Pero aun así, era inevitable no hacerlo después de todo el tiempo que pasamos juntos; o debería decir probablemente el tiempo que tuve que hacer tal esfuerzo para lograr que el se quedara conmigo completamente en contra de su voluntad. Todavía pensaba que a el si le gustaba; incluso de rió un par de veces, sus ojos brillaban, tal vez. Simplemente no fue mi culpa, en realidad no sabia como sucedió y definitivamente no estaba preparado para una persona como el. No era fácil, y probablemente nunca lo será, pero había muchas razones por las que era quien era.

Era una pena que no pudiera afrontarlo.

Ni siquiera pensé que algún día podría hacerlo cambiar de opinión. Si no había hecho eso hasta ahora no lo iba a hacer después; al menos no en corto plazo. Ya había cometido el error de intentar cambiarlo una vez, y después de todo no terminó bien. Ninguno de los intentos lo logró, para ser honesto. Probablemente simplemente creí que podía hacer desaparecer esa mala personalidad y sacar a relucir ese lado dulce.

Bueno, me equivoqué.

Quiero decir, si, el tuvo esos momentos, pero eran tan raros que comencé a preguntarme si realmente sucedieron. A veces llegué a pensar que no eran mas que un sueño; todas las pocas cosas buenas, ¿saben? Realmente no se siente bien cuando te das cuenta de que no puedes hacer nada por la persona que mas deseas. Era devastador. Fui tan ingenuo al creer que había algo que realmente podía hacer por el. Bueno, lo único que hice fue enamorarme de ese tipo tan molesto y testarudo; perdí mi tiempo, mi sueño, mi mente, mi racionalidad y ¿para que? Nada mas que unas cuantas copas y risas a lo largo de la noche, seguidos de una rápida disculpa y pasos corriendo hacia la puerta.

Aun así, no podía dejar de pensar en esa sonrisa rota que nunca llegó a sus ojos; esos impresionantes ojos cafés. No podía dejar de pensar en lo suave que era su piel, cada momento esporádico que me permitió tocarlo. Supongo que ese hormigueo que sentí no fue mas que una sensación estúpida que en realidad llegue a pensar que era algún tipo de señal de que deberíamos estar juntos.

No deberíamos, ahora esta muy claro.

Desde el principio el me advirtió; me dijo que no debería acercarme a el, que no debería encariñarme con el. Pero lo hice, y definitivamente quería darme un puñetazo ahora mismo. Probablemente dolería mucho menos que la sensación de no tenerlo, saber que esta viviendo su vida como si yo ni siquiera fuera parte de esa vida; ni una sola parte de el. Como si no hubiéramos pasado por tanto.

La verdad era que a el no le importaba. A el nunca le había importado, nunca lo haría. Y en lo profundo de mi alma, lo sabia. Pero pensé que podría hacer algo para cambiarlo. Lo necesitaba tanto que pensé que podría hacerlo sentir algo por mi. A decir verdad, tal vez si lo hubiera conocido antes, algo podría haber pasado. Pero no lo hice, y aun así insistir en algo que no nos llevaba a ninguna parte.

Maldita sea, desearía poder abrazarlo hasta que se duerma todas las noches; ojala pudiera besar sus labios y contarle historias cada vez que se sintiera deprimido, como si estuviera a punto de desmoronarse. Ojala pudiera despertarlo con besos y cosquillas solo para verlo sonreír. Al menos, desearía poder odiarlo por todo lo que me hizo pasar con el; no podía sentir pena por pasar tanto tiempo a su lado, no podía arrepentirme del día que lo conocí, porque aun así, tenia alguna esperanza de tenerlo. Mi lado racional me dijo que eso no iba a suceder y también lo hizo el noventa y nueve por ciento de mi corazón roto, pero ese uno por ciento me hizo querer tenerlo y estar con el mas de lo que nunca podría haber estado con alguien antes.

Simplemente se sintió tan intenso y una vez que te das cuenta, no puedes evitar ir mas alla, profundizando mas y mas cada día. Estaba enamorado. Y estaba enloqueciendo, porque lo necesitaba. Y hay algo que no puedo negar. Incluso podría intentar mentirme a mi mismo, pero cada vez que me miraba en el espejo veía el vació en mis ojos; y supe por que: el. Incluso si tuviera otra opción, probablemente seguiría con este dolor y pensaría en el cada segundo de mi día, porque estaba tan inmerso en este momento que simplemente no podía dejarlo ir. No me había sentido así durante tanto tiempo, y era como si necesitara ese dolor para asegurarme de que estaba vivo. El me hizo sentir vivo de nuevo. Ese rebelde, delincuente e intrépido me hizo sentir. Probablemente los peores sentimientos que podría sentir, pero aun así.

Sin embargo era muy frustrante.

No lo haría cambiar de opinión. Dudaba que alguna vez lo hiciera mio, pero ya era hora de seguir adelante; pasado el tiempo comencé a pensar un poco en mi mismo.

No lo había superado. Por supuesto que no; y todos los que me rodeaban lo sabían. Pero no parecía importarles, no parecían entender lo que estaba pasando conmigo, no querían ofrecerme ayuda; solo querían fingir que el nunca existió, porque todo lo que querían hacer era hacerme creer que el era un error, que era una parte de mi vida que nunca debería haber existido. Y queriéndolo o no, no podía dejarlo ir, no podía dejarlo todo atrás. ¿Por que? Porque lo quería, lo necesitaba. Necesitaba a Sergio.

Me había enamorado de el.

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