43. Max

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Para ser honesto, no estaba seguro de que el realmente me hubiera extrañado hasta el momento en que se relajo en mis brazos y comenzó a devolverme el beso. No podía creer cuanto extrañaba el sabor de sus labios. No se moriría si alguna vez decidiera dar el primer paso, ¿no?

Simplemente ignoré mis pensamientos mientras deslizaba mi mano desde su mejilla hasta su espalda baja, acercándolo inconscientemente a mi.

Antes de lo que quería, el se apartó y me miró con anhelo en sus ojos. En realidad. ¿Me había extrañado? Eso me sorprendió. Aunque, por supuesto, no esperaba que lo admitiera en voz alta.

"¿No puedes hacer que?" Preguntó finalmente, en respuesta a lo que había dicho justo antes de besarlo, y pude sentir el miedo en sus palabras. Honestamente, ¿que esperaba que dijera? ¿Que ya no podía luchar por el? Ciertamente esa no era la respuesta.

"Trate de darte algo de espacio, para que te dieras cuenta de lo idiota que estas siendo al actuar de la forma en que lo haces, pero... no puedo. No puedo mantener mi distancia contigo. Estas ultimas tres semanas me estaban matando, ¿o pensaste que me había rendido contigo tan fácilmente?"

El se encogió de hombros ante mis palabras y yo me reí. En realidad, ¿pensó que renunciaría a algo tan precioso como el en un abrir y cerrar de ojos? Estaba muy equivocado.

"Sera mejor que te vayas, Verstappen. Probablemente Nico me echa de menos y necesito trabajar." Susurró, mirando hacia otro lado. "No deberías haber venido." Añadió Michel, moviendo las manos sobre su regazo. Parecían tan pequeñas. Su piel estaba un poco pálida y supe que se debía al cambio de temperatura del interior al exterior. Cuando tome sus dedos entre los mios supe que tenia razón; estaba helado.

"Oh, si, debía hacerlo. Realmente no me importa lo que digas, Michel. No puedo permanecer lejos de ti por mucho tiempo. Es una tortura. Y aunque no lo admitas en voz alta, se que tu tampoco puedes. Tu orgullo es demasiado grande para que puedas admitirlo." Dije con confianza. Ademas, tenia una sonrisa tonta en mi rostro, porque era increíble lo mucho que el me hacia sonreír.

Michel se movió incomodo en el banco, deslizándose mas hacia abajo sobre la madera mientras suspiraba ruidosamente.

"Supongo que ya lo sabes, pero es imposible lidiar contigo." Dijo, con voz firme, pero con una sonrisa bastante audible. Si, el ya me había dicho eso unas cuantas veces. "¿Hay alguna forma de hacer que dejes de perseguirme o debería rendirme de una vez?"

Me reí, deslizándome por el banco hasta que mi cabeza estuvo a la misma altura que a la de el. Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón mientras Michel escondía las suyas dentro de mi chaqueta.

"Lo mas probable es que deberías tomar la segunda opción." Sonreí, sintiéndome lo suficiente cómodo estando aquí con el. Se sentía... familiar. Era fácil estar cerca de el y eso me gustaba.

"Sabes, Verstappen. Debería tener las agallas para atacarte hasta que finalmente te canses y te rindas, pero suena demasiado cansado y en realidad no estoy aceptando grandes desafios en este momento." Admitió, mirando sus pies cruzados mientras los movía lentamente de un lado a otro.

"Simplemente no puedes llamarme Max, ¿no?"

"No, solo acostumbrate." Sacudió la cabeza, en ese momento miró hacia un lado y me permitió ver su pequeña sonrisa.

El se estaba encogiendo ligeramente, inconscientemente (o conscientemente, no lo se) tratando de ocultar su cuerpo mientras miraba sus dedos, todavía entrelazándolos en su regazo. Durante unos segundos, no dijimos una palabra y me moví en el asiento, acercándome a el y automáticamente sintiendo como enderezaba su espalda. Con cuidado, pase mis dedos por su muslo, riendo mientras saltaba ligeramente, mirándome con los ojos muy abiertos. Mis dedos siguieron moviéndose lentamente hasta que alcanzaron su manos, agarrándolo y tratando de darle algo de calor.

Daño |  ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora