14. Michel

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No fue una buena semana para Lance en absoluto. La pero semana del año, de hecho. Cada año encontraba una nueva manera de estropear las cosas, y nunca dejo de sorprenderme. El año pasado, casi había prendido fuego un club entero, y el año anterior, estuvo a punto de matar a uno de sus mejores amigos. El solo se ponía demasiado borracho para olvidar un día doloroso de hace varios años atrás que ni siquiera se preocupaba por los demás. No era que realmente me importara, estaba bastante acostumbrado a eso ya, pero temía por él. No tenia idea de cuanto dolor podía traerse a si mismo, además del dolor que ya sentía en su interior. Esta vez lo consiguió; se hizo peor a el mismo, se había roto algunos huesos que ni siquiera podía salir a caminar con sus amigos para mantener su mente ocupada. Pero no podía hacer el papel de niñero esta vez, yo tenía que salir a trabajar si todavía quería ver sus partidos de futbol en la televisión todos los domingos.

Además, esa era la semana en que el era mas rudo conmigo, y aunque sentía pena por él, no podía soportar estar cerca de él. No solo con acciones, también era agresivo con sus palabras, y eso me molestaba. Sin mencionar el hecho de que Lance realmente me odiaba cuando veía pena en mis ojos. Prefería no tener compañía que tener cerca a alguien que le hiciera recordar su pasado, incluyéndome. Lo entendía bastante, pero no podía evitar ponerme nervioso cuando actuaba como un idiota. Esa era la razón, básicamente, de por que estaba en el club ahora mismo, poniendo los vasos encima de la barra así también como la bandeja esperando Nico para cumplir con el próximo pedido de alcohol.

Alex había accedido a pasar la noche con Lance en el hospital, y me aseguro que iba a encontrar una manera de llevar a algunos amigos también, y así mantener a mi caprichoso novio ocupado toda la noche. Era viernes, así que el club probablemente estaría colapsado y habría demasiados clientes para mantenerme ocupado hasta el punto de que no seria capaz de pensar en lance.

"Para, Michel. Lo digo en serio. Sabes que tenemos mucho trabajo hoy y, aun así, estas muy distraído. Tierra llamando, te necesitamos." Nico me dio unas palmaditas en el hombro y empujo otra bandeja de vasos llenos. Con un guiño, mientras se secaba las manos agrego. "Lance es un adulto, estará bien."

Aunque sabia que no era exactamente de esa manera, no podía pasar por algo el hecho de que me necesitaban. Todas las personas en el club ya habían sido tomadas por la bebida, la lujuria y el ritmo de los cuerpos danzantes alrededor (o encima) moviéndose de acuerdo a la música ensordecedora de fondo. Sus pedidos tenían que ser gritados para ser escuchados, y no estaba de humor para eso esta noche; tenia la cabeza a punto de explotar y todavía podía sentir los puntos en la parte posterior de la misma, que palpitaban al compas de la música. ¿Cómo podía doler tanto a veces?

Caminando entre la multitud, puse los vasos en sus respectivas mesas y volví a la barra, y miré la nota al lado de la otra bandeja que pedía más y más alcohol. Mesa 15, luego mesa 20, a continuación, la 2 y así sucesivamente. Toda la noche seria así; esa rutina aburrida de ir y venir, ignorando las miradas curiosas y los malos coqueteos, hasta que finalmente se daban por vencidos, lo que parecía imposible por lo mas borrachos que estaban cada segundo que pasaba.

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"¡Michel!" Oí la voz de Nico antes de sentir el toque áspero de su mano en mi codo. Rápidamente me agache para colocar una cerveza del lado de la mesa, enderezándome para después darme vuelta para mirarlo.

"¿Qué pasa ahora?" Pregunte, mientras me dirigía en dirección a la nevera para sacar otra cerveza. Dios, necesitaba un descanso. Ese lugar era literalmente un infierno en las noches de viernes y fines de semana.

"Hay un tipo afuera diciendo que quiere la ropa de la chica de vuelta." El dijo con ese tono divertido que lo caracteriza, robo la cerveza de mi mano y tomo un sorbo de ella antes de darme la espalda.

Daño |  ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora