85. Max

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Si sobrevive, lo mataré yo mismo.

Eran las doce y cuarto, Angel dormía desde el momento en que llegó a casa con Alice, y los dos, aun despiertos, estábamos sentados en el sofá, mordiéndonos las uñas, tratando desesperadamente de hablar con Sergio, pero mandaba directamente al buzón de voz.

Tenia que estar loco. Tenia que estar loco para ir solo a casa de Lance otra vez. ¿No había aprendido nada de las experiencias anteriores? El, entre todos, es el que mejor lo conoce; debería conocer la situación lo suficientemente bien como para no volver a cometer el mismo error.

Y el me había prometido que no lo haría. Pero Dios sabe por que le creí. Era la persona mas testaruda que había conocido y, aun así, le di mi confianza. No se quien de nosotros es el mas tonto; probablemente ambos.

"Esto es todo, Alice, voy a ir por el." Dije, ya poniéndome de pie una vez que la llamada fue directamente al buzón de voz una vez mas; me guarde el teléfono en el bolsillo y le sonreí con gratitud a la mujer que estaba a mi lado cuando me entregó las llaves del auto, luciendo agradecida por tenerme aquí. "Te llamare si hay algún problema."

Ella asintió, sosteniendo mi mano brevemente y ahuecándola entre las suyas, golpeándola suavemente como para darme algo de consuelo. Sabia que el resultado también sería malo. Maldita sea. Iba a asesinar a Sergio tan pronto como lo vea.

Sintiéndome ya bastante inestable, salí corriendo por la puerta, ignorando el cambio de temperatura y concentrándome en el fuego del miedo y la ira que ardía dentro de mi. No puedo volver a ver a Sergio mal; ni siquiera podía imaginar la escena de aquel día, lo lastimado y frágil que parecía, lo herido y...

"Max, ¿que estas haciendo aquí?" Su voz sonó tan pronto como dejó una camioneta azul estacionada junto a la acera, una caja entre sus manos y el ceño fruncido. Antes de que pudiera procesar lo que estaba pasando, un tipo apareció desde el otro lado del auto, cerro la puerta de golpe y vino a ayudar a Sergio con lo que fuera que llevaba.

"¡Maldito idiota!" Murmuré, caminando hacia el también y abrazándolo cuando el tipo a su lado le quitó la caja de los brazos. "¡Debería matarte ahora mismo! ¿Qué tienes en la cabeza? ¡Me dijiste que Alice iba contigo!"

Sergio puso los ojos en blanco, me empujó y recuperó su caja, mirando agradecido al tipo y murmurando un 'gracias'. Inmediatamente después, el me miro fijamente, parado en medio de la nieve con una mirada molesta pegada a su rostro.

"Ella iba conmigo. Pero al final no pudo y no lo hizo. Así de simple. No mentí." Se encogió de hombros, paso a mi lado y choco nuestros brazos en su camino. "Sin embargo, Alex fue conmigo. Porque se lo sobreprotectores que son Alice y tu conmigo." Luego se detuvo brevemente, pareciendo recordar algo importante. "Oh, por cierto. Alex, el es Max. Max, Alex."

El tipo, Alex, soltó una carcajada y lo miró con cariño. Supuse que era uno de los amigos de Lance. "¿Que pasa con la formalidad?" Preguntó entonces, dirigiéndose a Sergio. Luego: "Encantado de conocerte." Sin embargo, era un tipo bastante agradable.

Simplemente asentí con la cabeza, sin saber que hacer a continuación. Tenia miles de preguntas que hacerle a Sergio, pero por el momento no parecía surgir nada. Tenia tantas ganas de saber que había pasado, como habían ido las cosas, que había dicho, si me había mencionado o si simplemente había tomado sus cosas y se había marchado.

No tuve tiempo de cuestionar nada de eso.

"¿Entonces eres el príncipe azul?" Preguntó Alex, con las manos metidas en los bolsillos y una sonrisa engreída en sus labios. Solo arqueé una ceja, reflejando su sonrisa, pero mostrándosela a Sergio. El lo miró fijamente y se sonrojó un poco. "El que lo hizo dejar a Lance; debes significar bastante, amigo."

Daño |  ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora