Daño | Chestappen

72. Sergio

Esta vez, cuando me desperté, Max estaba desplomado todavía dormido a mi lado, ambos luchando por encajar en el no tan grande espacio que proporcionaba el sofá. Ciertamente no era para dos personas, pero por alguna razón creíamos que podríamos convertirnos en uno si pudiéramos chocar fuertemente el uno contra el otro. 

Sus piernas estaban atrapadas entre las mías mientras me inmovilizaba, inconscientemente, contra el respaldo del sofá. Y por primera vez, sentí como si fuera yo quien lo sostuviera en lugar de al revés, con su cabeza atrapada entre mi cuello y mi hombro. Parecía tan frágil.

Después de nuestra conversación completamente necesaria, me llevó de regreso al sofá, sosteniéndome allí mientras algo inútil se reproducía en la televisión, ninguno de nosotros realmente presto atención mientras hablábamos un poco mas sobre su pasado y comíamos las sobras de anoche. Sin embargo, fue bastante aterrador lo emocionado que estaba al escucharlo. Lo que pasa con mi 'relación' con Max es: Lo he tenido para escapar de lo que es mi vida. Todo esto me preocupa, el peso constante que debo llevar porque tengo la necesidad de no decepcionar a la gente, no dejar que se sientan decepcionados, ni tristes. Aparentemente, toda mi existencia se reduce a levantar a las personas cuando están a punto de romperse y sostenerlas cuando las cosas están bien.

Y que Max me hable de el rompe por completo el propósito de estar con el. Hasta un día antes, lo que sabia de el era lo que me mostraba a diario, es decir, nada mas de lo que hace cuando esta solo o conmigo. Todo lo que sabia sobre el nos involucraba solo a el y a mi, y bien, tal vez personajes secundarios, pero no muchos, considerando todo.

Ahora es algo.

Ahora hay alguien mas, y un pasado, y todo un contexto que me permite juntar algunas piezas y entender por que ha actuado de una manera determinada en un momento determinado. No estoy realmente seguro de si estoy asustado o complacido por el descubrimiento repentino, pero de cualquier manera es demasiado tarde para volver atrás.

Además, después de todo, fui yo quien puso el tema en primer plano. Si hubiera ignorado ese maldito anillo en el fondo de su cajón, y lo hubiera dejado allí como debía, las cosas estarían bien; no tendría ningún compromiso con el. Al menos no profundamente. Pero quería saber. Sentí algo así como celos, tal vez, y me sorprendí necesitando saber sobre ese maldito chico estúpido de la foto. Honestamente debería haberlo dejado ahí.

Sin embargo, las cosas no parecieron ir cuesta abajo. Además de su pequeño pánico por haber sabido que me había metido con sus cosas, parecía bastante ansioso, incluso, por contarme todo. Y pensar en que Daniel le doliera tanto, no dejo que se notara. No como lo había hecho yo cuando le hable de mi. Parecía feliz, sobre todo, satisfecho, un poco y muy complacido por el recuerdo de el. Era muy joven cuando todo sucedió, claro, pero ¿quien soy yo para juzgar sus primeras decisiones en la vida?

De hecho, el me señalo bien que a la edad en que el sentía ganas de morirse de amor, yo ya iba a ser padre, así que...

Éramos, en realidad, adolescentes patéticos, pero la vida no viene exactamente con un manual que te diga cuando se supone que debes dar pasos realmente grandes o no. Desafortunadamente, no todo el mundo en la vida lo tiene de la manera mas fácil; no todos tienen padres que los guíen a lo largo de su vida, y me pregunto si los padres de Max son malos de alguna manera.

Pero, sinceramente, si me detengo a pensarlo, no lo parece. Max parecía tener mucho cariño con su familia y me explico algunos de sus tatuajes. Una vez que perdió al "amor de su vida", me dijo, paso por momentos difíciles, rebeldes. Entre los 18 y los 20 años, alivio parte de su miseria con los tatuajes.

"La 'V' es de Victoria, mi hermana, y la 'S' Significa 'Sophie', mi madre." Había señalado, frotando la punta de su dedo contra su hombro, sonriendo con cariño ante cada un de los tatuajes. "Las golondrinas significan libertad, es algo en lo que Daniel siempre creyó."