Cap. 3 DOLOR Y SORPRESA

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Ingrid se encuentra frente a la lápida de su padre, con los ojos llenos de lágrimas.

- Papá, te extraño no sabes cuanta falta me haces, como quisiera que estuvieras acá conmigo - murmura mientras acaricia la fría piedra. Las palabras parecen desvanecerse en el aire, perdidas entre los susurros del viento que agita las hojas de los árboles cercanos.

Mientras tanto, Arthur y su hermana Ginebra llegan al cementerio. Ginebra, con un gesto de desaprobación, exclama

- ¿Qué estamos haciendo aquí? ¡No me dijiste que íbamos a venir al cementerio!

- que más pasear no – le mira

- yo pensé que me llevarías al parque o a una cafetería, pero no a un cementerio que clase de paseo es esto - Actúa como una niña consentida, protestando ante su hermano.

- un hermoso paseo de dos hermanos que se quieren mucho – sonríe, caminan por los pasillos del cementerio, paulo cada vez que puede le hace asustar a Marcelina – buuu

- ahhh - un grito ahogado de Ginebra corta el aire. Sale corriendo totalmente asustada

- ¡Ay, Ginebra, ¡no asustes así!, soy yo - se mata de risa, hasta que ve a alguien - wooooo – mira a Ingrid todo embobado- Fue un día como cualquiera – de la nada empieza a cantar con solo verla - Nunca olvidaré la fecha!

- Coincidimos sin pensar en tiempo y en lugar

- Algo mágico pasó

- Tu sonrisa me atrapó

- Sin permiso me robaste el corazón

- Y así, sin decirnos nada

- Con una simple mirada

- Comenzaba nuestro amor

- Tú me cambiaste la vida

- Desde que llegaste a mí

- Eres el sol que ilumina todo mi existir

- Eres un sueño perfecto

- Todo lo encuentro en ti

- En ese momento, Ginebra ya había vuelto y se queda viendo a Arthur, sorprendida

- Hay el amor – suspira – quién lo diría no – se burla

Arthur se percata de que su hermana lo está grabando con su teléfono.

- ¿Qué estás haciendo? ¡Apaga eso! - exclama, dándose cuenta de que Ginebra está registrando el momento. La persigue mientras ella se ríe, jugando a esquivarlo.

En medio de las risas y el alboroto, Ingrid sale del cementerio y se encuentra con Arthur y Ginebra.

- ¿Qué hacen ustedes aquí? - pregunta con sorpresa.

- Nada, ¿y tú? - responde Ginebra

- No, yo tampoco, nada - añade Arthur, tratando de ocultar su entusiasmo por el encuentro.

- Mmm – duda Ingrid

- Por cierto, me alegra verte de nuevo – le agarra la mano y le da un beso, Ingrid aparta su mano bruscamente

- Bueno, me tengo que ir – se va corriendo, como escapando de alguien

- Pero que acaba de pasar – pregunta Ginebra

- No sé, pero de que algo sucede, algo sucede como para reaccionar

- ¿Así cómo? – pregunta confundida

- así como si me odiara o me tuviera miedo o miedo a algo o alguien hay ya no sé – se frustra

- Qué cosas dices, miedo a que, estás loco, mejor vámonos – expresa ginebra sin prestar atención a la situación

QUÉDATE CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora