CAP. 31 ENTRE EL CAOS Y LA ESPERANZA: LA BÚSQUEDA DESESPERADA DE ARTHUR

4 2 0
                                    

- ¡No puedo tranquilizarme! ¡Mi hermano está desaparecido! ¡No sé dónde está ni si está bien! ¡No sé nada! -gritó Ginebra, su cuerpo temblando de la desesperación.

Diego miró a sus amigos, buscando ayuda.

- Creo que es mejor que llevemos a Ingrid a su casa. Esto no está ayudando a Ginebra -sugirió, con tono firme.

Adam asintió, poniéndose de pie.

- Sí, tienes razón. Ingrid será mejor que te vayas por ahora -dijo, mirando a Ingrid con una mezcla de pena y resolución.

Ingrid intentó protestar, pero las palabras de Ginebra la detuvieron.

- ¡No te quiero aquí! ¡No te metas en esto! ¡Ya hiciste suficiente daño! -gritó Ginebra, con la voz llena de veneno.

Jimena, Emma y Luisa se acercaron a Ingrid, tratando de consolarla.

- Ingrid, por favor, vámonos. Esto no está ayudando a nadie -dijo Emma, con suavidad.

Ingrid asintió, sus lágrimas corriendo libremente.

- Lo siento, Ginebra. De verdad lo siento -dijo, antes de alejarse con sus amigas.

Una vez que Ingrid se fue, Ginebra se derrumbó por completo en brazos de Diego, su cuerpo sacudido por los sollozos.

- Diego, no sé qué hacer. No puedo soportar esto. No sé dónde está Arthur. No sé si está bien... -dijo, su voz apenas un susurro.

Diego la abrazó con más fuerza, sus ojos llenos de determinación.

- Vamos a encontrarlo, amor. No estás sola. Estamos aquí para ti -dijo, con voz firme.

Adam, Camilo y Mánzer se acercaron, formando un círculo de apoyo alrededor de Ginebra.

- No vamos a descansar hasta encontrar a Arthur. Somos una familia y lo vamos a traer de vuelta -dijo Adam, con firmeza.

- Sí, no importa cuánto tiempo llévenos. No estás sola en esto, Ginebra -añadió Camilo.

Ginebra levantó la mirada, sus ojos llenos de lágrimas, pero también de una pequeña chispa de esperanza.

- ¿De verdad me ayudarán? -preguntó, con voz temblorosa.

- Claro que sí. Arthur es nuestro amigo, No te vamos a dejar sola -dijo Mánzer, colocando una mano en su hombro.

Leonor, que había estado observando en silencio, se acercó y puso una mano en el hombro de Ginebra.

- Ginebra, sé que esto es muy difícil para ti. Pero necesitas mantener la calma para poder pensar con claridad. Juntos encontraremos a Arthur -dijo, su voz llena de empatía.

Ginebra respiró hondo, sintiendo por primera vez en mucho tiempo que no estaba sola. Con sus amigos, su novio y Leonor a su lado, sentía que podía enfrentar cualquier desafío. Juntos, empezarían la búsqueda de Arthur, decididos a traerlo de vuelta a casa. Diego miró a los demás y asintió.

- Vamos a llevar a Ginebra a su casa. Necesita descansar y calmarse un poco -dijo, comenzando a caminar con Ginebra en sus brazos.

Los demás siguieron a Diego, formando una barrera protectora alrededor de Ginebra. Mientras se alejaban, Ginebra miró a Ingrid una última vez, su expresión llena de dolor y resentimiento.

- No quiero cerca de mi hermano ni de mí nunca más. -dijo con firmeza, antes de dejarse llevar por sus amigos.

Ingrid, Jimena, Emma y Luisa se quedaron atrás, observando cómo se alejaban. Ingrid sintió un nudo en la garganta, sabiendo que había perdido a Arthur, ahora también a Ginebra para siempre. Pero también sabía que haría todo lo posible por ayudar a encontrar a Arthur, aunque Ginebra nunca la perdonara.

QUÉDATE CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora