- ¡No puedo tranquilizarme! ¡Mi hermano está desaparecido! ¡No sé dónde está ni si está bien! ¡No sé nada! -gritó Ginebra, su cuerpo temblando de la desesperación.
Diego miró a sus amigos, buscando ayuda.
- Creo que es mejor que llevemos a Ingrid a su casa. Esto no está ayudando a Ginebra -sugirió, con tono firme.
Adam asintió, poniéndose de pie.
- Sí, tienes razón. Ingrid será mejor que te vayas por ahora -dijo, mirando a Ingrid con una mezcla de pena y resolución.
Ingrid intentó protestar, pero las palabras de Ginebra la detuvieron.
- ¡No te quiero aquí! ¡No te metas en esto! ¡Ya hiciste suficiente daño! -gritó Ginebra, con la voz llena de veneno.
Jimena, Emma y Luisa se acercaron a Ingrid, tratando de consolarla.
- Ingrid, por favor, vámonos. Esto no está ayudando a nadie -dijo Emma, con suavidad.
Ingrid asintió, sus lágrimas corriendo libremente.
- Lo siento, Ginebra. De verdad lo siento -dijo, antes de alejarse con sus amigas.
Una vez que Ingrid se fue, Ginebra se derrumbó por completo en brazos de Diego, su cuerpo sacudido por los sollozos.
- Diego, no sé qué hacer. No puedo soportar esto. No sé dónde está Arthur. No sé si está bien... -dijo, su voz apenas un susurro.
Diego la abrazó con más fuerza, sus ojos llenos de determinación.
- Vamos a encontrarlo, amor. No estás sola. Estamos aquí para ti -dijo, con voz firme.
Adam, Camilo y Mánzer se acercaron, formando un círculo de apoyo alrededor de Ginebra.
- No vamos a descansar hasta encontrar a Arthur. Somos una familia y lo vamos a traer de vuelta -dijo Adam, con firmeza.
- Sí, no importa cuánto tiempo llévenos. No estás sola en esto, Ginebra -añadió Camilo.
Ginebra levantó la mirada, sus ojos llenos de lágrimas, pero también de una pequeña chispa de esperanza.
- ¿De verdad me ayudarán? -preguntó, con voz temblorosa.
- Claro que sí. Arthur es nuestro amigo, No te vamos a dejar sola -dijo Mánzer, colocando una mano en su hombro.
Leonor, que había estado observando en silencio, se acercó y puso una mano en el hombro de Ginebra.
- Ginebra, sé que esto es muy difícil para ti. Pero necesitas mantener la calma para poder pensar con claridad. Juntos encontraremos a Arthur -dijo, su voz llena de empatía.
Ginebra respiró hondo, sintiendo por primera vez en mucho tiempo que no estaba sola. Con sus amigos, su novio y Leonor a su lado, sentía que podía enfrentar cualquier desafío. Juntos, empezarían la búsqueda de Arthur, decididos a traerlo de vuelta a casa. Diego miró a los demás y asintió.
- Vamos a llevar a Ginebra a su casa. Necesita descansar y calmarse un poco -dijo, comenzando a caminar con Ginebra en sus brazos.
Los demás siguieron a Diego, formando una barrera protectora alrededor de Ginebra. Mientras se alejaban, Ginebra miró a Ingrid una última vez, su expresión llena de dolor y resentimiento.
- No quiero cerca de mi hermano ni de mí nunca más. -dijo con firmeza, antes de dejarse llevar por sus amigos.
Ingrid, Jimena, Emma y Luisa se quedaron atrás, observando cómo se alejaban. Ingrid sintió un nudo en la garganta, sabiendo que había perdido a Arthur, ahora también a Ginebra para siempre. Pero también sabía que haría todo lo posible por ayudar a encontrar a Arthur, aunque Ginebra nunca la perdonara.
ESTÁS LEYENDO
QUÉDATE CONMIGO
Teen FictionIngrid y Arthur se encuentran atrapados en un torbellino de violencia y emociones prohibidas. Ingrid soporta en silencio el tormento infligido por su pareja, hasta que el peso del dolor se vuelve insoportable y toma una decisión desgarradora. Mientr...