- A nada —respondió Mánzer con una sonrisa— Y mejor, Arthur, apúrate a recoger leña.
- ¡Sí, cómo no! —dijo Arthur, con sarcasmo. Miró a Adam, que estaba en medio de la conversación — ¿Y tú, Adam, por qué no dices nada? —preguntó Arthur, señalando a su amigo.
- No hay nada que decir —respondió Adam, mirando a Luisa
- ¡Chicos, entiéndanlo! —dijo Camilo, con un tono de frustración
- Pero él también irá a recoger leña y no veo que diga nada. — Mánzer
- No hará nada porque ir a recoger leña —dijo Camilo— Será un placer para él.
- ¿Por qué? —preguntó Arthur, curioso.
- Porque irá a recoger leña con Luisa —respondió Camilo, haciendo una mueca burlona.
- Sí, así están unas horas solos en el bosque —añadió Diego, con una sonrisa
- Ya veo que te gusta la idea de ir a recoger leña. — expresa irónico Arthur— ¡Ay, Adam! Lo que el amor te hace hacer —añade Arthur, mientras todos reían.
- ¡Ah, sí, Arthur! El día que tú te enamores de verdad, harás locuras por esa mujer —comentó Adam— Además, no sé por qué reclamas si tú irías con Ingrid y te empieza a molestar.
- Para tu información, yo ya me enamoré de la mujer más tierna del planeta y ahora esa mujer es mi vida —dijo Arthur— Es mi novia.
- Ya, chicos, mejor vayan a recoger leña antes de que se les anochezca y luego no sabrán cómo regresar, recuerden no alejarse mucho —dijo Rafael, con una sonrisa
- ¡Sí!, ¡cómo no! — opina Arthur
La tensión en el aire era palpable, pero también lo era la sensación de camaradería y desafío que venía con la tarea. Mientras los elegidos para recoger la leña se preparaban para partir, los demás se dirigían a organizar el campamento y preparar la comida.
Arthur, con su frustración creciendo, se dirigió a Ingrid y le dijo:
- Vamos, Ingrid. No sé qué esperar de esto.
Ingrid asintió y comenzó a prepararse para la salida. Mientras tanto, Christian se acercó a Ingrid con una expresión preocupada:
- Ten cuidado en el bosque. Puede ser peligroso, ¿sabes?
Arthur, al ver la cercanía entre Christian e Ingrid, sintió cómo los celos aumentaban en su pecho. Christian se alejó, lanzando una última mirada a Ingrid para que fueras a recoger la leña.
- ¡Arthur! ¡Ya basta de hacerte el difícil! —dijo Ingrid, tratando de animarlo—. Vamos a pasarla bien, ya verás.
- Sí, claro —respondió Arthur, con un tono irónico.
Con los últimos comentarios y bromas, el grupo se dispersó. Arthur e Ingrid se dirigieron hacia el bosque, con el ambiente aún cargado de risas y comentarios sobre el nuevo desafío que les esperaba.
Mientras Arthur e Ingrid se adentraban en el bosque para recoger leña, Adán y Luisa se encontraban cerca del campamento, preparados para su propia tarea. Adán, preocupado por Luisa, comenzó una conversación mientras caminaban por el sendero.
- Amor, ¿tú qué crees? ¿Algún día regresará el Shippeo? —preguntó Luisa, aludiendo a la idea de una pareja ideal en el grupo, similar a los nombres combinados que se usan a veces para representar parejas famosas.
- No sé, amor. Solo el destino lo sabe —respondió Adán, mirando a Luisa con ternura— A veces me pregunto si habrá un nombre para Ingrid y Arthur, algo como "Ingar" o "Aring", ¿no?
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QUÉDATE CONMIGO
Teen FictionIngrid y Arthur se encuentran atrapados en un torbellino de violencia y emociones prohibidas. Ingrid soporta en silencio el tormento infligido por su pareja, hasta que el peso del dolor se vuelve insoportable y toma una decisión desgarradora. Mientr...