CAP. 62 FRAGMENTOS DE UN AMANECER ROTO

4 2 0
                                    

Al amanecer, los primeros rayos de sol se filtraron a través de las hojas, iluminando suavemente el rostro de Ingrid. Ella abrió los ojos lentamente, sintiendo la calidez de los brazos de Arthur aún alrededor de ella. Pero el momento de paz duró poco. Arthur también despertó, y su expresión era una mezcla de nerviosismo y determinación.

- Ingrid, necesitamos hablar —dijo Arthur, con una voz que reflejaba una mezcla de emociones contenidas.

Ingrid lo miró, notando la tensión en su semblante

- ¿De qué, Arthur? —preguntó, tratando de mantener la calma a pesar de sentir que algo malo estaba por venir.

- De lo que pasó ayer —respondió él, evitando su mirada.

Ingrid frunció el ceño, una sensación de preocupación creciente en su pecho.

- ¿Qué con eso? —inquirió, su voz más débil de lo que había pretendido.

Arthur suspiró, pasándose una mano por el cabello.

- Es mejor que olvidemos lo que pasó ayer, porque es lo mejor.

Las palabras la golpearon como una bofetada.

- ¿Qué? —dijo Ingrid, su voz quebrándose.

- Lo que escuchaste —repitió Arthur, su tono frío y distante.

Ingrid sintió cómo su corazón se rompía en mil pedazos.

- Pero, Arthur, lo que pasó ayer fue algo inolvidable —protestó, tratando de encontrar algún rastro del Arthur que conocía en esos ojos.

Arthur se puso de pie, apartándose de ella.

- No, Ingrid. No fue nada hermoso —dijo, con una dureza que le destrozó aún más.

Ella también se levantó, sus ojos llenos de lágrimas.

- Arthur, te conozco y me estás mintiendo. Yo sé que lo que pasó ayer fue porque los dos lo deseamos y nos amamos. Eso no lo podemos negar.

Arthur la miró con frialdad, sus palabras como dagas.

- No, Ingrid. Yo amo a Olivia y no le puedo hacer esto. Así que olvidemos este tema por el bien de los dos.

Ingrid intentó acercarse, pero él levantó una mano para detenerla.

- Pero...

- Pero nada, Ingrid. Mejor volvamos al campamento. Mi novia debe de estar preocupada —dijo Arthur, cortante y despectivo.

Ingrid retrocedió, sintiéndose completamente devastada.

- Arthur, por favor. No puedes decir que no significó nada. Lo que pasó entre nosotros fue real, fue...

Arthur la interrumpió, su voz cortante.

- ¡No significó nada, Ingrid! ¿Entiendes? Nada. Fue un error, algo que nunca debió pasar. Supéralo y sigue adelante.

Las lágrimas corrían por el rostro de Ingrid, pero Arthur no mostró ninguna señal de remordimiento.

- Te estás mintiendo a ti mismo, Arthur. Estás tratando de escapar de lo que realmente sientes.

- No, Ingrid. Eres tú la que se está mintiendo. Ayer fue un momento de debilidad, un error. No significas nada para mí. Olivia es mi presente y mi futuro. Tú eres solo... el pasado.

Cada palabra de Arthur era como una puñalada, e Ingrid sintió cómo su corazón se desgarraba.

- Arthur, por favor... —suplicó, una última vez, su voz apenas un susurro.

QUÉDATE CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora