CAP. 74 FURIA SILENCIOSA: LA TORMENTA EN EL CORAZÓN

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Ingrid, a pesar de su aparente frialdad, sintió el peso de las miradas sobre ella. Se enderezó en su asiento, tratando de ocultar su vulnerabilidad.

- Creo que el mejor enfoque es tener a alguien que esté completamente comprometido con la causa. En mi experiencia, las personas que han pasado por situaciones similares pueden ofrecer una perspectiva única y empática.

Arthur, con la mirada fija en Ingrid, se esforzaba por mantener su calma. Ingrid continuó, con una determinación silenciosa.

- Estoy dispuesta a asumir la responsabilidad de este proyecto, pero necesitaré a alguien que me acompañe, que comparta el compromiso y el enfoque necesario.

Rafael asintió, comprendiendo la necesidad de un compañero para Ingrid.

- Perfecto. Entonces, Ingrid, ¿a quién eliges como tu pareja en este proyecto?

Ingrid miró a su alrededor, y sus ojos se detuvieron en Christian, quien había estado observando con interés. Cristian, sabiendo que tenía la oportunidad de estar cerca de Ingrid, se adelantó con una sonrisa.

- Sería un placer para mí ayudarte, Ingrid. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para apoyar este proyecto y asegurarme de que tenga éxito.

El entusiasmo de Christian no pasó desapercibido. Arthur, que había estado tratando de mantener su compostura, no pudo contener su frustración.

- No estoy de acuerdo —dijo Arthur con voz firme, sus palabras llenas de una mezcla de celos y enojo— No creo que Christian sea la mejor elección para este proyecto. No sabemos si él está realmente comprometido o si solo está buscando una oportunidad para acercarse a Ingrid.

Las palabras de Arthur resonaron en la sala, causando un silencio incómodo. Todos los presentes se giraron para mirar a Arthur, sorprendidos por su reacción. Christian, visiblemente afectado, trató de mantener su dignidad.

- Arthur, ¿qué estás sugiriendo? —preguntó Christian, su tono defensivo.

Ingrid, sintiendo la tensión, intentó mediar.

- Christian tiene el derecho de ofrecer su ayuda. Creo que lo que necesitamos ahora es decidir cómo podemos trabajar juntos para lograr el objetivo.

Arthur, con su rostro tenso, respondió a Ingrid con firmeza.

- No estoy cuestionando la intención de Christian, pero necesitamos a alguien con más experiencia y con un compromiso claro. No podemos permitirnos errores en un proyecto tan importante.

La sala se llenó de murmullos, de acuerdo y desacuerdo. La discusión continuó, cada persona expresando su opinión sobre la idoneidad de Christian y el enfoque del proyecto. El ambiente estaba cargado de emociones intensas, con Ingrid permaneciendo en silencio, atrapada en la tormenta de opiniones y sentimientos.

Finalmente, Rafael intervino para intentar calmar la situación.

- Vamos a tomarnos un momento para reflexionar sobre lo que se ha dicho. Lo más importante es que todos estamos aquí para ayudar y hacer lo mejor posible para esta mujer y sus hijos. Necesitamos trabajar juntos y superar nuestras diferencias.

La tensión seguía palpable, y la sala se llenó de un pesado silencio mientras todos reflexionaban sobre la conversación. Arthur miraba a Ingrid con preocupación, y Christian se mantenía en silencio, su rostro mostrando una mezcla de frustración y decepción. Después de la última intervención de Rafael, Ingrid tomó una respiración profunda y se dirigió a los presentes con determinación.

- Acepté el proyecto, y como mi pareja para este trabajo, he decidido que Christian sea el elegido —declaró Ingrid con firmeza.

Arthur, que había estado aguantando su enojo, no pudo contenerse más. Se levantó abruptamente, sus ojos ardían con furia.

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