CAP. 56 ENTRE EL AMOR Y EL DOLOR: LA ENCRUCIJADA DE ARTHUR E INGRID

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Ingrid regresó a la sala en ese momento, con una expresión más calmada pero aún afectada por lo ocurrido. Rafael la miró con simpatía y añadió:

- Ingrid, sé que esto ha sido difícil para ti también. Quiero que sepas que aquí estamos para apoyarte en todo lo que necesites.

Ingrid asintió, agradecida, y se sentó nuevamente.

- Ahora, volviendo a nuestro tema principal —dijo Rafael— ¿quién tiene alguna idea para nuestro próximo proyecto de ayuda?

A medida que la conversación se reanudaba, los miembros del grupo comenzaron a discutir nuevas iniciativas, pero la tensión aún era palpable. Arthur no podía dejar de pensar en Ingrid y en lo que había visto. Sus pensamientos estaban nublados por una mezcla de celos y confusión.

- ¿Quién era ese imbécil? —pensaba Arthur

- Arthur, ¿estás bien? —le preguntó Alessia en voz baja, notando su distracción.

- Sí, estoy bien —respondió Arthur, tratando de enfocarse nuevamente en la conversación.

Pero la verdad era que no podía sacudirse los sentimientos que lo abrumaban. Su mente volvía una y otra vez a Ingrid, a cómo se había visto tan dolida y afectada. Y no podía evitar sentirse culpable por haber contribuido a su dolor.

Rafael, observando la dinámica del grupo, decidió finalizar la reunión con una nota más positiva

- Quiero que todos sepan que, a pesar de todo, confío en cada uno de ustedes. Sé que juntos podemos lograr grandes cosas. Pero para ello, necesitamos trabajar en nuestra comunicación y en nuestro respeto mutuo.

Todos asintieron, sintiendo el peso de sus palabras.

- Recuerden, nuestra fuerza está en nuestra unidad —dijo Rafael

Ingrid, que había estado en silencio hasta entonces, se acercó a su tío y le susurró algo al oído. Rafael asintió y se dirigió nuevamente al grupo.

- Este fin de semana tenemos un campamento, dijo Rafael, tratando de cambiar el tono de la conversación— Vamos a aprovechar para divertirnos y relajarnos. Pero por favor, traten de no hacer este tipo de escenas nuevamente. Será muy bochornoso e incómodo para todos.

Rafael se aclara la garganta, atrayendo la atención de todos.

- Nuevamente, quiero dejar muy claro que esta organización no es para este tipo de escenas.

La sala queda en silencio absoluto, todos mirando a Rafael con atención, mientras él prosigue

- Este lugar es para ayudar a los demás, para contribuir a causas mayores, no para disputas personales. Olivia, Arthur, les pido que mantengan sus diferencias fuera de nuestras reuniones. Es inaceptable lo que acaba de ocurrir aquí.

Olivia baja la mirada, ruborizada de vergüenza, mientras Arthur, aunque mantiene una expresión impasible, está claramente tenso.

- Lo siento, señor Rafael — dice Olivia en voz baja.

- Espero que no se repita — replica Rafael con severidad. — Tenemos un nuevo miembro en nuestra organización y no quisiera que su primera impresión sea esta clase de desorden — Quiero presentarles al nuevo miembro de nuestra organización. Él se llama Christian Yedid. Va a estar ayudándonos en muchos de nuestros proyectos.

Un joven de aspecto amigable y seguro de sí mismo, alto, guapo entró en la sala. Tenía una sonrisa sincera y una mirada que irradiaba confianza.

- Hola a todos —dijo Christian, saludando al grupo— Estoy muy emocionado de unirme a ustedes y contribuir en todo lo que pueda.

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