CAP. 44 CONFESIONES EN LA NOCHE: LOS ECOS DEL PASADO Y LAS SOMBRAS DEL PRESENTE

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La casa abandonada estaba más animada de lo usual esa noche. Las risas y charlas de Adam, Diego, Camilo, Mánzer y Ginebra llenaban el aire. Sin embargo, había un tema que dominaba la conversación: el regreso inesperado de Arthur después de dos años de ausencia.

- Es que no puedo creer que Arthur haya vuelto —decía Adam, rascándose la cabeza— Es como si hubiera regresado de la muerte.

- Totalmente —asintió Diego— Pero, ¿qué habrá estado haciendo todo este tiempo?

- No sé, pero seguro tiene historias increíbles para contar —respondió Camilo— Arthur siempre ha sido un misterio.

Ginebra, sentada en un rincón, observaba a los chicos. Ella también estaba impactada por el regreso de su hermano, aunque su sorpresa estaba mezclada con una mezcla de alivio y preocupación.

- Ojalá que esta vez se quede —murmuró Mánzer—Ya hemos perdido suficiente tiempo sin él.

Justo cuando la conversación estaba en su punto álgido, la puerta se abrió nuevamente. Esta vez, Arthur entró, y con él una chica rubia y de actitud vivaz.

- ¡Hola a todos! —saludó Arthur

- Hola Arthur – saluda Mánzer

- ¿Quién es ella? – pregunta Adam

- Ahhh, déjeme presentarles a Olivia, una alumna de universidad donde estudio.

- ¡Hola! —dijo Olivia con una sonrisa brillante— Estoy estudiando diseño en la misma universidad donde estudia Arthur. ¡Es un placer conocerlos!

El ambiente se llenó de exclamaciones y preguntas dirigidas a Arthur y Olivia. La dinámica cambió rápidamente, y Olivia, con su personalidad extrovertida, rápidamente se hizo amiga de todos. Sin embargo, cada vez que Olivia miraba a Arthur, sus ojos brillaban de una manera especial, mostrando claramente sus sentimientos hacia él.

En medio de la animada charla, la puerta se abrió una vez más y Alessia entró, captando de inmediato la atención de todos. Sin decir una palabra, se acercó a Arthur y lo besó apasionadamente. Un silencio cayó sobre el grupo mientras todos procesaban lo que acababan de ver.

Adam, siempre el primero en reaccionar, sacó su teléfono y tomó una foto.

- ¿Qué diablos está pasando? —exclamó— ¡Arthur, explícanos!

- Ay, Diosito, por favor, ayúdame —murmuró Arthur, visiblemente abrumado. - ¿Qué haces? —preguntó, tratando de mantener la calma.

- Lo siento por el retraso, tenía algunos pendientes —respondió Alessia con una sonrisa

La tensión era palpable mientras el grupo intentaba asimilar la situación. Diego y Ginebra intercambiaron miradas significativas. A pesar de ser novios, ambos sabían que la situación con Arthur era delicada. Sin saber cómo reaccionar. Arthur, en su mente, rogaba por una salida a este caos.

Arthur, por su parte, se sentía atrapado. Su mente era un torbellino de pensamientos y emociones.

- ¿Por qué, Dios? ¿Por qué me pones esta cita así en la olla? —pensó Arthur, sintiendo que no podía soportar más la situación.

Ingrid estaba sentada en su cama, mirando el techo. La tristeza la envolvía, y la ausencia de Arthur seguía siendo una herida abierta. Habían formado un grupo de amigos Antes de la desaparición de Arthur, y aunque seguían en contacto, la inclusión reciente de Arthur, Olivia y Alessia la había dejado devastada.

Su teléfono vibró, indicando un nuevo mensaje en el grupo de amigos. Abrió el chat y lo que vio la dejó sin aliento: una foto de Arthur besándose con Alessia. Sintió que el mundo se derrumbaba a su alrededor. La tristeza se transformó en una mezcla de rabia y desconsuelo.

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