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CAP. 70 DESENMASCARANDO EL CORAZÓN: LA SORPRESA DE ARTHUR Y LA CAÍDA DE INGRID

Arthur se acercó a Olivia, quitándole la venda de los ojos.

- Sorpresa, mi amor —dijo, antes de besarla apasionadamente en los labios.

Todos los presentes quedaron boquiabiertos. Ver a Arthur, normalmente tan frío y distante, haciendo un gesto tan romántico, fue un shock para todos.

- ¡Wow! —exclamó Adam— No puedo creer que Arthur haya hecho todo esto.

Ingrid observó la escena con el corazón roto, dándose cuenta de que había sido utilizada en el plan de Alessia y Ginebra. Intentó mantener la compostura, pero las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

- ¿Por qué? —murmuró para sí misma, sintiendo que todo se derrumbaba a su alrededor.

Arthur notó las lágrimas de Ingrid y, por un instante, su fachada fría se rompió. Pero rápidamente volvió a su actitud distante, sabiendo que no podía mostrar debilidad frente a los demás.

La fiesta continuó, con risas y celebración, mientras Ingrid se alejaba del grupo, sintiéndose traicionada y sola. Alessia y Ginebra observaron con satisfacción, sabiendo que su plan había funcionado a la perfección.

Arthur y Olivia estaban en el centro del salón, rodeados de sus amigos, con una sonrisa radiante en sus rostros. Alessia se acercó a Ingrid y le susurró al oído.

- Son tres meses de aniversario de Arthur y Olivia.

Ingrid sintió como si el suelo se desmoronara bajo sus pies. La traición de Alessia y Ginebra la destrozó por completo.

- ¿Por qué? —pensó, con lágrimas en los ojos.

Ingrid intentó mantener la compostura, pero el dolor era demasiado. Alessia y Ginebra intercambiaron miradas de satisfacción, sabiendo que su plan había funcionado.

- Perfecto —murmuró Ginebra para sí misma.

Arthur había preparado una sorpresa especial para Olivia. A medida que el ambiente se llenaba de emoción, Olivia no pudo evitar que algunas lágrimas rodaran por sus mejillas. Todos los presentes estaban en shock.

- ¿Qué pasó, amor? ¿Por qué no te gustó la sorpresa? —preguntó Arthur mientras secaba las lágrimas de Olivia con ternura.

- Claro que me encantó, amor. Solo que estoy llorando de emoción porque nunca pensé que harías esto por mí —respondió Olivia con una sonrisa temblorosa.

- Yo haría mucho más por ti, amor. Y esto solo es el inicio, aún falta mucho por venir —dijo Arthur, sus palabras llenas de promesas.

- Esto sí que es una sorpresa. ¿Quién lo diría? Arthur... Arthur Evans, todo un romántico —comentaron sus amigos, sin poder creer lo que veían.

Ingrid, por otro lado, estaba completamente devastada al ver la escena. La alegría de los demás solo acentuaba su tristeza.

Arthur se acercó a una caja que había llegado y la puso delante de Ginebra.

- Ábrelo —dijo Arthur.

Ginebra, emocionada, abrió la caja grande y reveló un oso de peluche enorme, del tamaño de ella. Olivia, llorando de emoción, se acercó a Arthur.

- Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo —decía mientras lo besaba repetidamente.

- Ay, qué lindo —comentaron los demás, admirando la escena.

Arthur también le entregó otros regalos a Olivia: chocolates, flores y más detalles.

- ¿Te gustaron? —preguntó Arthur.