CAP. 8 ENTRE SECRETOS, REVELACIONES Y VERDADES OCULTAS

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Arthur se sienta en el banco del parque, rodeado por la tranquila atmósfera del lugar, con el suave murmullo de las hojas en el viento

- miércoles, ¿cómo es esto posible? ¿Qué le habrá pasado? ¿Por qué está actuando de esa manera? - sus pensamientos se entrelazan con el rumor lejano de los niños jugando en el área de juegos cercana

- Hermano estás aquí – entra al cuarto de Arthur, pero él no se encuentra – donde habrá salido – sale del cuarto, desciende las elegantes escaleras de su casa, cuyos pasamanos están adornados con intrincadas tallas de madera, mientras observa los retratos familiares que cuelgan en las paredes, capturando momentos de felicidad congelados en el tiempo -¿Qué haces aquí? – pregunta a Diego que se encuentra junto a la puerta de entrada, con un gesto nervioso y elocuente, la luz del sol filtrándose suavemente a través de las cortinas, iluminando su figura con un resplandor dorado

- Hola, vine...- se pone nervioso, Ginebra se detiene ante él, con el aroma fresco de las flores del jardín perfumando el aire a su alrededor, mientras busca la razón detrás de su visita

- ¿Sí, ves que mi hermano no está verdad? – responde con frialdad, Diego contempla el suelo de madera pulida, con un ligero rubor tiñendo sus mejillas, antes de alzar la mirada hacia ella con determinación

- No, no vine a buscarle a él, vine a buscarte a ti. - ella se sorprende ante sus palabras, sus ojos reflejando la confusión y la curiosidad que bullen dentro de ella, mientras intenta comprender sus intenciones

- ¿A mí? ¿Por qué? – Diego se ajusta nerviosamente el cuello de la camisa, con el brillo de la esperanza brillando en sus ojos, mientras busca las palabras adecuadas para expresarse

- Quería saber si tienes pareja para el baile del concurso - Ginebra recuerda el brillo fugaz de ilusión en los ojos de ella cuando mencionó el concurso a su hermano y como lo convenció para que participe con ella, mientras considera cómo responderle a Mario, su mente tejiendo hilos de posibilidades

- Sí, tengo pareja – responde, Diego deja escapar un suspiro resignado, con una sombra de decepción cruzando fugazmente su rostro, antes de esbozar una sonrisa forzada

- Huach, llegué tarde. Pensé que podríamos... – estaba a punto de decirle algo

Arthur irrumpe en la escena, con una expresión de sorpresa pintada en su rostro, interrumpiendo el momento con su presencia inesperada

- Que haces aquí Diego, que yo sepa no quedamos en vernos hoy – pregunta con inquietud

- Cierto amigo, pero verás – se pone nervioso – vine, vine

- A que Diego a que habla de una vez – lo dice con enojo

- Quería ver si Ginebra quería talvez hacer un dúo conmigo en el concurso – lo suelta

- ¿Qué? ¿Pero qué yo tengo entendido, tú ya tienes pareja para el concurso? – responde fríamente en defensa de su hermana

Ginebra se siente abrumada por la repentina intrusión de su hermano, su mente zumbando con una mezcla de emociones mientras trata de procesar la situación, Arthur clava su mirada inquisitiva en Mario, con una mezcla de suspicacia y curiosidad pintada en sus ojos

- ¿no es así amigo? – Arthur le mira con firmeza, Diego se siente atrapado entre la incómoda mirada de Arthur y la sorpresa de Ginebra, buscando desesperadamente una salida a la situación

- Sí, sí, tengo pareja, pero – Arthur interviene, sintiendo la tensión palpable en el aire, con un gesto que denota la necesidad de resolver la situación lo antes posible

- Lo sabía, bueno, aquí no hay nada que tú debas hacer, así que deberías irte no - Ginebra se siente desconcertada por la repentina interrupción de su hermano, su mente girando mientras intenta comprender lo que está sucediendo a su alrededor

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