CAP. 17 EL ECO DEL ABISMO, UN GRITO DE DESESPERACIÓN EN LA TORMENTA

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- Arthur, ajeno a la tragedia que se avecina, está en casa cuando recibe el mensaje. Al principio, lo lee con confusión, pero a medida que avanza, una sensación de horror se apodera de él. Sabe que algo está terriblemente mal. Desesperado por entender el verdadero significado del mensaje, se sumerge en él, buscando desesperadamente una pista que lo lleve a la verdad.

- MENSAJE

- Arthur,

No sé ni por dónde empezar. Cada palabra que escribo parece desmoronarse bajo el peso de mi dolor. Quiero agradecerte, Arthur, con todo lo que soy capaz de sentir, pero también necesito expresar la agonía que me consume desde lo más profundo de mi ser.

Desde que nuestras vidas se entrelazaron, has sido mi ancla en medio de la tormenta. Recuerdo el frío de aquel día en que me encontraste, temblando y rota por los golpes que Mateo me infligió. Tú, con tus manos cálidas y tu corazón compasivo, me tomaste en tus brazos y me prometiste protección, un refugio seguro, lejos de la violencia que amenazaba con devorarme.

Pero, oh Arthur, cómo desearía que pudieras ver más allá de mi dolor, más allá de las cicatrices visibles e invisibles que Mateo dejó en mi alma. Anhelaba que pudieras percibir mi corazón latiendo con una nueva esperanza, un amor que crecía con cada gesto de bondad y comprensión que me brindabas.

Sin embargo, sé que mis sentimientos son una sombra ante tus ojos. Me ves como una víctima, una frágil marioneta de la violencia doméstica que necesitas proteger. Y en ese reconocimiento, se encuentra la afilada hoja de la realidad que me corta hasta lo más profundo.

Lo siento, Arthur, lo siento con cada fibra de mi ser. No puedo ser lo que deseas, no puedo corresponder a tus sentimientos con la misma intensidad con la que los siento arder dentro de mí. Es una herida abierta que me consume, una tristeza que ahoga cualquier posibilidad de felicidad.

Gracias, gracias por todo lo que has hecho por mí. Pero ya no puedo continuar arrastrando este peso, este dolor que me ha seguido como una sombra implacable. Estoy cansada, Arthur, cansada de luchar, cansada de sufrir en silencio.

Por eso, hoy tomo una decisión que me parte el alma en mil pedazos. Voy a acabar con este dolor, a dejar atrás la oscuridad que me envuelve. Te deseo lo mejor, Arthur, te deseo una vida llena de luz y amor, lejos de las sombras que me consumen.

Ingrid

Arthur lee el mensaje con creciente inquietud, su mente luchando por comprender la oscura insinuación al final del texto. Una sensación de terror lo invade mientras las palabras toman forma en su mente, y el pánico se apodera de él. Sin embargo, se esfuerza por mantener la calma, tratando de encontrar a Ingrid antes de que sea demasiado tarde.

Al salir de su habitación, se topa con su hermana Ginebra, quien lo mira con preocupación y confusión.

- ¿A dónde vas, Arthur? ¿Qué pasa? - pregunta Ginebra, notando el estado agitado de su hermano.

Arthur apenas la registra, su mente centrada en la urgente necesidad de encontrar a Ingrid. Sin detenerse a responder, se aleja apresuradamente hacia la salida, dejando a su hermana con más preguntas que respuestas.

- Hey – grita – no puedes salir, está haciendo una fuerte tormenta, es peligroso – grita, pero él no lo escucha

Mientras tanto, la preocupación de Arthur se ve eclipsada por la furia de Mateo, quien se cruza en su camino en la casa donde Vivia Ingrid y Mateo.

- ¿Dónde está Ingrid? - pregunta Arthur, su voz temblando ligeramente por la ansiedad.

Mateo, con una sonrisa burlona en el rostro, responde con desdén

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