CAP. 69 BAJO EL VELO DE LA SORPRESA: CORAZONES ROTOS Y SECRETOS OSCUROS

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- Entonces, ¿qué piensas hacer para vuestro aniversario? — preguntó Alessia, cambiando de tema.

Arthur la miró con cansancio.

- Honestamente, no tengo ni idea. Estoy tan molesto que dudo que pueda tener una buena idea para sorprenderla.

Alessia se levantó de un salto, con una chispa de emoción en sus ojos.

- No te preocupes. Yo me encargaré de todo junto a Ginebra. Tú solo tienes que aparecer, bien guapo, en el lugar que te diga.

Arthur levantó una ceja, escéptico.

- ¿Y qué tienes en mente?

Alessia sonrió misteriosamente.

- Confía en mí. Será una sorpresa que Olivia nunca olvidará. Y quién sabe, tal vez esto calme un poco sus celos.

Arthur suspiró, resignado.

- Está bien, confiaré en ti. Pero si esto sale mal, tú te encargas de las consecuencias.

Alessia le dio un golpe suave en el hombro.

- ¡Vamos, Arthur! ¿Cuándo he fallado yo en algo así?

Arthur intentó recordar un momento, pero Alessia lo interrumpió.

- No cuenta lo del pastel de cumpleaños de Tomasso. Fue un pequeño accidente — dijo, sonriendo traviesamente.

Arthur rio, recordando el desastre del pastel.

- Está bien, está bien. Solo espero que esto funcione.

Alessia asintió con determinación.

- Confía en mí, Arthur. Ahora, ¿qué te parece si vamos a elegir un traje? Tienes que estar impresionante.

Arthur se levantó, sintiéndose un poco más ligero.

- De acuerdo. Pero si Olivia empieza otra escena de celos, no me culpes a mí.

Alessia se rio mientras lo arrastraba hacia el vestidor.

- Eso, querido amigo, será responsabilidad de ella. Ahora, vamos a asegurarnos de que no pueda resistirse a ti mañana.

La tarde transcurrió entre risas y chistes mientras Alessia y Arthur seleccionaban el atuendo perfecto. Alessia lo convenció de que la sorpresa sería un éxito, y poco a poco, la tensión en los hombros de Arthur comenzó a desaparecer.

Alessia miró a Arthur con una sonrisa satisfecha.

- Solo recuerda, Arthur, mañana será un día para recordar. Confía en mí y todo saldrá bien.

Arthur asintió, sintiéndose agradecido por tener a alguien como Alessia a su lado.

- Gracias, Alessia. Realmente aprecio todo lo que haces por mí.

- Para eso están los amigos respondió ella con una sonrisa. — Ahora, ve a descansar. Mañana será un día largo.

Arthur se dirigió a su habitación, sintiéndose un poco más esperanzado. Mientras se tumbaba en la cama, pensó en cómo sería el día siguiente y si finalmente podría encontrar un poco de paz en su relación con Olivia, aunque lo que más lo tenía confundido era Íngrid, no podía sacar a Íngrid de su mente ella siempre estaba presente y eso lo tenía perturbado, a la vez feliz.

En un lugar oscuro y húmedo, Mateo estaba sentado en una vieja silla de madera. Mateo sostenía una foto de Ingrid en sus manos, una imagen desgastada y manchada por el tiempo y las lágrimas. Sus ojos, inyectados en sangre, reflejaban una obsesión insana y una furia contenida.

QUÉDATE CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora