CAP. 57 SECRETOS DESENMASCARADOS: LA GUERRA DE LOS CELOS Y LAS MENTIRAS

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- ¡Claro que sí! —replicó Olivia, sus ojos llenos de lágrimas y rabia— ¡Se están aprovechando de ti! ¡No puedo soportar ver cómo te rodean!

Intentó zafarse del agarre de Arthur para lanzarse nuevamente sobre las chicas, pero Arthur la sostuvo con más fuerza, tratando de evitar que la situación se saliera aún más de control.

- ¡Déjame ir! —gritó Olivia, forcejeando— ¡Déjame!

Arthur hizo todo lo posible por mantenerla inmóvil, tratando de calmarla sin éxito.

- ¡Olivia, por favor, cálmate! —suplicó Arthur, su voz llena de desesperación— No quiero que esto termine mal.

Pero Olivia no escuchaba. Seguía gritando e insultando a las chicas, su voz cada vez más alta y desesperada.

- ¡Son unas desvergonzadas! —gritó— ¡No merecen estar cerca de Arthur! ¡Él es mío y siempre lo será!

Las chicas, sintiendo que la situación se estaba volviendo demasiado peligrosa, comenzaron a alejarse, lanzando miradas preocupadas a Arthur.

- ¡Váyanse! ¡Perras! —gritó Olivia— ¡Lárguense de aquí y no vuelvan a acercarse a él!

Arthur, desesperado, tiró suavemente de Olivia hacia él, abrazándola con fuerza para evitar que se escapara.

- ¡Por favor, Olivia, para! —dijo, su voz quebrándose— Esto no es lo que quiero. No así.

Pero Olivia seguía luchando, sus gritos llenando el aire. Los estudiantes cercanos comenzaron a observar la escena, susurrando entre ellos, aumentando la incomodidad de Arthur.

Finalmente, sintiendo que no podía más, Arthur levantó la voz, tratando de hacerse oír por encima de los gritos de Olivia.

- ¡Ya basta, Olivia! —gritó, su voz resonando en el pasillo— ¡Esto tiene que parar!

Olivia, sorprendida por el tono de Arthur, dejó de forcejear, mirándolo con una mezcla de confusión y dolor.

- Arthur... —dijo, su voz apenas un susurro— No quiero perderte.

Arthur la miró con tristeza, sintiendo el peso de la situación aplastarlo.

- Olivia —dijo, su voz suave, pero firme— esto no puede seguir así. Necesitamos ayuda. Necesitamos tiempo para resolver esto.

Olivia bajó la mirada, lágrimas rodando por sus mejillas. Arthur la abrazó con más fuerza, tratando de transmitirle algo de calma.

- Vamos a superar esto —dijo Arthur, tratando de convencerla tanto a ella como a sí mismo— Pero no podemos seguir así.

Olivia asintió lentamente, aun sollozando. Arthur, sintiendo que había logrado al menos calmarla un poco, la guio hacia la salida, alejándose de las miradas curiosas de los estudiantes.

Arthur y Olivia caminaron en silencio por los pasillos de la universidad. Arthur intentaba calmarse, pero la tensión seguía palpitando en el aire. Finalmente, Olivia se detuvo y se volvió hacia él, sus ojos aún llenos de furia.

- ¡Esas chicas estaban coqueteando contigo! —gritó Olivia, señalando en dirección a donde habían estado las compañeras de Arthur— ¡No puedo creer que no lo veas!

- Olivia, por favor, ya basta —respondió Arthur, intentando mantener la calma— No estaban haciendo nada malo. Solo estábamos hablando.

- ¡Hablando! —se burló Olivia, su voz cargada de sarcasmo— ¡Claro! ¿Crees que soy estúpida? ¡Podía ver cómo te miraban!

Arthur suspiró, sintiendo cómo la paciencia se le agotaba. Había intentado razonar con ella, pero nada parecía funcionar.

- Olivia, eres mi novia —dijo, tratando de ser firme— Deberías confiar en mí y apoyarme, no atacarme por cada pequeña cosa.

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