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renacimiento

Un vacío. Un vacío inconmensurable. Nada más que un simple puente. Poco a poco, caminando por el puente, vio a lo lejos unos destellos. Luego de cruzarlo, apareció un gran río. Tras de él, un río majestuoso. Solo verlo le provocaba ganas de entrar. No recordaba cómo sabía su nombre, pero tampoco quería recordarlo.

¡Espera! Quería recordar. Ese gran río que antes lo atraía, ahora lo aterraba. De repente, una voz le dijo:
"Es el río del renacimiento. Si caes, tendrás una nueva vida. Podrás renacer desde un simple mosquito hasta un ser increíblemente poderoso, pero perderás la memoria."

Siguiendo el sonido de la voz, el chico. Ni gordo ni delgado, ni feo ni guapo. Logró divisar a una viejita de cabello amarillo con un plato de sopa. ¿O era agua?

"Toma esta sopa y te sentirás mejor", le dijo la anciana.

Mirando el plato, que seguramente contenía sopa, rechazó amablemente y dijo:
"No, gracias. No quiero en este momento, estoy recordando algo..."

De repente, como si algo lo golpeara, se agachó y se agarró la cabeza. Recordó: San, un chico normal, había sido atropellado por un camión.

¡¿Cómo diablos un camión que va a 60 metros por hora no hizo ruido en la calle?! ¿Cómo es posible que, de estar tranquilo mientras caminaba, me volviera pensativo y desorientado? ¡Y justamente cuando cruzaba la calle!"

Mirando al vacío, estaba estupefacto. "¿Camión-kun es real?", dijo con autoridad. "¡Me mató Camión-kun! ¡Soy el protagonista!"

La viejita lo miraba como si estuviera viendo a un payaso. San, con la mirada fija y hablando rápidamente, preguntó:
"¿Cuánto tarda un alma en perder la memoria después de entrar al río para reencarnar?

La viejita, mirándolo, dijo:
"Más o menos dos minutos se tarda el río en empezar a quitarte la memoria, y en cinco minutos te quedas sin recuerdos."

San preguntó:
"¿Y cuánto se tarda un alma en reencarnar?"

La viejita respondió tranquila y lentamente:
"Cinco años..."

San quedó sin palabras. Entonces, la viejita añadió:
"Si tomas la sopa, te demorarás tres minutos, pero al mismo tiempo solo tardarás diez segundos en perder la memoria."

San volvió a preguntar:
"¿Puedo pedir tres cosas antes de entrar al río?"

Ya irritada por tantas preguntas, la viejita le respondió:
"Te daré tres cosas, pero luego sumérgete, ¿de acuerdo?"

San dijo:
"Pido un plato de sopa que tenga el mismo efecto, pero que me dé 2 minutos con 60 segundos de recuerdos antes de que se empiecen a borrar. También un casco en el que pueda tomar la sopa bajo el agua y, por último, conocimiento de los lugares donde puedo reencarnar.

La viejita dijo rápidamente:
"Está bien."
Mientras lo decía, pensaba para sí misma: ¿Cómo es posible que este chico haya logrado estar tanto tiempo hablando conmigo? Una persona normal solo podría soportar tres minutos antes de volverse loco y saltar al río, pero este chico, que se auto animó llamándose el protagonista por ser atropellado por un camión, ya llevaba dos minutos hablando, y por lo visto podría seguir cinco minutos más.

Y lo peor es que no quiero seguir hablando con un pregunton, pensaba la viejita, irritada. ¿Quizás me terminaría preguntando cuántos años tengo, si conocí a tal sujeto, de qué está hecha la sopa, cómo se prepara, y otras cosas sin sentido?

El chico fue envuelto por una luz púrpura que no pudo ver. De repente, terminó con un traje parecido al de un astronauta, y su mente se llenó de información sobre 785 mundos. Aunque los detalles eran escasos, solo sabía el nombre del mundo y de qué se trataba. Inmediatamente se asombró al descubrir que conocía 10 de esos mundos, ¡eran de anime!

Extasiado, gritó:
"¡Vamos! ¡Conoceré a un protagonista!"

Luego, le gritó a la viejita:
"¡Chao, viejita! ¡Nos vemos!"

Se preparó para lanzarse al río, pero de pronto se detuvo, se acercó y preguntó con algo de vergüenza:
"¿Cómo hago para tomar la sopa con este traje?"

La viejita lo miró y, esta vez, le gritó con irritación:
"¡¿Sigues con tus preguntas?!"

El chico desvió la mirada, haciéndose el desentendido, mientras la viejita, con paciencia limitada, le explicó cómo podía tomar la sopa dentro del traje de astronauta. Después, agitando la mano, le dijo que se fuera al río rápidamente.

El chico saltó al río de la reencarnación sin miedo a perder los recuerdos, pero con un objetivo claro: ¿Cuál sería el mundo de anime menos peligroso?

"Attack on Titan" fue descartado rápidamente. ¿Jojos? Si no tenía un Stand, sería carne de cañón, y no quería depender de la suerte de Jotaro o de otros protagonistas. "One Piece" también fue descartado: piratas por todas partes, razas que esclavizaban humanos y gente con frutas del diablo desquiciada. En cuanto a Dragon Ball, ni siquiera pensó en caer en ese mundo; demasiadas amenazas universales.

¿Tal vez la Guerra del Santo Grial? Pero si no tenía relevancia, su vida no sería muy diferente a la que ya había tenido. ¿Re zero o Zero no Tsukaima? Era posible que terminara siendo una persona común.

Finalmente, decidió que iría al mundo de Naruto. Se dirigió a una zona exacta del río, pensando que si lograba ser un chunin, posiblemente podría sobrevivir siendo un ninja retirado.

Luego de un momento, llegó a la zona que quería. Solo faltaban 10 segundos para renacer, pero temía tres cosas: ser un ciudadano de la Aldea de la Lluvia y perecer en medio de la guerra, ser un ciudadano común del clan Uchiha y morir por culpa de Itachi, o tener un linaje con un Kekkei Genkai de la Aldea de la Niebla y morir bajo el control del líder manipulado por Obito Uchiha.

Con extrema emoción, gritó:
"¡Mundo ninja, allá voy!"

Mientras tanto, la viejita, mirando su sopa, de repente gritó con enojo:
"¡Me engañó ese maldito chico! ¡Dos minutos con 60 segundos son 3 minutos!

fin del capitulo 1