Kurama no se anduvo con rodeos y lanzó un potente rugido:
—¡Todos los débiles, fuera de mi camino!
Su voz, amplificada por su imponente tamaño de 1600 metros, sacudió la isla. Los piratas y marines más débiles cayeron al suelo, mientras que aquellos que estaban más cerca fueron lanzados hacia atrás por la onda de choque. El equipo de Luffy miraba a su capitán y a Zoro con preocupación, pero Zoro, con determinación, dijo:
—Aléjense. Nosotros nos encargaremos de esto, ¿verdad, Luffy?
Moviendo sus tres espadas con firmeza, Zoro se preparó para el combate. Luffy, con una sonrisa de emoción en su rostro, respondió entusiasmado:
—¡Jajajaja! ¡Así es! —se puso en posición de combate, listo para lo que se avecinaba.
Garp, observando cómo los marines volaban por los aires, frunció el ceño y gritó con autoridad:
—¡Todos los marines de rango almirante, suban! ¡Los demás, retrocedan!
Barba Blanca, con su tripulación a su alrededor, dijo con una mezcla de respeto y determinación:
—¡Escuchen, hijos míos! ¡Yo me encargaré de esta amenaza!
Sus tripulantes lo miraban con preocupación, pero también con respeto. Le dijeron:
—Señor, tenga cuidado.
Barba Blanca soltó una risa y saltó hacia adelante, sin mostrar temor alguno. Kaido, observando a Kurama, soltó una carcajada y dijo:
—Esta batalla será interesante.
Ajustó su mazo sobre su hombro, listo para balancearlo en cualquier momento.
De los 30,000 soldados y 20,000 piratas que habían llenado la isla, solo quedaban 30 individuos en pie en el campo de batalla, todos los más poderosos. Kurama, con su feroz y despectiva actitud, gritó:
—¡Vamos, ataquen, hormigas insignificantes!
Sin perder tiempo, Kurama cargó una gigantesca llama del tamaño de una montaña, apuntándola directamente hacia sus oponentes.
Luffy comenzó a agrandar sus manos, y con un poderoso aplauso, disipó las llamas que se dirigían hacia él y Zoro, logrando salvarse a tiempo.
Barba Blanca, por su parte, golpeó directamente las llamas que venían hacia él, demostrando su abrumadora fuerza física y el poder de su fruta del diablo.
Garp, en cambio, utilizó una táctica similar a la de Barba Blanca, pero en lugar de usar una fruta, se valió de su imponente haki para desviar el ataque.
Kaido, con su característica confianza, activó su forma de dragón y resistió el fuego sin problemas, dejando claro que no necesitaba protegerse de un ataque de tal magnitud.
Monkey D. Dragon, aprovechando su fruta del viento, levantó una corriente de aire a su alrededor, haciendo que las llamas pasaran por encima de él como si no fueran más que una leve brisa.
En un instante, estos poderosos individuos demostraron por qué eran considerados los más fuertes del mundo. Kurama, viendo cómo cada uno había manejado su ataque, estalló en una carcajada que resonó por toda la isla. Sin embargo, rápidamente dejó de reír. Su cuerpo gigantesco desapareció y, en un abrir y cerrar de ojos, apareció frente a Kaido, lanzando un brutal golpe con su pata de 300 metros.
Kaido, que logró ver el ataque gracias a su haki de observación, utilizó haki de armadura para resistir el impacto sin sufrir daños. No obstante, Garp no perdió tiempo y aprovechó la oportunidad para golpear a Kurama con un poderoso puñetazo envuelto en haki. Kurama, anticipando el golpe, también usó su haki de armadura, y solo sintió un pequeño empujón. Garp, atónito al ver que no pudo mover al gigantesco zorro, retrocedió usando una técnica de movimiento rápido.
Justo cuando Kurama estaba a punto de atacar a Garp, su haki de observación le advirtió de un peligro inminente. Barba Blanca no había utilizado haki, sino el poder de su fruta del diablo, y Kurama aprovechó para convertirse en fuego y escapar antes de ser alcanzado. Al reaparecer en otro lugar, sintió una amenaza desde su lado izquierdo. Al girarse, frunció el ceño al ver que Zoro liberaba una técnica morada con su espada, la cual estaba imbuida en haki. Sabiendo que no podía volverse fuego para esquivar el ataque, Kurama optó por utilizar su haki de armadura.
Simultáneamente, Luffy cargó un gigantesco golpe dirigido a la cabeza de Kurama. Ambos ataques impactaron al mismo tiempo, pero Kurama, utilizando su haki de armadura, absorbió el daño y solo dio dos pasos hacia atrás, ileso.
En ese primer enfrentamiento, nadie salió herido, y el combate quedó en un empate
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¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡
FantasySan, un pobre diablo con mala suerte, transmigró al cuerpo de Kurama, pero no a cualquier Kurama, sino al ¡Kurama recién creado! Plácidamente pensó: "Tengo 800 años para fortalecerme y conocer a Hashirama y Madara. Estoy seguro de que podré ¡derrota...