mundo de nauto completado

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 Kurama, observando el cielo mientras estaba con sus hermanos, se encontraba en una profunda confusión. Había llegado a un punto donde no sabía qué más hacer. Se había vuelto increíblemente fuerte, más allá de lo que jamás había imaginado. Había absorbido todo lo que podía, incluidos el Diez Colas y otros elementos poderosos que había encontrado a lo largo de los años. Con el paso del tiempo, incluso había construido un imperio masivo, el Imperio Uzukuma, una ciudad que se extendía por 10,190 kilómetros y albergaba al 95% de la humanidad.

Sin embargo, algo le faltaba. A pesar de su fuerza, a pesar de su poder, Kurama sentía un vacío. En 900 años, solo había matado a dos personas: Hashirama y Madara en el mundo paralelo. Todo el resto de las criaturas que había absorbido habían sido animales a punto de morir, como los animales de ganado que criaba el imperio. Había absorbido el Diez Colas, y ahora, mirando su espalda, donde sobresalían diez colas naranjas, no sabía qué pensar.

Suspiró y se perdió en sus pensamientos, mirando su colosal cuerpo de 1,600 metros de altura, un tamaño que nunca antes había existido, y su poder, que superaba al del Diez Colas. Sentía que no tenía rivales a su nivel.

De repente, recordó algo: la gente de la luna. Decidido a encontrar un nuevo propósito, se despidió de sus hermanos y activó sus alas de chakra. En solo tres minutos de vuelo a través del espacio, llegó a la luna. Kurama aún no entendía completamente cómo funcionaba su chakra, pero por alguna razón, su cuerpo le permitía respirar en el espacio y moverse libremente.

Al llegar a la luna, lo que vio lo sorprendió: varias personas estaban en medio de una feroz batalla, atacándose mutuamente. Sin pensarlo dos veces, Kurama decidió hacer una entrada dramática. Con un rugido lleno de rabia fingida, gritó:

"¡Todos ustedes, únanse a mi Imperio Uzukuma o mueran!"

Su rugido resonó en toda la luna, un lugar donde, por lógica, no debería haber sonido. Sin embargo, la tremenda energía de Kurama rompía cualquier expectativa. Todas las personas en la luna, al escuchar el estruendo, detuvieron lo que estaban haciendo y corrieron a ver a la bestia arrogante que había hablado.

Cuando llegaron, se quedaron petrificados. Lo que vieron fue un zorro de diez colas, de más de un kilómetro de largo. Simplemente no había forma de enfrentarse a un ser tan gigantesco. Kurama era un monstruo de proporciones colosales, y la gente lo comprendió al instante: resistirse significaría una muerte segura.

Kurama no tuvo que hacer nada más. Todos los guerreros de la luna, que antes luchaban entre sí, dejaron caer sus armas y se rindieron ante su poder abrumador. ¿Cómo podrían enfrentarse a algo que podía matarlos como hormigas simplemente pisándolos?

 Kurama, después de 100 años, vio cómo la gente de la luna se integraba al Imperio Uzukuma. Aunque esto le trajo una cierta felicidad, también sintió un vacío creciente. Durante los siguientes 90 años, Kurama observaba cómo el mundo seguía adelante, hasta que un día detectó algo diferente: un pequeño niño, Naruto Uzukuma, hijo de Minato Uzukuma y Kushina Uzukuma.

Naruto, con su curiosidad insaciable, siempre preguntaba acerca del mundo. En más de una ocasión, le preguntó a la gente si existían lugares como "la aldea de la arena", pero todos se miraban entre sí, confundidos, pues las aldeas ninja ya no existían en este mundo.

Un día, mientras Naruto dormía, Kurama decidió conectarse con él. Lo transportó a un espacio mental diferente al que los jinchūriki suelen habitar. En lugar de la oscura alcantarilla que representaba los conductos de chakra, Naruto apareció en una hermosa pradera. Mientras miraba a su alrededor, Kurama lo observaba desde las alturas, siendo un zorro de 1 kilómetro de largo. Para Naruto, solo era visible el pie del gigante, y cuando levantó la vista, apenas pudo distinguir el pectoral de la bestia.

De repente, una voz estruendosa resonó en todo el espacio mental:

"Hola, pequeño."

La presión de un ser tan poderoso era abrumadora para Naruto, quien de inmediato se arrodilló. La fuerza de Kurama le hacía difícil respirar, y sin pensarlo, liberó su propio chakra, tratando de levantarse. En ese momento, Naruto entendió por qué solo los más fuertes podían vivir en el centro de la ciudad principal del imperio: la presencia de Kurama era simplemente demasiado.

Todavía arrodillado, Naruto habló en un idioma que Kurama reconocía, pero no entendía del todo. Kurama, curioso, preguntó en español:

"¿Eso es chino?"

Sorprendentemente, Naruto respondió en un español muy pobre:

"Sí, es chino."

Intrigado, Kurama continuó con otra pregunta:

"¿En qué año estabas antes de morir? Yo llegué a este mundo en 2023."

Con dificultad, y en su rudimentario español, Naruto respondió:

"2025 de enero."

Al escuchar esto, Kurama decidió reducir su tamaño a 1 metro, lo que alivió considerablemente la presión que sentía Naruto. Agradecido, Naruto, aún algo asombrado, preguntó en un español igualmente tosco:

"¿Cómo llegaste a ser tan fuerte?"

Kurama, comprendiendo el esfuerzo de Naruto, cambió al idioma del mundo de Naruto y le pidió:

"Deja de hablar español, por favor."

Luego, con paciencia, Kurama comenzó a resumir cómo había logrado su poder, explicándole brevemente los siglos de entrenamiento, las batallas, los artefactos que había absorbido y su capacidad para dominar el chakra y crecer en poder durante casi un milenio.

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora