una peli verde derrotada.

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 Kurama y Medu estaban tranquilamente viendo la televisión de Saitama, mientras este entrenaba y enfrentaba monstruos. En la pantalla, una reportera anunció con entusiasmo:

¡Tatsumaki, el Tornado del Terror, ha derrotado a otro monstruo clase dragón! Vamos a entrevistarla...

Pero antes de que pudieran acercarse, Tatsumaki voló fuera del lugar sin decir una palabra. Kurama soltó una carcajada al ver la escena.

¡Ja! Solo dijo "hola" y se fue volando... —se burlaba Kurama.

Medu, que descansaba sobre la cabeza de Kurama, interrumpió sus risas con una pregunta inocente:

Señor Kurama, ¿no es esa la chica de la que escapamos cuando llegamos aquí?

La risa de Kurama se cortó en seco. Recordó el incidente y su expresión cambió. Con un tono mordaz, preguntó:

Medu, ¿crees que podrías derrotar a esa peli verde?

Medu, sin interés y con pereza, respondió:

Sería un desperdicio de esfuerzo, Señor Kurama.

Sus tentáculos se retorcían flojamente, reflejando la indiferencia de Medu hacia el orgullo o la dignidad. Kurama no pudo evitar pensar en lo ridículo que era su comportamiento.

¿Qué es la dignidad, señor Kurama? ¿Se puede comer? ¿El orgullo me ayudará a caminar? —preguntó Medu telepáticamente, como si esas cosas fueran completamente inútiles.

Kurama la miró, frustrado, y le replicó:

¿Dónde está tu orgullo como ser poderoso, Medu?

Medu, en su habitual tono perezoso, respondió:

Está en mis ojos, señor Kurama.

Kurama la observó con más atención... Medu no tenía ojos. En ese momento, Kurama entendió todo. Esta medusa realmente no se tomaba nada en serio.

Con un suspiro, Kurama decidió provocarla un poco más:

Haré tres cosas que me pidas si derrotas a Tatsumaki.

La actitud de Medu cambió de inmediato. Gritó indignada:

¡Yo, Medu, la Medusa de Sangre, tuve que huir de esa mocosa que tiene el 10% de mi edad! ¡Es insoportable y merece ser castigada!

Medu creció hasta alcanzar los dos metros, agarró a Kurama como si fuera un gato doméstico y salió volando de la casa a gran velocidad, usando sus tentáculos para propulsarse. Llegaron rápidamente a la ciudad donde habían escapado de Tatsumaki la última vez.

Medu, ahora decidida, gritó telepáticamente, y toda la ciudad pudo escuchar su voz:

¡Yo, la Medusa Sangrienta, le doy dos horas a Tatsumaki para que se presente o destruiré esta ciudad y a todos sus habitantes!

El caos estalló en la ciudad. Una medusa de 4,400 metros levitando en el aire generó un pánico absoluto. Miles de llamadas llegaron a los héroes y autoridades, rogando que Tatsumaki apareciera rápidamente. Incluso algunos hackers lograron contactar directamente con ella. Tatsumaki, enfurecida, se lanzó hacia la ciudad.

Cuando llegó y vio a Medu, gritó:

¡Muere!

Pero ¿quién era Medu? Al ver a Tatsumaki, Medu comenzó a crecer sin parar, alcanzando rápidamente los 7,000 metros, luego 8,000 y finalmente 9,000 metros.

Tatsumaki, asombrada por el tamaño colosal de la medusa, intentó usar sus habilidades, pero Medu la interrumpió telepáticamente:

¡Arrodíllate, mocosa insignificante, o morirás junto al planeta!

Rayos comenzaron a salir de los tentáculos de Medu, cada uno tan grande como un edificio de 80 metros de altura. Tatsumaki, asustada por el poder de la medusa, no dudó y lanzó un ataque. Sin embargo, Medu absorbió la energía telequinética de Tatsumaki con facilidad.

Un rayo gigante salió disparado hacia Tatsumaki, que apenas logró crear una barrera telequinética, con todas sus fuerzas, la cual desapareció al instante.

¡Arrodíllate o perece junto a la ciudad! —gritó Medu con autoridad, mientras Tatsumaki, quemada y electrificada, no tuvo más opción que arrodillarse, no quería que por su culpa y su debilidad murieran las personas de la ciudad.

Me arrodillé. Ahora, ¿qué harás? —dijo Tatsumaki, derrotada.

Medu, satisfecha, se encogió lentamente, volviendo a su forma original de pequeña medusa roja. y dijo bueno ahora me iré y tal como dijo se fue volando.

Tatsumaki, al ver la transformación, juró para sí misma:

Nunca volveré a tocar una medusa roja.

Medu, emocionada y llena de orgullo, gritó a Kurama:

¡Señor Kurama, mi primera petición es...

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora