un genos diferente

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Mientras Kurama y Medu jugaban a "Pelea Colosal de Espía de Elite en Otro Mundo" en la consola, el timbre sonó de repente. Kurama, sin pensarlo demasiado, fue a abrir la puerta, esperando que fuera Saitama, quien seguramente había olvidado nuevamente las llaves dentro de casa. Sin embargo, al abrirla, se encontró con un ciborg de cabello rubio, ojos negros con pupilas amarillas.

Kurama, sabiendo perfectamente de quién se trataba, no pudo evitar hacer una broma: —¿Eres el repartidor de pizza?

Genos, al escuchar esto, se quedó perplejo. Su mirada se posó sobre Kurama, pero lo que realmente le confundió fue ver a un zorro de diez colas hablándole con total naturalidad. "¿Saitama tiene mascotas?" pensó mientras comparaba esta extraña realidad con los recuerdos de su vida pasada. Algo no encajaba.

En este mundo, Genos había descubierto que era mucho más fuerte que en su versión original. Cada ser que conocía representaba un reto aún mayor. Recordó su enfrentamiento reciente con la Reina Mosquito, donde había usado todos sus métodos sin lograr derrotarla por completo. Aún así, al igual que en el anime de su vida anterior, Saitama lo había salvado en el último momento. Tras eso, Genos le había pedido ser su discípulo, pero recibió una respuesta inesperada.

—¿Sabes jugar videojuegos? —le había preguntado Saitama.

Sorprendido, pero seguro de sí mismo, Genos, quien en su vida anterior era un progamer profesional, respondió con confianza: —¡Claro que sí!

—Perfecto. Entonces ven mañana a mi casa y te aceptaré como discípulo —le respondió Saitama antes de alejarse... completamente desnudo.

Desde entonces, Genos había estado investigando a fondo sobre Saitama. Lo que descubrió lo dejó atónito. En este mundo, Saitama no solo era increíblemente poderoso, sino que también era conocido como "el calvo dorado", la octava persona más rica del mundo. Sin embargo, nada lo había preparado para el hecho de que Saitama tuviera unas mascotas tan extrañas, como este zorro de diez colas que le había cerrado la puerta en la cara.

Justo entonces, Genos sintió una presencia detrás de él. Saitama, vestido con su traje habitual y un reloj de marca, le tocó el hombro.

—Parece que mis mascotas te dejaron afuera —dijo con calma, mientras sacaba las llaves y abría la puerta con una sonrisa indiferente.

Ya dentro de la mansión, Genos escuchó un grito, aunque se dio cuenta de que no había sonido real. Telepatía, pensó. La voz decía con frustración: —¡Señor Kurama, no es justo, yo quería usar al Caballero Escarlata!

Otra voz, que Genos había escuchado hace poco, respondió con tono burlón: —Ja, lo agarré primero, así que es mi personaje.

La voz telepática se quejó: —¡Ya no quiero jugar!

La segunda voz, ahora más conciliadora, respondió: —Mentira, solo te estaba gastando una broma. Tú usarás al Caballero Escarlata, yo al Comandante Sádico.

Se escuchaba el sonido de videojuegos en el fondo. Saitama, que estaba frente a Genos, se sirvió un café y le ofreció: —¿Quieres uno?

Genos negó con la cabeza. Saitama, con su típica despreocupación, se quitó la chaqueta y la dejó en el sofá. —Entonces, ¿por qué quieres ser más fuerte?

Genos, sabiendo que Saitama no prestaba mucha atención a respuestas largas, resumió: —Un robot mató a mi familia. Quiero venganza.

Saitama asintió y, con la misma tranquilidad, dijo: —Bueno, muéstrame qué tan bueno eres en los videojuegos.

Lo guió hacia donde Kurama y Medu estaban jugando. Medu gritaba eufórica: —¡Jajajajaja! ¡Te gané, Señor Kurama!

Kurama, inmóvil en su asiento, miraba la pantalla con la expresión de alguien derrotado. El mensaje en la pantalla decía "Jugador 2: Victoria". Su cuerpo emitía una aura de desolación y tristeza. Genos, con su aguda percepción, escuchó a Kurama susurrar: —Perdí... contra Medu... en un videojuego... ¿Qué me queda?

Saitama, ignorando el ambiente tenso, le dijo a Medu: —¿Puedes jugar contra Genos?

Medu observó a Genos y exclamó: —Es como el personaje Rey Bizarro —y uno de sus tentáculos lo señaló.

Genos, algo confundido, tomó el control. Al elegir personaje, vio uno casi idéntico a él, pero con pelo negro y llamado "Rey Bizarro". Tuvo que admitir que el parecido era sorprendente.

Después de cuatro partidas, Medu, molesta y con chispas saliendo de su cuerpo, gritó: —¡Siempre queda con solo 10 puntos de vida!

Genos, con una sonrisa, respondió: —Eres muy buena jugando, pequeña medusa.

Kurama, al ver cómo Medu perdía, no pudo contener su enojo: —¡Solo yo puedo ganarle a Medu! No puedo permitir que este ciborg lo haga.

Decidido a ganar, Kurama se preparó. Activó su haki de observación para anticipar los movimientos de Genos y eligió su personaje. Tras once partidas intensas, Kurama soltó un suspiro y dejó el control. Genos le había ganado seis partidas, mientras que él había ganado cinco.

Kurama miró a Genos y dijo con respeto: —Eres muy bueno, chico. Me llamo Kurama —luego señaló a Medu—. Y esa bolsa viviente es Medu.

Justo en ese momento, un rayo cayó sobre Kurama y Medu gritó furiosa: —¡¿Bolsa viviente?! ¡Soy Medu, la Medusa de Sangre! ¡El Señor Kurama me insultó y será electrocutado!

Pero Kurama, con agilidad, se transformó en un tronco que rápidamente se desintegró. Otro Kurama apareció, inflando su pecho de zorro con orgullo. —No puedes electrocutarme, pequeña Medu —dijo con arrogancia.

Genos, totalmente confundido, pensaba para sí mismo: ¿Kurama, un zorro de diez colas? ¿No era de nueve? ¿Y Medu, la Medusa de Sangre? ¿No es la kaiju que derrotó a Tatzumaki con un rayo equivalente a 15 bombas nucleares? Cuanto más lo pensaba, más se confundía. Este mundo no era como el que él conocía.

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora