Después de tres meses de entrenamiento intensivo, Izuku Midoriya, ahora con un físico atlético y renovada confianza, observó la sala frente a él. Era el lugar donde se decidiría si podía entrar en la academia de héroes, el primer paso para alcanzar su sueño: ganarse la vida como héroe profesional y, al mismo tiempo, llevar desesperación a los villanos.
Dio un paso firme hacia adelante, pero pisó accidentalmente un charco de agua. Antes de caer, su cuerpo reaccionó instintivamente: se teletransportó tres pasos atrás, recuperando el equilibrio. Una joven castaña, que estaba a punto de ayudarlo, se detuvo y lo miró sorprendida.
—¡¿Teletransportación?! ¡Qué habilidad tan asombrosa! —exclamó con admiración.
Izuku sonrió con calma y asintió. La chica, entusiasta, extendió su mano con una gran sonrisa.
—¡Hola! Soy Ochako Uraraka. ¡Un gusto conocerte!
Izuku suspiró, algo abrumado por su energía, pero estrechó su mano.
—Hola. Soy Izuku Midoriya. El gusto es mío, jeje.
Ambos entraron juntos a la sala y se sentaron. Izuku, algo aburrido mientras esperaba que los demás ocuparan sus asientos, decidió romper el silencio.
—Bueno, ya sabes que puedo teletransportarme. ¿Y tú? ¿Cuál es tu Quirk?
Ochako sonrió, adoptando una pose teatral y moviendo sus manos como si fuera un mago.
—¡Puedo quitarle la gravedad a las cosas! —dijo imitando la voz de un fantasma.
Izuku la miró impresionado.
—¡Esa es una habilidad increíble! No muchas personas tienen poderes así.
Ochako sonrió con orgullo, pero antes de que pudieran seguir conversando, un hombre de cabello amarillo y voz potente entró al lugar.
—¡Hola, jóvenes héroes! —dijo con entusiasmo—. Soy Hizashi Yamada, pero tal vez me conozcan como Present Mic. Hoy realizarán dos pruebas: una académica y otra de combate.
El héroe explicó que la prueba de combate consistiría en destruir robots en tres áreas diferentes. Los robots estarían clasificados según puntos: 1, 2 y 3. Izuku revisó su hoja y asintió, procesando la información. Justo entonces, un chico de cabello azul se levantó de su asiento.
—¡Disculpe! —exclamó con firmeza—. En el papel aparece un cuarto robot. ¿Es un error de la academia? ¡Un error así es inaceptable en una institución de este nivel!
Izuku dejó de prestar atención mientras el héroe explicaba que el cuarto robot no otorgaba puntos y solo estaba para poner a prueba la capacidad de decisión de los aspirantes. Momentos después, los candidatos fueron llevados a los campos de prueba.
Frente a la enorme puerta que lo separaba de la arena, Izuku suspiró. En su mente, Kurama y Medu, sus compañeros espirituales, discutían sobre cómo le iría en la prueba.
—Seguramente nos pedirá ayuda —dijo Kurama con una sonrisa de superioridad.
—Sí, tienes razón, señor Kurama —respondió Medu con paciencia.
Cuando las puertas se abrieron, Izuku esperó una señal. Pasaron unos segundos antes de que la voz de Present Mic resonara:
—¡¿Qué esperan?! ¡No habrá señales cuando deban actuar como héroes!
Sin pensarlo más, Izuku se teletransportó hacia adelante, encontrando a su primer robot. Atacó con su habilidad para invocar huesos, pero... nada sucedió. El robot quedó intacto.
Izuku se detuvo, confundido, y pidió una explicación a Kurama y Medu.
—¿Por qué no funciona?
Kurama respondió con una sonrisa arrogante:
—Tu habilidad afecta a los seres vivos, especialmente a los malvados. Estos son robots. Tu Quirk no tiene efecto sobre ellos.
Aturdido por la revelación, Izuku intentó pensar en una solución, pero Kurama tomó el control de su cuerpo. Los ojos verdes de Izuku se volvieron azules con pupilas rasgadas, y el zorro apuntó al robot, listo para atacar. Sin embargo, nada ocurrió.
Kurama le devolvió el control de su cuerpo a Izuku, pero no pudo evitar quedarse reflexionando, confundido. Algo no encajaba. A pesar de su desconcierto, el zorro decidió enfocarse en encontrar una solución.
—Usa tus poderes para levantarlos a grandes alturas y déjalos caer —indicó Kurama, buscando una alternativa práctica—. Si el impacto es lo suficientemente fuerte, se dañarán y podrás destruirlos.
Izuku siguió el consejo y descubrió que el método era sorprendentemente eficaz. Mientras el joven ejecutaba sus ataques, Kurama lo observaba con atención, intentando entender lo que había sucedido. Finalmente, una chispa de comprensión cruzó su mente, y lo supo: ¡el alma! Izuku no usaba su cuerpo directamente para canalizar el quirk; lo hacía a través de su alma. Aunque no podía verla ni sentirla conscientemente, esa era la clave.
Kurama, intrigado, reflexionó: al manipular el cuerpo de Izuku, él mismo no podía acceder a esa habilidad, ya que era algo único del chico. Ese descubrimiento despertó en el zorro una nueva inquietud, una sed ardiente de conocimiento. Quería entender el alma, verla, sentirla y desentrañar sus secretos.
Sin perder más tiempo, en el espacio mental, Kurama convocó miles de clones, todos listos para dedicarse a su investigación. Sus colas se movían con energía mientras su determinación crecía.
Medu, observándolo desde una distancia prudente, soltó un largo suspiro.
—Lo sabía... Ahora no pensará en otra cosa durante semanas —murmuró con resignación, sabiendo que la obsesión de Kurama lo mantendría enfocado exclusivamente en su nuevo objetivo.
Mientras tanto, en el exterior, Izuku continuaba enfrentándose a los robots, perfeccionando su estrategia bajo la guía indirecta de su astuto compañero.
Finalmente después de un rato Izuku algo cansado, pero no mucho, sintió un temblor en el suelo y se alejo del lugar rápidamente, en el centro un robot gigante se levantaba, Izuku sin mas se alejo mientras miraba la situación del robot, luego de un rato logro deslumbrar una figura, una chica de pelo castaño en los escombros sin mas se teletransporto al lugar y la ayudo.
Izuku viendo al robot suspiro, puede que no valiera puntos pero no dejaría que algo asi continuara, no quería ver a nadie herido.
cargo su poder como nunca antes y luego de un rato unas calaveras aparecieron las cuales tiraron un rayo laser al robot aunque no le hicieran daño lo empujaría lo suficiente.
finalmente el robot se caya hacia atrás aunque poco dañado y la chica se lo llevo la prueba de la U.A había terminado.
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¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡
FantasySan, un pobre diablo con mala suerte, transmigró al cuerpo de Kurama, pero no a cualquier Kurama, sino al ¡Kurama recién creado! Plácidamente pensó: "Tengo 800 años para fortalecerme y conocer a Hashirama y Madara. Estoy seguro de que podré ¡derrota...