el kurama oscuro (parte 3)

283 39 2
                                    

Santiag22004 observaba detenidamente mientras se desplegaba un nuevo capítulo en la oscura historia de este Kurama. Una variante inesperada, retorcida y poderosa, un ser que nunca debió existir. Con una mezcla de fascinación y preocupación, Santiag22004 mantenía su atención fija en este Kurama y su brutal avance.

El Caos Desatado

Kurama, tras llegar a la ciudad junto con la Medusa, empujo a la medusa con algo de suavidad a un edificio, luego miro la ciudad con calma pero aún así provocó un pánico total. Su imponente forma, ahora de 4210 metros, casi mil metros más grande que la del Kurama original, dominaba el paisaje. Sin pensarlo dos veces, sus llamas comenzaron a consumir la ciudad entera, dejando solo un edificio intacto: aquel donde había dejado a Medusa. La ciudad, llena de habitantes, quedó reducida a cenizas en pocos minutos. Aunque la energía que absorbía de los civiles era mínima, como la de la pata de un mosquito, para Kurama todo servía.

Una chica de cabello verde apareció, furiosa, gritando con rabia: —¡Maldito monstruo, pagarás por destruir la ciudad A! Era Tatsumaki, la psíquica más poderosa de la Tierra. Kurama la miró sin inmutarse y pensó con frialdad: "¿Si la refino, obtendré sus habilidades de telequinesis?"

Sin perder tiempo, ambos desatan una feroz batalla. Kurama usó todas sus habilidades contra Tatsumaki, y ella respondió con poderosos ataques psíquicos. Tras siete intercambios violentos, Kurama gritó: —¡Mira, mi aliado está detrás de ti!

Tatsumaki, por un momento, cometió el error de girarse, y Kurama aprovechó la oportunidad para huir con la Medusa a una velocidad impresionante. Mientras escapaban, se encogió junto a la Medusa, usando el poder de su Fruta del Diablo.

La Dinámica Tóxica entre Kurama y Medu

Ya lejos del caos, Kurama le ordenó a Medusa: —¡Rápido, batería, absorbe energía!

La medusa obedeció, y en solo seis horas había alcanzado casi el tamaño de Kurama, lo cual lo sorprenderá. Sin embargo, la sorpresa se tornó en ira cuando le preguntó con una voz amenazante: —¿Por qué te fortaleces tan rápido?

La medusa, temblando, respondió con servilismo: —Aquí hay más energía, mi Señor.

Kurama, sintiendo la energía del mundo, tuvo que admitir que la medusa tenía razón. Pero su rostro se deformó con una expresión de locura, y su pelaje se volvió blanco. —Entonces, ¡absorbemos toda la energía de este mundo! —dijo con saña.

—¡Rápido, batería, dame el 80% de tu energía! —exigió Kurama.

la medusa, ya maltratada y con varios tentáculos faltantes, ascendiendo y le entregó su energía. Kurama refinó, corroyó y absorbió la energía, luego se hundió en la tierra para absorberla de manera similar al Diez Colas. Todo el mundo comenzó a sentir un debilitamiento general, pero nadie sabía lo que estaba ocurriendo.

Una relación retorcida

Después de cuatro meses de absorción constante, Kurama se despertó y le preguntó a la medusa: —¿Cuánto tiempo dormí, batería?

la Medusa, nerviosa y asustada, respondió: —Cuatro meses, mi Señor.

Kurama, al notar que la Medusa había crecido más allá de los 3200 metros, explotó de ira. —¡Mar maldita! ¿Te atreviste a crecer sin mi permiso?

la Medusa, alarmada, prometió: —¡Fue un error, lo juro! Le entregaré el 95% de mi energía.

Kurama aceptó, y mientras absorbía la energía, golpeaba a la Medusa. pero suavemente algo que esta noto y puso feliz, Después de la transferencia, Kurama midió su tamaño y se dio cuenta de que ahora medía 8890 metros. Por un breve momento, sentí algo extraño: un fugaz sentimiento de pena hacia la Medusa. Se sorprendió y reflexionó: —¿Realmente me preocupa la medusa?

Recordó la suavidad con la que la había tirado al suelo al llegar a este mundo y acababa de golpear suspiró. Quizás, después de pasar 710 años con la Medusa, le había tomado cierto aprecio.

—Escucha, batería, desde ahora te llamaré Medu —dijo con una mezcla de autoridad y ternura. 

Medu, regenerándose tras los golpes, gritó de alegría: —¡Sí, mi Señor!

La destrucción del mundo

A pesar de ese atisbo de empatía, Kurama retomó su misión: destruir el mundo. Ciudad tras ciudad, durante tres años completos, fue reduciendo todo a cenizas. Su lema se volvió repetitivo y frío: —Agarra, corroe, refina, absorbe.

Cada lugar que tocaba se convertía en carbón, y todos los seres vivos eran absorbidos. Kurama pensó en Blast, el héroe número uno, y se echó a reír al recordar cómo estaba luchando con dios en otra dimensión lo había distraído de lo que estaba ocurriendo en la Tierra.

Finalmente, dirigió su mirada hacia la luna, donde sabía que estaba Dios, la misteriosa entidad. Sonriendo, dijo: —Cumplí tu objetivo, dios de pacotilla.

Luego, mirando a Medu con una inusual ternura, le pidió: —¿Podrías abrir un portal?

—Sí, mi Señor —respondió Medu sin dudarlo.

Y con eso, ambos desaparecieron, dejando atrás un mundo completamente devastado. Santiag22004, observando desde su trono multidimensional, se detuvo justo antes de pasar al siguiente universo y dijo con interés: —Vaya... esos dos se encontrarán con alguien muy pronto. ¡Qué interesante!

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora