¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡

siguiendo la línea de tiempo. (parte 1)

Kurama y Medu estaban sentados en la fiesta en la ciudad de Rimuru. La intensidad del aura proveniente del cielo parecía ser algo que incluso los reyes demonios temían, razón por la que la mayoría de ellos estaban reunidos en el bosque donde fueron liberados del sello. Kurama observaba pensativo a Rimuru, cuestionándose cuánto había cambiado el pequeño slime desde la última vez que lo vio. Sabía que Rimuru poseía una habilidad conocida como Gran Sabio, que había logrado evolucionar. Mientras estaba sellado, no tenía idea de todo lo que había ocurrido, pero supuso que los reyes demonios habrían reclamado sus territorios.

Suspirando, continuó con el banquete mientras Rimuru presentaba a Kurama y a Medu como nuevos visitantes, aunque no sin un poco de nerviosismo. Después de todo, estos dos casi habían conquistado el mundo durante mil años.

Kurama observó cómo Veldora se jactaba de sus aventuras, mientras los duendes entretenían al público con sus ocurrencias. A su lado, Medu se levantó y le susurró:
—Quiero pedirle a Rimuru algo de ropa nueva.

Kurama arqueó una ceja, confundido.
—¿Para qué? —preguntó, mirando el elegante atuendo de ambos, aunque algo anticuado.

—Nuestro estilo es de hace mil años —respondió ella, señalando sus trajes.

Kurama asintió, y ambos se dirigieron a Rimuru.
—¡Oye, enano! Quiero pedirte algo —dijo Kurama, dándole una palmada en la cabeza al pequeño slime.

Rimuru los miró con cierta confusión, justo cuando Medu empezó a estirarle las mejillas. La cara exasperada de Rimuru no pasó desapercibida, y Kurama se rió en silencio mientras dos chicas se acercaban con caras sombrías, retirando a Rimuru de las manos de Medu. Ella frunció el ceño, pero se apartó mientras Rimuru prometía tener ropa nueva para ellos al día siguiente.

Sin mucho más que hacer, Kurama y Medu se unieron a la celebración, bebiendo y riendo mientras observaban las ocurrencias de Veldora. En un momento, Kurama se encontró sentado con Rimuru y su aliado, observando un plato de sopa servida por Shion, una chica de cabello violeta. Al ver el plato, una mezcla de terror y asco recorrió a Kurama, pues incluso parecían salir fantasmas del platillo. Sin más, cuando le sirvieron el plato, Kurama decidió probarlo de una vez... literalmente. Con su energía moldeada en forma de zorro, se tragó el plato entero.

—¡Delicioso! —dijo, aunque luego murmuró para sí—. nunca e comido algo con un aspecto tan horrible, pero ciertamente esta bueno.

(temporada 2 capitulo 1)

Medu, al ver la escena, observó la sopa y luego a Kurama, impresionada.
—¡Señor Kurama, realmente puede comer veneno! ¡Es asombroso!

Shion, al borde de las lágrimas, fue consolada de inmediato por Medu.
—¡Lo siento, perdón! ¡No quise decir que tu comida fuera mala!

Sin saber cómo disculparse, Medu se transformó en medusa y se comió el contenido de toda la olla. Instantáneamente, comenzó a cambiar de color, pasando de blanco a azul, luego verde y, finalmente, rojo. Rimuru, al verlos, estaba estupefacto. ¿Acaso estos dos viejos buscaban la muerte al comerse la sopa de Shion de esa manera?

Al día siguiente, Kurama, dormido junto a Medu, fue despertado por una energía mágica que lo perturbaba, pero su pereza le impedía levantarse.
—Oye, Medu, encárgate tú —murmuró, dándose la vuelta.

—No quiero, además mi habilidad de corrosión no afecta a ese tipo de energía, se parece al poder de los elfos pero es un ataque elemental. Que se encargue el señor Kurama —respondió ella, igual de perezosa.

Resignado, Kurama liberó su aura, envolviendo la ciudad y capturando la energía perturbadora, un poder abrasador que parecía buscar destruir a su paso. Al instante, fue absorbida, disolviendo el hechizo antes de que pudiera completarse.

En otro lugar, Rimuru discutía con sus aliados acerca de una invasión al reino de Clayman, mientras presentaba a Diablo como su nuevo aliado. Luego, dirigió su mirada a Gabiru, el orgulloso general de los hombres lagarto, y suspiró.
—Gabiru, por fin tengo la confianza suficiente para dejarte a cargo. Te unirás a los líderes, aunque pueda ser temporal.

Los hombres lagarto, mucho más fuertes ahora que en su historia original, se habían unido a Rimuru. Gabiru, quien poseía la mitad de la fuerza de un rey demonio, se levantó con orgullo.
—¡Acepto con orgullo, y me esforzaré al máximo! —declaró, con voz firme.

De repente, el rey Gazel Dwargo hizo su entrada y, tras él, aparecieron otros personajes de la dinastía Serion, entre ellos el gran duque Erald Wrinwalt. Sin previo aviso, Erald, al reconocer a Rimuru, perdió la calma y comenzó a conjurar un hechizo de fuego de nivel alto. Sin embargo, antes de que el hechizo se completara, una aura aterradora envolvió la ciudad, disolviendo la magia de Erald inmediato.

Kurama, medio dormido, fue repentinamente jalado del pelo por una exasperada Medu.
—¡Señor kurama¡ cuando crees que nos traigan la ropa? 

—No se talvez mas rato, puede estar ocupado.—Se estiraba Kurama.

Antes de procesar lo que sucedía, Medu lo tomó de la camisa y lo arrastró hacia donde estaba Rimuru. Todavía en pijama, Medu se acercó y, frente a los presentes, le dio un tirón en los cachetes.
—Oye, slime, no será que a estas alturas te olvidaste de nosotros, ¿verdad?" —dijo mientras le jalaba los cachetes todavía.

El rey y el duque la miraron asombrados. ¿Era Rimuru, el amigo de Veldora, al que esta chica atrevía a tratar de esta manera? Pensaron que debía ser o muy estúpida o completamente inconsciente.

Rimuru, riendo nervioso, respondió  —¿Eh? Bueno, verás... el asunto de la invasión, las reuniones, los reyes... ¡Se me olvido!

(toma por la puta cara weon, soy el autor y pongo lo que se me da la gana, listo, posta rimuru mejor trapo del anime)

Veldora la miró con recelo. ¿La antigua reina se queja por unas vestimentas? Medu, percibiendo su expresión despectiva, dejó escapar una presión abrumadora en el ambiente y, con una chispa desafiante en los ojos, le lanzó:
—¿Quieres medir fuerzas conmigo en un pulso?

Veldora recordó quien era gracias a esa pregunta y, con una sonrisa nerviosa, se excusó rápidamente.
—Je... ja, ja... No, estoy bien aquí —dijo, sumergiéndose en la lectura de unos mangas creados por Rimuru.

Medu, satisfecha, regresó a lo suyo y exigió nuevamente sus nuevas vestimentas, mientras Kurama, aún medio dormido, pensaba en silencio: "¿No es solo ropa?". Medu, sin darle opción, lo arrastró para ir a buscar las tan esperadas prendas nuevas.