encontrando al clan uzumaki

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 Kurama, al mirar su cuerpo, se sentía feliz: 89 metros de largo y 29 metros de ancho. Si te preguntas cómo sabía su tamaño, era bastante simple: les gritaba a los aldeanos de la tribu:

"¡Oigan, quiero saber qué tan grande soy!"

Luego se acostaba y decía:
"Midan mi tamaño en metros."

Después de una hora, los aldeanos le informaban su tamaño. En el pasado, cuando estaba con Hagoromo, él utilizaba su Rinnegan para medir el espacio y le decía su tamaño fácilmente.

Kurama reflexionó: "Ya han pasado 100 años desde que estoy en esta tribu." Desde su renacimiento habían pasado 146 años. Su habilidad para absorber chakra era ahora 10 veces mejor que cuando la dominó junto a Hagoromo. Después de todo, mientras más chakra tenía, más fuerte se volvía su habilidad.

Mirando su propio chakra, Kurama sentía un poco de miedo. Su chakra se había vuelto extremadamente corrosivo. Después de 100 años de absorber el chakra del agua súper divina, aunque lo refinaba, su naturaleza seguía siendo peligrosa. A diferencia del chakra maligno de la caja de los deseos, que ya era intrínsecamente maligno y tenía que corroerlo, refinarlo y luego finalmente absorberlo, el chakra del agua divina solo era peligroso por lo corrosivo que era. Una vez que lo corroía, estaba listo para ser absorbido, pero su atributo de corrosión también era absorbido por Kurama. 

 Tengo que volver mi chakra menos corrosivo." pensaba Kurama. Aunque la corrosión hacía que sus habilidades, como una Bijūdama, fueran más letales —imaginaba que, después de explotar, empezaría a absorber el chakra de los alrededores—, eso también significaba que controlar su chakra sería mucho más difícil. Y para un ser de energía, no poder controlar su propia energía era extremadamente peligroso.

Kurama comenzó a pensar en cómo hacer su chakra menos corrosivo, pero no tenía ni idea de cómo lograrlo. Después de un rato, estaba a punto de rendirse cuando entró un joven adulto, el hijo del líder anterior —o mejor dicho, el hijo del joven a quien Kurama había enseñado a criar ganado—. El joven se inclinó, una costumbre que su padre le había inculcado, y dijo:
"Señor Kurama..."

Kurama lo observó, y el joven continuó:
"La naturaleza es muy fuerte en estos momentos. Nuestra gran tribu cambiará de lugar en 20 años, porque será muy difícil cultivar alimentos para nuestras vacas."

Kurama asintió y dijo:
"Está bien."

El chico se fue, y Kurama pensó felizmente: "Este chico me dio una idea: el chakra natural." Recordó que el chakra natural se obtenía manipulando la energía de la naturaleza y absorbiéndola en el cuerpo. Comenzó a intentar dominarlo: 10 minutos, 40 minutos, 3 horas, un día... Pero no lo lograba. Finalmente, se rindió, suspiró y continuó absorbiendo el chakra del agua divina para fortalecerse

 20 años después, Kurama ya tenía 166 años desde su renacimiento, con aproximadamente 700 años restantes para fortalecerse. Todos los ciudadanos de la tribu empezaban a alejarse, mientras Kurama miraba el resto del agua súper divina, que ahora solo contenía el 10% del chakra total que tenía cuando la encontró. Inicialmente pensaba que le tomaría 200 años absorberla, pero al volverse su chakra más corrosivo, el proceso se hizo más fácil. Pensó: "Solo queda un 10%, seguro se secará pronto." Luego se levantó y gritó:

"¡¿Quién quiere subirse a la espalda de Kurama, el bijū más fuerte?!"

En ese momento, Kurama medía 110 metros de largo y 35 metros de ancho. Si se paraba sobre dos patas, mediría 160 metros de altura y 20 metros de ancho. Se agachó, y 67 adultos, 24 ancianos y 36 niños se subieron a su espalda. Los líderes más importantes de la tribu se colocaron en su cabeza, con un mapa en mano para guiar el camino y le indicaban a Kurama la dirección a seguir. Kurama estaba bastante feliz.

En medio del trayecto, Kurama vio a un gran grupo de pelirrojos y dijo:
"Unámonos a ese grupo."

Caminó hacia ellos, mientras los líderes, sin palabras, solo pudieron suspirar y empezar a discutir cómo hacerse aliados de ese misterioso grupo de pelirrojos.

Perspectiva del Clan Uzumaki:

El clima estaba severo, y les faltaba alimento. Buscaban un hogar mejor, con árboles y un mar cercano para poder pescar. En medio de su camino, vieron a un gigantesco zorro. Era tan inmenso que, si todos los del clan se juntaban, apenas podrían cubrir una de sus piernas. Estaban aterrados.

este capitulo fue mas corto porque es mas para seguir mas rápido la trama.

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora