capturado

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Kurama, esperando pacientemente en la isla, notó cómo un pelirrojo se acercaba desde la distancia con una confianza palpable. Sin pensarlo dos veces, el hombre lo encaró directamente.

—¿Fuiste tú quien tomó la fruta de fuego? —preguntó con arrogancia.

Kurama, completamente confiado, le respondió:

—Sí, fui yo. ¿Qué harás al respecto?

El pelirrojo sonrió con altanería.

—Destruirte para que reaparezca en otro lugar.

Sin previo aviso, su mano se transformó en hielo y, en un instante, la mitad de la isla se congeló. Las colas de Kurama se vieron atrapadas en el hielo, lo que lo dejó sorprendido por el poder de este tipo, aumentado 15 veces en comparación con lo normal. Sin embargo, Kurama no se dejaría vencer fácilmente.

—¡Maldita hormiga! ¿Crees que eres más fuerte que yo? —rugió, rompiendo el hielo con un grito lleno de furia

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—¡Maldita hormiga! ¿Crees que eres más fuerte que yo? —rugió, rompiendo el hielo con un grito lleno de furia.

El pelirrojo, manteniéndose alerta, lanzó carámbanos de hielo en su dirección. Kurama los destruyó con facilidad, saltando con una velocidad increíble, y destruyó los escudos de hielo que su oponente intentaba formar. Pero cuando golpeó al hombre, este se deshizo en pedazos de hielo solo para reestructurarse en otro lugar.

Kurama, en medio del combate, recordó que Luffy había obtenido inmediatamente el poder de su fruta. "Si él pudo, ¿por qué no yo?" pensó, y comenzó a mover su energía, intentando sacar llamas de su cuerpo. Finalmente, una pequeña llama brotó de él. El pelirrojo se sorprendió ante esta revelación.

—¿Ahora puedes usar el poder de la fruta?

De repente, un carámbano de hielo del tamaño de Kurama se dirigió hacia él. Kurama, furioso, se puso de pie sobre dos patas y lo golpeó con toda su fuerza, destruyéndolo por completo. Usó la mitad de su energía para liberar un torrente de fuego tan grande que cubrió toda la isla. El pelirrojo, alarmado, se envolvió en una capa de hielo.

Justo en ese momento, Kurama sintió una energía poderosa que intentaba someterlo: Haki del conquistador.

—¿Esto es haki? —pensó, intentando imitarlo.

Para sorpresa de ambos, Kurama comenzó a moverse, pero su energía se agotaba rápidamente. El pelirrojo gritó, sorprendido:

—¡Mierda, el haki de este zorro es muy fuerte!

—¡Pero el mío es más fuerte! —añadió con determinación.

Kurama sintió que su energía no era suficiente y que la fluctuación del pelirrojo era más poderosa. Enfurecido por la idea de ser derrotado tan pronto tras su llegada, lanzó una llama hacia su enemigo. Pero el pelirrojo contrarrestó el ataque creando más hielo. En ese instante, un humo lo envolvió y una voz resonó a lo lejos.

—¡Jajaja! Jefe, pensar que casi pierde contra un zorro.

El pelirrojo, ya más calmado, respondió:

—Ese zorro es fuerte.

De repente, 18 personas más aparecieron. Uno de ellos preguntó:

—¿Lo llevamos o lo destruimos?

Kurama, ahora enfrentándose a 20 oponentes, entró en pánico. Si solo estuviera peleando contra el pelirrojo, estaría seguro de ganar, pero enfrentarse a todos ellos era otra historia. Aunque Kurama siempre se consideraba invencible en combates individuales, sabía que esto era una situación diferente, y comenzó a correr.

—¡Tú te quedas aquí! —gritó un tipo gordito.

Una luz morada atrapó a Kurama, inmovilizándolo. Otro individuo creó una sombra que envolvió a Kurama y lo acercó. Al mirarlo de arriba a abajo, una persona sugirió:

—¿Lo convertimos en metal para hacer una marioneta?

Otro tipo tocó el suelo y lo convirtió en metal, mientras que un hombre con almohadillas en sus manos se acercó al pelirrojo.

—¿Está herido, capitán? —preguntó.

—Un poco —respondió el pelirrojo.

El hombre con las almohadillas puso sus manos sobre él, creando 19 burbujas rojas.

—Absorban una burbuja cada uno —ordenó.

Todos lo hicieron, incluido Kurama, quien frunció el ceño al notar la energía extraña a su alrededor. Uno de los hombres lanzó otra sugerencia:

—Para llevarlo de inmediato, una luz rosa cayó sobre Kurama.

El zorro comenzó a encogerse: 1600 metros, 1400 metros, 500 metros, 100 metros... hasta alcanzar un solo metro. Una chica dio un salto y empezó a acariciarlo.

Kurama, indignado, gritó:

—¡Suéltame! ¡Yo soy el que acaricia, no al revés!

Y así, Kurama fue capturado. Sin embargo, desde el momento en que la luz morada lo rodeó, usó sus colas como si fueran manos para realizar sellos. Cuando lo subieron al barco, Kurama desapareció sin dejar rastro, sellándose dentro de un soldado común

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora