(Advertencia: Los siguientes párrafos contienen temas sensibles, incluyendo maltratos hacia Evil Medu y referencias a relaciones no consensuadas. Se sugiere bajar hasta encontrar el siguiente texto: (fin de la escena). Cabe recalcar que esto no afectará la historia.
En una ciudad destruida, una chica de pelo blanco y un chico de igual color caminaban juntos.
—Señor Kurama, ¿podrías esperar a que me ponga ropa? —pidió la chica.
—Bueno —respondió él.
Evil Medu se estaba poniendo unas medias blancas cuando Evil Kurama la detuvo y le dijo:
—Listo, ahora avanza.
En ese momento, Evil Medu se sentía deprimida. Estaba desnuda; el hechizo de metamorfosis no le había creado ropa, y no había tenido tiempo de vestirse en el camino. Además, no estaba acostumbrada a caminar descalza, ya que, como Medusa, normalmente volaba.
Evil Kurama la miró con un suspiro de decepción. Su energía era demasiado débil, pero reconocía que tenía buenos muslos. Aprovechando la situación, dijo:
—Yo te cargaré.
Evil Medu lo miró, sorprendida y sonriente.
—¡El señor Kurama es muy amable!
Su rostro comenzó a brillar, pensando que se refería a su forma de Medusa, pero de repente fue abofeteada, dejándola confundida.
—Nunca dije que cambiaras de forma —aclaró Evil Kurama.
A pesar de la confusión, Evil Medu se acercó sin inmutarse. Había sido pisoteada y sus tentáculos de Medusa habían sido arrancados, pero Kurama la cargó como un saco de papas. Esto le hirió mentalmente, pero él simplemente le acarició el pelo antes de palmar su trasero.
Luego, tocó sus muslos y piernas, incluso metió sus dedos en su parte más íntima. Medu se dio cuenta de que esto iba más allá de lo que esperaba y, sintiendo un cosquilleo, dijo:
—Señor Kurama, no es necesario hacer esto de esta manera. ¿Estoy dispuesta, sabe?
—Puede que estés dispuesta, pero yo prefiero hacerlo así —respondió Kurama, tomando su forma humana y arrojándola hacia una casa un tanto intacta con brutalidad.
Adolorida, Medu intentó levantarse, pero Kurama, ahora en su forma de zorro, la mantuvo en el suelo con una de sus patas. Ella comenzó a llorar un momento.
—Luego de esto, no serás mi batería, Medu; serás mi reina —le dijo Kurama.
Con lágrimas en los ojos, ella lo miró y preguntó con esperanza:
—¿Me lo juras, señor Kurama?
Kurama respondió de manera despiadada:
—Te lo juro, pero tendrás que aguantar dos horas.
La cara de Medu, un ser que nunca había tenido rostro y por lo tanto no sabía hacer expresiones, mostró una determinación que sorprendió a Kurama. Comenzó a usar su forma de zorro para embestirla. Aunque ella resistió al principio, pronto empezó a gritar por el dolor.
Kurama usaba su habilidad de encogerse para aumentar su cuerpo en ciertos aspectos, lo que causaba que su abdomen se expandiera y contrajera de manera extraña. Ella, a pesar de las dificultades, mostraba una sonrisa, aferrándose a la posibilidad de convertirse en algo más que un simple objeto.
Mientras más la embestía, más gritaba Evil Medu. En un momento, su abdomen se expandió y contrajo, afectando su interior de maneras desconocidas para ella, lo que duró aproximadamente 45 minutos.
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¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡
FantasíaSan, un pobre diablo con mala suerte, transmigró al cuerpo de Kurama, pero no a cualquier Kurama, sino al ¡Kurama recién creado! Plácidamente pensó: "Tengo 800 años para fortalecerme y conocer a Hashirama y Madara. Estoy seguro de que podré ¡derrota...