el protector de tribu

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Kurama, totalmente aburrido mientras caminaba y refinaba el chakra de la caja, pensaba: "Tengo 800 años para fortalecerme... ¿qué debería hacer?" Luego se sentó y volvió a pensar en sus posibilidades. La caja de los deseos ya estaba en sus manos —o patas, si miraba sus patas— y reafirmó: "Sí, en mis patas."

Reflexionó sobre el progreso de la refinación y absorción de la caja, y calculó que le tomaría entre 50 y 68 años absorberla por completo. Sin embargo, el tiempo no le preocupaba en ese momento.

El agua súper divina, por lo que sabía, se encontraba entre la Aldea de la Hoja y la Aldea de la Nube, pero esas aldeas aún no existían, ni tampoco los ninjas en ese tiempo. Pensó en la estrella de la Aldea de la Estrella, pero aún faltaban 600 años o más para que cayera a la Tierra. Recordó también el templo que te enviaba al pasado, pero faltaban 450 años para que fuera creado.

De repente, se quedó sin palabras y dijo:
"No tengo cómo fortalecerme."

Suspiró y continuó:
"Bueno, tendré que buscar el agua súper divina."

Sabía que la futura Aldea de Konoha estaría rodeada de árboles, y, por lo que recordaba, Hashirama había aumentado su número. Pero en sus recuerdos, la batalla entre Madara y Hashirama en los Reinos Combatientes fue en un bosque. Decidido, comenzó a caminar hacia lugares boscosos, en busca de humanos con más chakra de lo normal.

Después de moverse por varios bosques, Kurama, ya aburrido, gritó de frustración:
"¡Ya han pasado 32 años y no encuentro humanos con más de 15 veces el chakra normal!"

Miraba a los humanos que encontraba de vez en cuando y se confundía: "¿Cómo es posible que en 1000 años, desde la aparición de Kaguya, la diosa del chakra, hasta el nacimiento de Naruto, la tecnología haya avanzado tan poco?" Sacudió la cabeza, dejando de lado esos pensamientos, y siguió su camino.

Finalmente, después de otro año, saludó a un grupo de humanos que encontró. La razón era simple: a diferencia de la mayoría de los humanos, estos tenían 20 veces más chakra de lo normal. La gente, al verlo, se asustó. Y Kurama lo entendía; después de todo, era un zorro de 30 metros de largo y 12 de ancho. Si no se asustaban, sería extraño. Pero entonces gritó:
"¡El que grite o intente escapar, me lo como!"
Todos se quedaron quietos. Kurama entró en su pequeña tribu. No era una aldea, pero tampoco refugiados, así que los consideró una tribu.

Usando su percepción, descubrió algo que lo llenó de alegría, y gritó tan fuerte que toda la tribu lo escuchó:
"¡Agua súper divina!"

Rápidamente llegó a una fuente donde había agua con una cantidad de chakra abrumadora. Según su percepción, la cantidad de chakra que contenía era un 20% más de lo que tenía la caja de los deseos.

Kurama usó su conocimiento para recordar detalles sobre el agua súper divina: era un agua legendaria que en el futuro estaría cerca de la Aldea de Konoha y la Aldea de la Nube. Quien la bebía se volvía increíblemente poderoso, pero a la vez perdía años de vida, algo que los humanos no podían soportar. Sin embargo, eso no le preocupaba a Kurama; mientras tuviera chakra, seguiría vivo. E incluso si moría, sabía que eventualmente reviviría.

Pero entonces sintió algo que lo sorprendió: el chakra de esta agua era cuatro veces más corrosiva que el suyo propio. Suspiró y dijo:
"Parece que no podré fortalecerme rápidamente.

 Después de encontrar el agua súper divina, Kurama se dio cuenta de que no tenía forma de llevársela, así que gritó:

"¡Yo, Kurama, la bestia con cola más poderosa, viviré en esta tribu y la protegeré! Cualquiera que quiera destruirla, será destruido."

Luego miró la caja de los deseos y el agua súper divina. Sabía que tardaría otros 46 años en absorber el chakra de la caja de los deseos. Comenzó a usar su habilidad para absorber el chakra del agua, sacando su propio chakra, rodeando el objetivo y tratando de corroerlo. Pero se quedó estupefacto: el agua estaba corroyendo su chakra. "¿Esto es real?" pensó. Su chakra, conocido por su malicia y corrosión, estaba siendo corroído por el agua. Quedó atónito, sin palabras, y suspiró:
"Esto me tomará 200 años a este ritmo."

Así pasaron 50 años, alternando entre absorber el chakra de la caja de los deseos y el agua súper divina. Cuando finalmente la caja se quedó vacía, la tiró como si fuera basura y se concentró por completo en absorber el chakra del agua divina.

En ese momento, Kurama comenzó a sumar los años que llevaba en el mundo de Naruto: 13 años con Hagoromo y sus hermanos bijūs, 33 años buscando el agua súper divina, y 50 años absorbiendo el chakra de la caja de los deseos y el agua divina. "Ya han pasado 96 años desde que reencarné," pensó.

Un joven se acercó, hizo una reverencia y, con alegría, dijo:
"Hola, señor Kurama. Nos estamos quedando sin comida, solo nos quedan tres vacas. ¿Nos ayudaría a buscar más comida para la tribu?"

Kurama asintió; esto se había vuelto algo común. Cada dos semanas le pedían buscar comida, y ya era parte de su rutina. Pero esta vez, dijo:
"Te daré los animales, pero esta vez críalos hasta que crezcan."

En ese momento, comenzó a explicarle cómo criar ganado. El joven, sorprendido, gritó:
"¡Esta forma de tener comida de manera permanente solo se le podría ocurrir al señor Kurama!"

Kurama, sin palabras, pensó: "Esto lo sabe cualquier persona de mi mundo anterior." Y con arrogancia, dijo:
"Sí, lo sé," mientras levantaba la cabeza y miraba al cielo.

Luego fue a buscar más animales y volvió con nueve vacas, cada una enrollada en una de sus colas

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora