asimilación

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Kurama, mirándolos con arrogancia, dijo con una sonrisa desafiante:
"¿Quiénes son ustedes, pequeñas hormigas, que han empezado a secuestrar a mis pequeños hermanos?"

El tono despreciativo en su voz hacía que ambos, Madara y Hashirama, quisieran golpearlo. Madara, irritado por ser llamado "hormiga", activó su Mangekyō Sharingan Eterno. Sin dudar, liberó todo su chakra en un Genjutsu, con la intención de controlar a Kurama.

Kurama, con su percepción sensible al chakra, sintió el poder liberado en un instante. Sin vacilar, activó su habilidad de absorción de chakra, rodeando el área y consumiendo el chakra que lo rodeaba. En cuestión de segundos, había absorbido todo el chakra que Madara había vertido en el Genjutsu, como si estuviera bebiendo agua.

Madara, sintiendo la pérdida repentina de todo su chakra, se arrodilló de inmediato, exhausto y aterrorizado. Lo que más lo impactó no fue la debilidad en su cuerpo, sino el hecho de que Kurama había roto su Genjutsu con tanta facilidad. En su mente solo había un pensamiento: "La única persona que puede liberarse de mi Genjutsu del Mangekyō es Hashirama, y aun él tarda entre 4 y 5 segundos en salir. ¡Pero este zorro... lo rompió al instante como si fuera aire!"

Madara, pálido, giró la cabeza hacia Hashirama y le dijo con voz temblorosa:
"Estamos jodidos."

Hashirama, viendo a Madara derrumbado y escuchando su declaración, no sabía si reír o llorar ante la situación. Con un esfuerzo por mantener la calma, se dirigió a Kurama con un tono lleno de respeto:
"Señor Bijū, mi amigo Madara y yo hemos reflexionado profundamente. Hemos abierto los ojos. Iremos de inmediato a liberar a sus hermanos, se lo prometemos, y no les haremos más daño."

Kurama lo miró fijamente, su mirada penetrante como si estuviera evaluando cada palabra de Hashirama. El silencio hizo que Hashirama comenzara a sudar, incómodo, mientras trataba de mantener la compostura. Justo cuando Hashirama se preparaba para decir algo más, Kurama habló primero:

"Trae a todos tus aliados y a los dos clanes. De ahora en adelante, se unirán a mi clan, el Clan Uzukuma."

Hashirama, sorprendido pero aliviado de que no hubiera una batalla inmediata, asintió rápidamente. Se giró hacia Madara, quien, aunque claramente agotado y resignado, también asintió con la cabeza, aceptando la orden de Kurama

Después de tres días de espera, Kurama vio finalmente llegar a Madara y Hashirama acompañados de varias personas. Observó a los recién llegados con atención: entre ellos había individuos de pelo negro y ojos oscuros, algunos con ojos completamente blancos, y un pequeño grupo de personas más robustas. Al verlos juntos, Kurama asumió rápidamente que se trataba del Clan Uchiha, el Clan Hyūga, y los clanes Nara, Yamanaka, y Akimichi, que estaban cerca.

Kurama, con una expresión altanera, miró a Madara y Hashirama y preguntó:
"¿Estos son todos?"

Ambos asintieron rápidamente. Entonces, Kurama se agachó y, con un tono altisonante, ordenó:
"Todos súbanse a mi espalda."

Los miembros de los clanes, actuando como verdaderos ninjas, saltaron de un lado a otro y rápidamente se acomodaron sobre la espalda de Kurama. Sin perder tiempo, Kurama los llevó al Clan Uzukuma.

Cuando llegaron, el Clan Uzukuma estaba exultante de felicidad. Su protector supremo había traído a cientos de personas para unirse a ellos. Pronto, los nuevos clanes fueron asimilados a la vida de la aldea. Hashirama, que era conocido como el "Dios Shinobi", pronto pasó a ser llamado el Dios Constructor, pues no se detenía en crear hermosas casas de madera para todos. Mientras tanto, Madara, el legendario guerrero del Clan Uchiha, adoptó el papel del "vecino más amigable del vecindario", aunque, en realidad, lo hacía para obtener información sobre la historia de Kurama.

Con el tiempo, Madara recopiló los relatos de los ancianos y los líderes del clan, y esto fue lo que descubrió:

Hace aproximadamente 500 años, el Clan Uzukuma no era más que una pequeña tribu. Pero todo cambió un día cuando un zorro de 30 metros apareció y los acogió bajo su protección. Gracias a Kurama, quien cazaba y recolectaba comida cada dos semanas, la tribu comenzó a fortalecerse. Además, debido a la presión que ejercía su enorme cuerpo, los miembros de la tribu mejoraron su control de chakra, ya que necesitaban soportar su presencia.

Con el tiempo, Kurama les enseñó a cultivar plantas y a criar ganado, permitiendo que la tribu prosperara. Un día, debido a un mal clima, la tribu se vio obligada a migrar. En su travesía, se encontraron con el Clan Uzumaki, un gran clan que terminó uniéndose a ellos gracias a la intervención de Kurama.

Después de encontrar su nuevo hogar, la fusión de los clanes Uzukuma y Uzumaki fue un éxito, y vivieron felizmente durante 300 años. Durante ese tiempo, Kurama pedía regularmente que midieran su tamaño, y esto es lo que registraron:

30 metros cuando conoció al clan.100 metros cuando se unió al Clan Uzumaki.200 metros cuando ambos clanes se fusionaron por completo.310 metros después de un extraño viento que cubrió la aldea durante 9 días completos.Luego, después de una ausencia de una semana, regresó con 100 metros, pero se reveló que Kurama había obtenido la capacidad de encogerse a voluntad, y su tamaño real era de 470 metros.Con el tiempo, su tamaño continuó creciendo, llegando a 570 metros. Finalmente, en la actualidad, se descubrió que había alcanzado los 780 metros.

Madara, luego de recopilar toda esta información, llegó a una conclusión:
"Kurama es un ser que nació con una sabiduría increíble y un tamaño que crece sin fin a lo largo del tiempo. No solo ayudó a los humanos, sino que también parece un ser destinado a volverse invencible

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora