Kurama miraba el techo mientras los sonidos del videojuego resonaban al fondo. "¿Podré copiar el aura de King?", se preguntaba. Luego, le dijo a Medu: "¡Medu, ¿crees que puedes copiar el aura de King?!".
Medu, que estaba jugando, lo miró y, con toda la confianza del mundo, respondió: "¡Ni la mitad, señor Kurama!".
Kurama, estupefacto, le respondió, algo frustrado: "¡¿Por qué lo dices con tanta confianza si no puedes?!".
Medu contestó como si fuera lo más natural: "¡Porque es un aura muy fuerte!".
Kurama asintió; Medu tenía razón. El aura de King era inmensamente poderosa. Recordó al monstruo búho que había hecho que King liberara su aura días atrás. El monstruo, aterrorizado, había muerto de un paro cardiaco. "¿Este King, a diferencia del original, parece realmente capaz de enfrentarse a los kaijus?", pensó Kurama mientras observaba el techo.
Decidido a mejorar, Kurama se fue al desierto, dejando a Medu jugando videojuegos. Durante cinco días, trabajó en intensificar su aura, comparándola con la de King, aunque solo podía percibir los efectos del aura: el aire se condensaba y la tierra flotaba ligeramente. Tras ese tiempo, Kurama gritó con satisfacción: "¡Mi aura es cinco veces más fuerte que antes!". Se rió a carcajadas, sintiéndose finalmente orgulloso de sí mismo. Su aura volvió a proyectar la presencia de un ser invencible, pero esa sensación se desvaneció cuando apareció Medu y, sorprendentemente, suprimió su aura con la suya.
"¿Medu, por qué me encontraste?", preguntó Kurama.
"Los ciudadanos de mi reino quieren invadir la superficie", respondió Medu.
Kurama, atónito, exclamó: "¡Pero si les di comida y casas! ¿Por qué quieren invadir?".
Medu, algo desconcertada, dijo: "No estoy segura. Quiero tu consejo, señor Kurama. ¿Debería destruir la civilización marina? Después de todo, me diste la misión de conquistarlos".
Kurama suspiró al recordar la misión que le había encomendado a Medu. Juntos, se dirigieron a Ciudad J. En el camino, encontraron a Genos, quien estaba gravemente herido.
"¡¿Qué te pasó, Genos?!", preguntó Kurama, sorprendido.
Genos, sin inmutarse, relató: "Conocí a un científico llamado Genus, quien tenía la capacidad de transformarse en zorro y era inmune al fuego. Fui derrotado y perseguido durante cuatro días. El doctor Kuseno, quien me convirtió en ciborg, me reparó. Luego, un ser de la Casa de la Evolución, llamado Rey Bestia, me atacó. Justo cuando estaba por derrotarlo, se transformó en mitad león, mitad zorro. Me persiguió durante seis días hasta que me encontré con ustedes".
Kurama, sin palabras, apenas reaccionó cuando una criatura mitad león, mitad zorro apareció y dijo con desprecio: "Escucha, chatarra. Te dejaré vivir porque solo me queda energía para dos minutos más de transformación". Al irse, la criatura hizo una reverencia discreta hacia Kurama y Medu, lo que Genos notó, pero no entendió completamente.
Al llegar a Ciudad J, Medu y Kurama vieron al General Marino, debilitado, atacar brutalmente a un tipo afrodesnudo, enviándolo a volar contra un edificio. Mientras tanto, Sonic, el ninja de cabello largo, luchaba contra el General Marino, pero aunque era más rápido, no podía hacerle suficiente daño. La lluvia comenzó a caer, fortaleciendo al General Marino, quien derrotó a Sonic fácilmente.
. Medu, comentó: "Ese tipo rápido intentó matar a Saitama, siendo contratado por un millonario para quedarse con su fortuna, pero Saitama lo llevó a la cárcel".
Kurama al escuchar lo que acababa de decir medu dijo ya veo luego calmadamente pensó: "Así que así se desarrollaron las cosas en este mundo bastante interesante".
Kurama le dio a Medu una orden clara: "Es tu turno. Haz que el General Marino conquiste Ciudad J, pero no permitas que invadan otras ciudades. Eres la reina marina, después de todo".
Medu, emocionada, se expandió colosalmente y gritó telepáticamente: "¡La Ciudad J pertenece a los seres marinos! ¡Cualquier ser en contra peleará conmigo, Medu, la Medusa de Sangre!".
El General Marino, visiblemente abatido, le preguntó: "Reina Medu, claramente podemos conquistar toda la superficie. ¿Por qué detenernos en una sola ciudad?".
Medu respondió con frialdad: "Porque no tienen la capacidad para conquistar el mundo, y yo no puedo ayudarlos a lograrlo. Solo aseguraré que esta ciudad sea suya".
Cuatro días después, se anunció globalmente que Ciudad J pertenecía a los seres marinos. ¿Quién se atrevería a enfrentarse a Medu?
De vuelta en la casa, Medu gritaba indignada mientras jugaba: "¡Maldito rubio, siempre me ganas con 20 a 30 puntos de vida! ¡Esto es injusto!".
Genos, calmado, respondió: "La práctica y el aprendizaje son esenciales, incluso en los videojuegos, Dama Medu".
Medu, frustrada, dijo: "¡Bla, bla, bla! ¡Inicia otra partida! Seguro te gano esta vez".
Genos suspiró; ya le había ganado 37 veces consecutivas. Después de todo, en su mundo anterior, era un jugador de renombre global.
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¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡
FantasySan, un pobre diablo con mala suerte, transmigró al cuerpo de Kurama, pero no a cualquier Kurama, sino al ¡Kurama recién creado! Plácidamente pensó: "Tengo 800 años para fortalecerme y conocer a Hashirama y Madara. Estoy seguro de que podré ¡derrota...