llegada a one punch man

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(esta temporada de kurama no se centrara tanto en mejorar el poder de kurama, si no, en su actitud arrogante que no deja que los demás estén arriba de el )

Kurama, mientras viajaba a través del túnel interdimensional, llegó sin contratiempos al mundo de One Punch Man, tal y como se había planeado. Al observar la ciudad y su avanzada tecnología, no pudo evitar sentir nostalgia por su vida antes de su reencarnación. Sin embargo, había olvidado algo crucial: seguía en su forma gigante, y esta vez, era más grande que antes. Desde su regreso del mundo de Naruto, con toda la energía acumulada en One Piece, su tamaño había aumentado un 50%. De los 1600 metros originales, ahora medía 2400 metros. Kurama, una auténtica monstruosidad, había provocado pánico en la ciudad.

Confundido, se quedó estupefacto ante la reacción de la gente, y pensó con una gota de sudor deslizándose por su frente:

—¿Cómo se me pudo olvidar esto?

De repente, una pequeña silueta verde voló frente a él, y escuchó una voz que gritaba:

—¡¿Cómo te atreves, maldita bestia, a estar en mi ciudad?!

Kurama se irritó al escuchar ese tono desafiante. Desde su pelea contra Tiwing, su orgullo había sido herido, y no toleraba ser tratado como un ser débil. La voz de la chica, como si fuera capaz de derrotarlo fácilmente, encendió su furia. Liberó todo su poder.

Kurama, en este mundo, tenía todas sus habilidades y métodos de ataque. El chakra subió por su cuerpo, y su tamaño creció aún más, pasando de 2400 metros a 2750 metros. Su energía resonó con una fuerza que nunca había experimentado. El haki y el chakra se fusionaron; su armadura de madera se volvió más pulida, señal de que su haki de armadura estaba listo para el combate. Su chakra de percepción y su haki de observación también se unieron, mientras que su chakra corrosivo se entrelazó con su haki de conquistador. Kurama, sin darse cuenta, se había vuelto más fuerte.

Con su arrogancia habitual, Kurama rugió, su voz derrumbando edificios cercanos:

—¡¿Quién te crees, mocosa?!

La pequeña figura no era otra que Tatsumaki, quien, a pesar de la presión que la tiraba hacia abajo, resistió usando su telequinesis. Apuntó su palma hacia Kurama y creó un puño invisible. Kurama sintió su cuerpo retorcerse, pero en lugar de preocuparse, se rió. Él no era el Kurama original, sino una versión que había perfeccionado su chakra al límite, absorbiendo todo lo que lo fortaleciera. Una de esas fortalezas era la Mera Mera no Mi.

Instantáneamente, Kurama se transformó en fuego, acercándose a Tatsumaki mientras su rostro se formaba en las llamas y le gritaba:

—¡Dime, enana, qué puedes hacerme sin matar a toda esta gente!

Tatsumaki frunció el ceño y, sin dudar, respondió:

—Esta ciudad vale la pena para acabar contigo.

Kurama, con su percepción de chakra y haki de observación, sintió el peligro que venía desde arriba. Una Bijūdama con elemento viento y chakra natural fue lanzada, chocando con 3 meteoros, causando una explosión que destruyó cientos de miles de casas. Sin embargo, Kurama se dio cuenta de que pocas personas habían muerto, gracias a los búnkeres subterráneos. "Así que así sobreviven a las amenazas nivel dragón", pensó.

Decidido a ganar, gritó con astucia:

—¡Mira, mi aliado te ataca por la espalda!

Tatsumaki, sorprendida, volteó. Kurama aprovechó ese instante, agarró a la pequeña medusa que estaba sobre un edificio intacto, y huyó sin pensarlo dos veces. Usó su habilidad de compactación de chakra para encogerse y correr más rápido, además de imbuir haki de armadura en sus piernas, aumentando aún más su velocidad. En menos de un segundo, desapareció de la ciudad, pasando por la ciudad B, luego la ciudad D, hasta llegar a una zona con poca energía vital. Exhausto, suspiró.

Mientras trataba de calmarse, se hipnotizó a sí mismo, repitiendo:

—No escapé por miedo a perder... no escapé por miedo a perder... no escapé por miedo a perder.

Miró a la pequeña medusa, que le preguntó emocionada:

—¿Qué haremos ahora?

Kurama, como si fuera lo más normal del mundo, respondió:

—Buscaremos a un tipo desempleado con ojos muertos o a un cangrejo con la parte inferior humana.

La medusa, siempre entusiasta, respondió:

—¡Ok, señor Kurama!

¡KURAMA SOY INVENCIBLE EN VARIOS MUNDOS¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora